Conflicto de convergencia

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Starscream, con su mirada fija en los mapas estelares proyectados frente a él, comenzó a asignar tareas específicas a las unidades a bordo del Venganza. El vasto espacio se desplegaba con planetoides brillando como gemas dispersas en la inmensidad. Sabía que cada equipo debía desempeñar un papel crucial en la búsqueda de los fragmentos.

Al escuchar el plan de Megatron de vigilar desde arriba mientras los Constructicons realizaban las excavaciones, una idea se formó rápidamente en la mente del comandante aéreo, tomando la palabra de su exlíder de manera literal. — Megatron, ya que quieres tanto participar y deseas hacerte útil, vigilarás desde arriba como comentaste, pero asignaré a Skywarp para que te apoye en esta tarea. Dos vigías serán más efectivos que uno — comentó el caza tricolor dejando claro que no estaba abierto a debate.

El mecha grisáceo frunció el ceño, no muy de acuerdo con la intervención de otro Decepticon en su plan. Sin embargo, reconocía la lógica detrás de la decisión.

— Muy bien, como digas, Skywarp, asegúrate de seguir mis órdenes y mantenerte alerta — recalcó el volador de mayor tamaño cediendo a regañadientes. Por primera vez el confort de ser quien daba las órdenes iluminó la chispa del volador anteriormente reprimido.

La voladora en cambio, no se vio muy feliz por dicha situación; para ella, el aludido solo era un traidor tratando de salvar su chispa, pero asintió dando prioridad a la misión.

— Haré lo necesario para asegurar el éxito de la misión — confirmó poco después.

Starscream continuó, — Megatron, tú y los Constructicons han sido asignados al planeta donde reposan los cristales que amplifican la energía de los fragmentos. Hook, Mixmaster, Scrapper, Bonecrusher, Long Haul y Scavenger, deben realizar las excavaciones necesarias para extraer los cristales que podamos cargar en la bahía de carga G del Venganza. Nuestro ex comandante será el encargado de la vigilancia del grupo mientras trabajan — Dijo asignando a la nave de popa que los escoltaría a la superficie del planeta. El ex gladiador no sabía exactamente de qué cristales hablaban, pero la importancia que todos le daban al asunto le hizo suponer que eran imperativos para el desarrollo del mundo que él había dejado morir.

El planeta al que se dirigían era una esfera desolada y rocosa, sus cielos teñidos de un verde pálido por la atmósfera rica en minerales. Cristales brillaban en la superficie como espejismos, refractando la luz de una estrella lejana. Mientras tanto, Bumblebee se preparaba para partir con el equipo de los Stunticons. A pesar de estar acostumbrado a enfrentar situaciones peligrosas y de exploración, que era básicamente la naturaleza de su existencia, no podía evitar sentir una punzada de miedo al ver a Motormaster mirarlo con desdén.

El bot tan similar a Optimus y al mismo tiempo tan distinto, lo observaba, enfocando sus ópticos en su forma, con una mirada que parecía atravesar al muscle car amarillo. Se acercó lentamente al mismo antes de hablar.

— Mantente fuera de mi camino, bicho — gruñó el tráiler púrpura de manera amenazante.

Wildrider, siempre el bromista del grupo, se rió al ver la tensión. Amaba esa clase de situaciones, lo que aseguraba una misión bastante divertida a su parecer.

— ¿Qué pasa, Bee? ¿Te asusta el grandote? — pregunto el mecha con una sonrisa burlona.

Bumblebee tragó energon, tratando de no dejarse intimidar.

— No estoy aquí para causar problemas, solo quiero asegurarme de que cumplimos con la misión — respondió, su voz firme aunque su nerviosismo era evidente.

Breakdown intervino al notar la actitud de sus compañeros de equipo.

— Basta Chicos, tenemos una misión importante y necesitamos trabajar juntos — comento, mirando al autobot con comprensión. — Vamos, Bee. Nos aseguraremos de que todo esté preparado para salir.

Sombras de AcéroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora