Me encanta el chisme, no voy a negarlo. La emoción de compartir una noticia jugosa o un secreto que nadie más sabe es una tentación difícil de resistir. Pero, cuando esos chismes me alcanzan a mí, cuando el centro del problema me involucra, todo cambia. Ahora mismo, por ejemplo, ese amor por el chisme me tenía corriendo como si mi vida dependiera de ello.El eco de mis pasos resonaba en los pasillos, y las risas y miradas de algunos estudiantes se volvían hacia mí al verme correr. Mis pulmones comenzaban a doler, y la adrenalina recorría cada rincón de mi cuerpo, pero lo que más oía, incluso sobre mis propios jadeos, era la voz de Esteban, retumbando desde atrás.
—¡Maldito cuatro ojos! —gritaba, sus pasos pesados acercándose. Sentía que cada palabra era como una pequeña punzada de amenaza.
Me maldije en silencio, deseando haber tenido la inteligencia de cerrar la boca en su momento. ¿Por qué tenía que contarle ese chisme a Lando en medio de un pasillo? ¿Por qué no pude resistirme a compartirlo? Me repetía esas preguntas mientras mis piernas parecían moverse solas, impulsándome a alejarme lo más posible de Esteban. Tal vez si hubiera guardado silencio, si no hubiera dejado que el ansia de contar todo lo que sabía me consumiera… pero ya era demasiado tarde para arrepentimientos.
La historia, claro, era interesante: había escuchado que Esteban, en uno de sus momentos de aparente gloria, había pasado por un percance bastante humillante. Se había rumoreado que, en una cita con una omega, cuando estaban a punto de llegar al momento crucial… bueno, digamos que no todo salió según lo planeado para él. Sus nervios lo traicionaron lo que hizo que su pequeño amigo durará solo un segundo, y eso había sido suficiente para que la noticia se esparciera como pólvora entre los pasillos de la escuela.
Yo, como siempre, no pude resistirme. Había contado todo a Lando mientras reíamos en el rincón del patio, con una complicidad que creíamos privada. Pero Esteban, quien parecía habernos escuchado desde quién sabe dónde, se había percatado y, desde entonces, tenía los ojos fijos en mí, listo para el momento adecuado de ajustar cuentas. Y ahora ese momento había llegado.
Mis piernas ardían mientras seguía corriendo por los pasillos, esquivando a otros estudiantes, algunos de los cuales se giraban para ver el espectáculo. Mi respiración se volvía cada vez más entrecortada, pero no tenía otra opción más que seguir corriendo. Esteban no era alguien a quien te gustara ver enfadado, y menos cuando tú eras el objetivo de su furia.
Doblé una esquina y, por un momento, pensé que había logrado perderlo. Me apoyé contra la pared, intentando recuperar el aliento, pero apenas tuve tiempo de calmarme cuando escuché su voz otra vez, esta vez mucho más cerca.
—¡Te voy a enseñar a no meterte en mis asuntos, nerd!
Sin pensarlo, eché a correr de nuevo, prometiéndome que si salía de esta, guardaría mis chismes para mí mismo… o al menos, los contaría solo cuando estuviera seguro de que nadie indeseado estuviera escuchando.
En cuanto vi la puerta del baño, no lo pensé dos veces. Mi corazón latía tan rápido que parecía que iba a salirse de mi pecho, y mis piernas ya comenzaban a temblar. Me lancé al interior y cerré la puerta con el seguro, recargándome contra ella para agregar una barrera más, por si acaso. Mi respiración era un desastre, y cada inhalación me quemaba el pecho, pero al menos sentía una pizca de alivio al saber que Esteban no me había atrapado aún. Necesitaba empezar a correr más o, mejor, aprender a no contar rumores tan a la ligera.
Justo cuando pensaba que podía recuperar un poco el aliento, una voz familiar rompió el silencio.
—¿Max?
Levanté la vista y, para mi sorpresa, ahí estaba Checo, mirándome con el ceño fruncido. Su expresión mezclaba sorpresa y confusión, y no lo culpaba. Yo también estaba en shock. ¿Qué hacía él aquí, en el baño de alfas? Me pregunté por un momento, hasta que me di cuenta de la realidad: yo era quien había entrado al baño de omegas en medio de mi desesperada huida. Sentí cómo mis mejillas se encendían de golpe, avergonzado.
![](https://img.wattpad.com/cover/380536161-288-k147072.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Conquistando a mi crush || Chestappen
Fiksi Penggemar"Es triste amar a alguien tan querido, tan admirado, y saber que mi lugar es en las sombras, donde ni siquiera se dará cuenta de lo que siento."