Violeta y sus padres pasan el miércoles de visita turística por algunos lugares que no quedan demasiado lejos del pueblo donde se alojan, y no es hasta las tantas de la noche que regresan muertos de cansancio.
Al día siguiente, cuando después de comer baja de su habitación con su bolso de playa, se encuentra con un panorama bastante aburrido en el salón de la casa. Su padre se está echando la siesta de su vida en el sofá, aún cansado por el viaje del día anterior. Y su madre, que ha logrado después de varios intentos poner Netflix en la televisión, está viendo una de las series raras que tanto le gustan.
Parece que sus padres no estarán por la labor de hacer nada más que eso en el día de hoy.
Y por primera vez en mucho tiempo, Violeta piensa que es el plan más aburrido al que se puede unir.
Así que sale por el patio trasero y camina por las baldosas de piedra hasta la piscina comunitaria, donde cuanto más se aproxima más capaz es de escuchar un jaleo considerable incluso si no hay muchas personas disfrutando de la tarde.
Arquea la ceja cuando sus ojos se topan con la imagen de un niño de no más de siete años, saltando de un lado a otro con una espada de goma y lanzando gritos de guerra. No muy lejos, identifica a Alex caminando al igual que ella en dirección a la piscina
—¡Keeks, the monster! —el pequeño grita señalando al cordobés, quien se hace el dolido por ser el villano de su juego—¡Laser beam! Bip, bip, bip —apunta sus puños hacia Alex y este no tiene más remedio que fingir dolor de la forma más dramática que se le ocurre. —¡Finish him, Chiara!
—¡Ultra sonic ray! —grita Chiara en ayuda de su compañero "superhéroe". Alex finge dolor una vez más, cayendo desplomado en el suelo —¡Done! —el pequeño salta de alegría y abraza las piernas de la morena, dirigiéndose después hasta el otro chico que se mantiene tieso en el suelo.
—¿Alex...? —lo llama con un pequeño puchero en sus labios antes de que el cordobés lo sobresalte y comience a hacerle cosquillas sin parar.
—¡¿Por qué tengo que ser yo el villano?!
—¿Y quién sino? —se burla la morena, agarrando la espada que el niño ha dejado caer, girando justo cuando la pelirroja entra en el recinto de la piscina —¡Vio! ¡Has vuelto! Cuánto tiempo.
Violeta tiene que contener una risa.
Estuvieron hablando por mensajes literalmente durante todo el viaje de vuelta, así que en realidad no hace tanto tiempo que no hablan o no se ven.
Y por lo que hablaron la tarde anterior, el niño pequeño que se recupera de las cosquillas del cordobés, debe de ser su hermano pequeño. Su cabello negro, sus ojos verdes y la sonrisa digna de un anuncio de pasta de dientes es suficiente para afirmar que se trata de su hermano.
—I'm back —saluda con una sonrisa.
—Pensaba que no te vería hasta más tarde. Como estabas taaan cansada
Violeta se encoge de hombros a la vez que deja su bolso en la tumbona al lado de la morena —Siempre puedo dormir en la tumbona mientras tomo el sol.
—Pues lo vas a tener complicado, con el torbellino que tengo como hermano —Chiara mira por encima del hombro, viendo como el pequeño las mira algo curioso —Hey Joey, look, this is Violeta.
El niño da unos pasos sin apartar su mirada de ella. Se detiene justo al lado de la morena, quien alarga su brazo y masajea los hombros de su hermano menor, algo tímido por conocer a alguien nuevo.
—Hi Joey —saluda Violeta, agitando tímidamente la mano y sentándose en la tumbona de al lado para quedar más a su altura. —I saw you defeating that monster —dice, dirigiendo su mirada a Alex, quien le hace una burla desde la piscina.
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Cuando sale la luna | Kivi
FanfictionVioleta no ha tenido un año fácil, y no va a mejor cuando sus padres insisten en que pase las vacaciones con ellos en un pequeño pueblo de Gran Canaria. Su lado positivo le dice que quizás esta sea una forma de librarse de las insistentes súplicas d...