CALMA / MINSUNG

5: CAÍDA

Había días en los que anhelaba hacer cosas malas. A veces imaginaba que podía despedazar a una persona sin que me temblara el pulso, luego mi cabeza cambiaba a los momentos de mi niñez en donde me sacaban sangre y ver solo ese hilo de sangre deslizandose por el tubo provocaba que me desmayara al instante. Entonces la idea de despedazar cuerpos ya no me parecía divertido.

Sin embargo, no puedo decir lo mismo mientras tengo al mismísimo Judas frente a mis ojos.

Desearía despedazarlo.

Esta sentado de forma correcta, como siempre. Se asemeja a un ángel, todo el mundo lo dice, la manera en que su rostro se amoniza a tal punto de generar esa ternura. Su rubio cabello brillante recogido por el medio y esa vestimenta para nada sutil.

A Felix le queda espectacular el blanco, debo de admitir.

Pero ahora solo anhelo verlo manchado de sangre, por traidor.

—¿Cuánto vales, Bro?

Felix sonríe de forma tierna en mi dirección, dicha acción hace que sus ojos se entrecierren aún más.

¿Por qué eres tan lindo?

—Nada puede comprarme.—Responde con tranquilidad.

—¡¿Y cómo fue que me vendiste tan fácil a Lee Minho?!

Parece pensarlo un poco, sus labios se vuelven rectos y ese famoso hoyuelo se asoma en una de sus mejillas.

—Somos mejores amigos Jisung.—Comienza—Y conozco a Lee Minho, por favor, confío en él.

—¡Me vendiste! ¡él lo sabe todo de mí!

Felix levanta uno de sus dedos, es tierno, incluso sus dedos son más pequeños que cualquier dedo normal.

—Yo solo di información suficiente. Lee Minho necesitaba a alguien especial y yo se lo dí, él más que nadie puede mantenerte a salvo ¡Y eso es más que suficiente para mi!

Mantenerme a salvo.

Es tan irónico dado que debo arriesgar mi vida por ese primogénito suyo.

—¿Qué fue lo que dijiste? ¿Qué información le entregaste?

—Solo lo básico, Jisung—Su ceño se frunce—Que eres bueno en combate de todo tipo, experto en armas, análisis de cualquier cosa, lo que él necesitaba.

—¿Cómo sabía donde escondo mis armas? ¿Qué tal lo del café?

—Bueno, sí, le dije que te encantaba el americano, pero eso y ya.

—¿Le dijiste algo más?

Felix se toma su tiempo al pensar bien sus respuestas.

—¿Por qué tantas preguntas?

—Responde, mierda, sabes que odio que la gente sepa que soy...

—¿Ah?—Su cabeza se inclina hacia un lado—No Jisung, lo que hice fue para mantenerte protegido, no quiero que nadie del FBI te arreste o te haga desaparecer. Minho es el único que pasa por encima del FBI sin consecuencias y no, si aun tienes dudas, yo, tu mejor amigo, no le he dicho a tu jefe que eres un Mpreg.

Me dejo caer pesadamente sobre, ahora, mi cama.
El colchón esta duro, dado que es nuevo y jamás nadie lo ha tocado.

Pienso seriamente en tirarlo al piso y saltar sobre él hasta llegar a ablandarlo.

—¿No le dijiste que soy un Mpreg?

Felix vuelve a negar con su cabeza.

—Jamás haría eso.