9 MASACRE

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Dejar a Minho completamente solo rodeado de vidrios era lo único que podía hacer. Aún seguía molesto así que simplemente lo deje en mitad de su habitación.
En cuanto cerré la puerta detrás de mí, un largo pasillo oscuro me esperaba.

Solo que no estaba vacío.

—¿Algo le paso a mi papá?—Jae tiembla en medio del pasillo. Lleva su pijama y tanto Chris como Changbin lo acompañan.

Miro a ambos guardias y luego al pequeño.

Dios, estoy muy cansado para esto.

—Tu papá está bien.—Cierro mis ojos tratando de mantener la calma—Solo quiere estar solo, igual que tú, es hora de ir a la cama.

Jae hace una pequeña mueca con sus labios, a veces me dan ganas de apretarle esas mejillas rosadas, pero sé cuánto odia el contacto físico.

—Descansa Tío Jisung.

Jae se pierde del otro lado de su puerta mientras mi corazón se detiene a mitad de ese oscuro pasillo. Oscuro y frío pasillo que de pronto ya no parece eso, ahora puedo sentirlo un poco más cálido.

—Te está tomando cariño—Murmura Changbin—Ahora tienes a dos personas que no puedes decepcionar.

—Te odio Changbin.

Le doy un leve empujón esperando un golpe de regreso, pero eso no pasa, en su lugar hay una risa divertida de su parte.
Es la primera vez que lo escucho reírse, ni siquiera lo vi sonreír aún.

Los siguientes días se vuelven tranquilos, no quiero celebrar por eso, en realidad Jae esta demasiado triste como para querer hacer algo divertido.
Se la ha pasado tirado en el césped en el jardín trasero.

Esto es aburrido.

Mantener la mirada en un niño tirado en el piso sin que se mueva por horas es muy aburrido.

¿Respira?

Analizo su pecho, sube y baja con tranquilidad.

Sí, está vivo.

—¿Cuánto lleva así?

Su aliento me hace cosquilla en la nuca, trato de fingir que aquello no me afectó ni siquiera un poco y ladeo la cabeza.

—Tres horas, tal vez más.

Hay un suspiro de su parte.

—Intenté hablar con él en la cena, pero no quiere hacer nada—Confiesa en un susurro.—Está un poco enojado conmigo.

—No, Jae se tomó en serio lo de no molestarte.—Me limito a cruzarme de brazos mientras Lee Minho baja los escalones en dirección al jardín.—¿Le ofreciste helado?

—No quiso.

—¿Tal vez salir...?

Se detiene en el último escalón para voltear a verme.
Es la primera vez que lo veo con ropa casual. Camiseta blanca y jeans olgados.

—¡Jae!—Grita. El pequeño gira su rostro en dirección a nosotros, no hay expresión alguna en él—¿Quieres acompañarme a la reserva?

Desde aquí puedo ver la forma en que su mirada se ilumina.

—¡Sí!

—Genial, Jisung vendrá con nosotros.

¿Ah?

No quiero interponerme entre padre e hijo, no, en realidad no quiero que Jae se sienta invadido.
Es un momento de ellos dos, yo no pertenezco a ese círculo.

CALMA / MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora