Mi madre es muy creyente y se la pasa rezando todo el día.
Siempre me pide que rece con ella.
Me dice que si yo le pido un milagro a Dios con todo el corazón, Él me lo concederá sin falta, porque Dios siempre escucha a los niños.
Pero aunque recemos, las cosas siguen empeorando.
Cuando rezo, siento mucha rabia.
Tengo rabia, porque mi papá se ha muerto, pero la señora Betty y su esposo siguen vivos y libres, todavía dispuestos a hacernos todo el daño posible.
Han empezado a llegar cartas con amenazas, cartas de gente que dice que nos va a quitar la casa.
Yo sé que todo eso viene de parte de la señora Betty y su esposo, que desean dejarnos sin nada, en la ruina total.
Dios mío, ayúdanos.
Niñito Jesús, por favor sálvanos de esa gente malvada.
Sálvanos, por favor...
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Dulce, dulce sueño de venganza
KorkuJulio tiene once años, y una creciente desesperación. Más grande, sin embargo, es su rabia...