III

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Mi madre es muy creyente y se la pasa rezando todo el día.

Siempre me pide que rece con ella.

Me dice que si yo le pido un milagro a Dios con todo el corazón, Él me lo concederá sin falta, porque Dios siempre escucha a los niños.

Pero aunque recemos, las cosas siguen empeorando.

Cuando rezo, siento mucha rabia.

Tengo rabia, porque mi papá se ha muerto, pero la señora Betty y su esposo siguen vivos y libres, todavía dispuestos a hacernos todo el daño posible.

Han empezado a llegar cartas con amenazas, cartas de gente que dice que nos va a quitar la casa.

Yo sé que todo eso viene de parte de la señora Betty y su esposo, que desean dejarnos sin nada, en la ruina total.

Dios mío, ayúdanos.

Niñito Jesús, por favor sálvanos de esa gente malvada.

Sálvanos, por favor...

Dulce, dulce sueño de venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora