Capitulo 10

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Aquino avanzó por el bosque antiguo, sus pasos inquietos aplastando las hojas secas bajo sus pies. El viento susurraba entre los árboles como si compartiera sus secretos más antiguos, y la magia del lugar vibraba en el aire, esperando ser convocada. Aquino estiró ambas manos, cerrando los ojos mientras murmuraba un hechizo.

–Por favor... por favor, que funcione.

Una luz dorada emergió de sus palmas y parecía conectarse con las raíces de los árboles, haciendo que el suelo temblara ligeramente. Las ramas se inclinaron hacia él, como si respondieran a su desesperación. El portal comenzó a formarse: un remolino brillante de energía que destellaba con colores desconocidos. Sin pensarlo dos veces, Aquino dio un paso hacia él y dejó que la magia lo absorbiera.

Al cruzar, Aquino sintió como si su cuerpo se desintegrara y volviera a ensamblarse en un lugar completamente distinto. Flotaba en un mar estrellado, rodeado por líneas de luz que se movían en todas direcciones. Las estrellas y nebulosas danzaban con suavidad, y el flujo del tiempo cruzaba el horizonte como ríos brillantes en el cosmos.

De la nada, apareció Soaring, envuelto en una aura brillante que transmitía paz. Su expresión era serena, pero su mirada proyectaba sorpresa y algo de preocupación.

–Aquino... ¿Qué haces aquí? –preguntó, su voz baja pero firme.

Soaring cruzó los brazos y con un leve movimiento abrió un portal detrás de Aquino.

–Este no es un lugar en el que puedes estar. Vamos, te llevo de vuelta.

Aquino, desesperado, dio un paso adelante y le sujetó el brazo con firmeza.

–¡No, espera! Por favor... escúchame.

Soaring lo observó con una mezcla de curiosidad y preocupación, sin apartar la mano que Aquino sostenía.

–Está bien –susurró con suavidad–. Habla.

–Todo está cayéndose a pedazos –dijo Aquino, soltando el aire en un suspiro quebrado–. Desde que todo inició, nada tiene sentido. No encuentro soluciones, y Duxo... él... –se pasó una mano por el cabello, frustrado–. No sé qué hacer, Soaring. Lo he intentado todo y sigo sin respuestas.

Soaring inclinó la cabeza, sus ojos centelleando con comprensión.

–Te duele, ¿verdad? Todo lo que creías seguro se siente... roto.

Aquino asintió, los hombros tensos.

–Y lo peor es que no puedo rendirme. No soy alguien que se detiene, pero... me siento perdido. Necesito tu ayuda. Por favor, dime que hay algo que pueda hacer.

Soaring dejó escapar un suspiro lento y colocó una mano reconfortante en el hombro de Aquino.

–Escucha, Aquino. No siempre es cuestión de encontrar la solución perfecta. A veces, lo único que podemos hacer es aceptar que algunas cosas no tienen arreglo inmediato.

Aquino bajó la mirada, frustrado con la idea de que la solución no fuera tan clara.

–¿Entonces qué se supone que haga? ¿Solo... aceptar que nada tiene sentido?

Soaring esbozó una sonrisa suave.

–No, Aquino. Debes seguir adelante, aunque el camino se pierda ante tus ojos. Y sobre Duxo... el amor nunca es perfecto, Aquino. No consiste en tener todas las respuestas al instante, sino en aprender a avanzar juntos, incluso en medio de la incertidumbre.

Aquino lo miro con esperanza pero con duda.

–¿Y si nunca puedo entenderlo del todo?

Soaring apretó su hombro con gentileza.
–A veces no necesitamos entender. Solo necesitamos intentarlo.-
Soaring hizo un gesto con la mano y una pequeña esfera de luz apareció flotando entre ellos.

–Hay algo que podrías buscar –dijo en un tono más serio–. El Artefacto del Conocimiento Fragmentado. No te dará las respuestas completas, pero te mostrará verdades que podrías haber pasado por alto. Sin embargo... usarlo tiene un precio.

Aquino frunció el ceño.

–¿Qué clase de precio?

Soaring lo miró con seriedad.

–A veces, conocer la verdad no trae paz, sino más preguntas. El artefacto te llevará a enfrentarte con lo que realmente eres y lo que quieres. Asegúrate de estar listo para eso.

Aquino asintió lentamente, aceptando el nuevo desafío.

–¿Dónde lo encuentro?

Soaring señaló hacia las líneas del tiempo que fluían a su alrededor.

–Está oculto donde las realidades convergen y el tiempo se enreda. Encontrarlo será complicado, pero si alguien puede hacerlo, eres tú.

Soaring abrió un portal hacia el bosque por donde Aquino había llegado. Antes de empujarlo suavemente hacia él.

–Una advertencia, Aquinin: no esperes que la verdad te dé todas las respuestas. A veces, lo único que revela es cuán complicada es la gente que amas.

Aquino asiente lentamente.
-Gracias Soaring.

-De nada. Ahora, vete antes de que rompas algo aquí de nuevo –dijo, empujándolo hacia el portal–. Y si necesitas más consejos amorosos, ya sabes dónde buscar. Cobro barato.- Dijo eso dedicándole una última sonrisa.

El portal se cerró detrás de Aquino, sabía lo que debía de hacer ahora. Se adentró en la oscuridad del bosque, sabiendo que su viaje apenas comenzaba.

Realidad Rota [Duxino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora