Capitulo 14

29 3 0
                                    


Era de madrugada y estaba exhausto; los músculos le pesaban después de la misión. Al abrir la puerta, encontró a Duxo despierto, con los ojos ligeramente enrojecidos.

—¿Duxo? —susurró Aquino, sorprendido—. ¿Qué haces despierto a esta hora?

Duxo dejó escapar un suspiro de alivio y, sin decir palabra, se acercó para abrazarlo. Aquino, aunque agotado, sintió una calidez al sentir los brazos de Duxo rodearlo. Estaba preocupado y tembloroso, como si temiera que él no regresara.

—No podía dormir —murmuró Duxo al soltarlo—. Desde que te fuiste, he tenido... pesadillas. Era como si algo me susurrara que te pasaría algo malo, o que no volverías.

Aquino le acarició la espalda, intentando calmarlo. Él mismo estaba cansado, pero ver a Duxo tan vulnerable le quitaba parte de ese peso.

—Ya estoy aquí, todo está bien —dijo Aquino con una sonrisa cansada—. Vámonos a dormir. Mañana hablamos más.

Duxo asintió y, tomados de la mano, se dirigieron a la cama, encontrando algo de paz en la compañía del otro.

---

A la mañana siguiente, Aquino se despertó sintiéndose ligeramente mejor, aunque la fatiga de la misión seguía en él. Al ver a Duxo ya levantado, decidió ayudarlo a enfrentar esas pesadillas que lo atormentaban, aun cuando no estaba seguro de cómo hacerlo.

Más tarde, Aquino intentó usar su magia para algo tan sencillo como tomar un libro de un estante alto. Hizo un simple movimiento de manos, y el libro comenzó a flotar, pero de repente, se tambaleó en el aire y cayó directo sobre su cabeza con un golpe sordo.

—¡Ay! —exclamó Aquino, frotándose la frente mientras el libro caía al suelo.

Duxo, quien lo observaba, no pudo contener la risa.

—¿Eso también era parte de tu magia? —preguntó Duxo, sonriendo.

Aquino le devolvió la sonrisa, fingiendo indignación.

—Tal vez el libro decidió atacarme —respondió Aquino, encogiéndose de hombros.

Aunque bromeaba, algo en su interior se revolvía. Su magia no solía fallar en cosas tan simples. Ese libro debería haber flotado con facilidad. ¿Por qué ahora era diferente?

---

A lo largo del día, Aquino notó que su magia continuaba comportándose de manera inestable. Al intentar encender una vela en la cocina, una llama brotó descontroladamente de su mano, casi rozando la manga de Duxo, quien se apartó con un pequeño sobresalto.

—¿Estás seguro de que todo está bien? —preguntó Duxo, mientras ambos intentaban limpiar los restos de una pequeña explosión que Aquino había provocado accidentalmente.

—Debe ser cansancio —respondió Aquino, evitando mirarlo a los ojos. Pero en el fondo sabía que algo más estaba ocurriendo. Decidido a no darle demasiadas vueltas, Aquino cambió el tema.

—Oye, ¿qué fue lo que soñaste? Dijiste que habías tenido pesadillas.

Duxo dudó, como si recordarlo le provocara miedo.

—No quiero hablar de ellas —dijo en voz baja. Después, como si decidiera abrirse más, agregó—. Veía sombras... susurraban cosas terribles, que nunca podrías ayudarme... que estaba destinado a perderte.

Aquino sintió un nudo en el pecho. No quería que Duxo viviera con esos miedos. Se acercó y le puso una mano en el hombro.

—Duxo, no tienes que enfrentarte a eso solo. Estoy aquí, y no planeo irme. Si esas cosas vuelven, las enfrentamos juntos, ¿de acuerdo?

Duxo le devolvió una leve sonrisa, aunque sus ojos seguían mostrando una sombra de preocupación.

—Gracias, Aquino. A veces siento que todo esto... lo que tenemos... podría desaparecer en cualquier momento.

Aquino quiso asegurarle que no había razón para temer, que todo estaría bien, pero algo en él lo hizo quedarse en silencio.

---

Más tarde, Aquino intentó practicar un hechizo simple, esperando que los problemas con su magia ya se hubieran solucionado. Sin embargo, esta vez, una visión lo invadió: Duxo estaba rodeado de sombras, con una expresión de profunda tristeza. Su voz, apenas un susurro, se colaba en sus pensamientos.

—Lo siento... —murmuraba Duxo en la visión, con una mirada perdida, como si lo estuviera despidiendo para siempre.

Un escalofrío recorrió a Aquino, y cuando la visión desapareció, quedó con una sensación de vacío y un eco de la voz de Duxo resonando en su mente.

—¿Qué significan estas visiones? —pensó, apretando los puños, frustrado. Sintió como si algo oscuro estuviera por venir, algo que aún no podía comprender, pero que lo estaba acechando, fuera de su alcance.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 03 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Realidad Rota [Duxino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora