Alianza o Desconfianza

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— ¿Qué es lo que quieres, Megatron? —Esa fue la primera frase que escuché al entrar en su oficina. No los clásicos desvaríos de grandeza ni las palabras halagadoras que más tarde se convertirían en una apuñalada por la espalda, como dirían los terrestres. Solo una pregunta simple y plana. Su tono molesto revelaba la simpleza de la situación, remarcándola con la austeridad de la habitación en la que nos hallábamos. Al parecer, esta oficina también era su cabina, sencilla y sin adornos extravagantes. Solo una estación de recarga y el escritorio, acompañado de dos sillas especialmente diseñadas para estructuras aéreas. Algo que extrañé en cierto modo.

Sus ópticos azules se iluminaron con impaciencia mientras esperaba una respuesta.

— ¿Qué es lo que quieres? —exclamó en cuanto me vio, consciente de la situación real. Él ya no me temía en lo más mínimo, lo capté en el gesto desdeñoso de su rostro y alas, las cuales se veían todo menos tensas.

— ¿Y bien? —prosiguió con exasperación, esperando una respuesta lógica.

La frustración ardía en mi chispa. ¿Qué quería? ¿Para qué vid? ¿Qué esperaba ganar? Yo había hecho mi decisión hace mucho tiempo y ellos siguieron adelante. Sin mí. Cada una de esas palabras era como un cuchillo en mi procesador. Ver a Starscream, a quien siempre había visto como alguien menor, ahora sentado con tanta seguridad y control, me llenaba de una mezcla de dolor y amargura.

—Ya que no te ves muy partidario de hablar, comenzando yo —prosiguió el volador, rodeando la mesa mientras dejaba en la superficie el datapad que sostenía en uno de sus servos—. Voy a sacarte de la nave en cuanto llegue a la puerta, así que tienes un par de nanosegundos para empezar a abrir tu boca y aclarar la razón de tu visita —advirtió.

La tensión en el aire era palpable, cada palabra del caza tricolor resonaba con una mezcla de desafío y desdén. El ambiente austero de la oficina, con sus paredes metálicas y la iluminación fría, acentuaba la frialdad de la interacción.

Miré al comandante aéreo por primera vez como tal; mis ópticos captando cada detalle de su postura relajada y confiada. La realidad me golpeó con fuerza: había perdido mi posición, mi control, mi respeto. Sentí una ola de frustración y dolor, una quemadura amarga en mi chispa. Había venido aquí esperando redención, pero cada segundo que pasaba me recordaba cuán lejos estaba de obtenerla.

Tomé un momento para recomponerme, sabiendo que mis siguientes palabras serán cruciales.

—Estoy aquí para... —comencé, mi voz temblando ligeramente antes de estabilizarse—. Estoy aquí porque sé que necesitamos mantener una unidad frente a la amenaza que enfrentamos. No podemos permitir que nuestras tensiones internas nos debiliten ahora.

El volador mantuvo su mirada fija en mí por un momento antes de asentir lentamente.

—Muy bien, hablemos. Pero recuerda, Megatron, los tiempos han cambiado, y las cosas ya no son como antes —advirtió con voz gélida.

La oficina se llenó de una tensión palpable mientras los dos antiguos líderes se miraban fijamente, conscientes de que el futuro de su causa dependía de las decisiones que tomaran en ese momento.

Soundwave esperaba afuera, recargado en el muro mientras procesaba los acontecimientos recientes. Sabía que Starscream no hacía concesiones sin una ganancia detrás. Esta especie de limbo entre ellos se debía a lo que podían obtener al formar una alianza. No podía estar en guerra con todo y todos; no si deseaban seguir adelante con la reconstrucción. Aún faltaban fragmentos por localizar y algunos cristales más por recolectar, un secreto que los generales y la tripulación del Venganza resguardarían con la chispa.

Sombras de AcéroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora