La expulsión de Carlos Romero no pasó desapercibida al día siguiente. Estuvieron atentos desde el principio; cuando la directora Galera le llamó junto al entrenador Curotto en mitad de la clase de Violeta. Todos susurraban y fruncía el ceño sin entender por qué se llevaban al chico mientras la pelirroja miraba de reojo a Delgado, preocupada al verlo tan cabizbajo. Quizá estaba más asustado de lo que pensaba, pero era algo que iba a ocurrir irremediablemente. Media hora después, llamaron a Alex para confirmar la historia sobre el acoso escolar que sufría a la vez que Romero negaba. Finalmente, el capitán se rindió cuando éste le enseñó los golpes tapados. Para rematar, también hizo llamar a algunos estudiantes del fútbol americano para corroborar toda la historia y Galera, decepcionada, tomó las medidas necesarias para que no repitiera.
Una hora más tarde, en el descanso de todo el instituto, todos se encontraban en los pasillos sujetando sus libros y cuchicheando la expulsión permanente mientras que la directora Galera acompañaba al señorito Romero a la salida dónde se encontraban sus padres, cabizbajos expresando la humillación y la decepción de su hijo.
Era un tema del cual hablar y mucho después de tratarse del capitán y el alumno más elogiado del instituto, pero Noemi Galera puso firme a todos. Gritó en medio del pasillo de que no quería oír ni una palabra más o tendrían consecuencias. También expresó que esperaba que no se repitiera la misma o semejante historia porque les pasaría lo mismo que le pasó a Romero: quedarse sin un futuro prometedor ya que tendría una marca en su expediente de por vida al ser expulsado.
Aunque también calmó el ambiente denso, teniendo programadas algunas excursiones los próximos días para que tuvieran sus mentes ocupadas y sólo hablasen de los próximos trabajos.
***
En la sala de profesores, todos volvieron a su trabajo después del duro día que tuvieron. Solo faltaban Lucas, Violeta y Chiara para salir ya que Noemi se quedó para nombrar a los tres cómo sus confidentes. Lucas por haber contado la historia, Chiara por saber que apoyó a Delgado y Violeta por que tenía una mano dura amenazando a sus alumnos de que, como soltaran alguna palabra sobre la expulsión, ella no tendría problema en mandarles ejercicios hasta que parasen de cotillear.
- Espero que estéis contentas - habló Curotto rompiendo el silencio incómodo después de la partida de Noe -. Habéis arruinado el futuro de un chaval por vuestras mariconadas.
- Oh, por Dios, cállese ya y deja de llorar que ha conseguido ser un ojito para la directora Galera. Algo es algo - se burló Violeta antes de que Lucas diera un portazo al salir.
- Joder, encima el cabrón nos echa la culpa. Espero que el karma actúe también sobre él - gruñó Chiara molesta viendo como Violeta cogía sus cosas en silencio -. Aunque al menos hemos conseguido algo y me alegro de que Delgado se sienta mucho mejor - sonrió agarrando sus libros y miró el semblante serio de la pelirroja -. Por festejar no se te va a arrugar la cara - bromeó Chiara, pero se quedó helada al ver la mirada fulminante de Violeta.
- !Dios, cállate tú también, Oliver - espetó de mala manera haciendo que la sonrisa de la rubia se esfumara.
Tensó la mandíbula y dejó los libros caer para dirigirse a ella.- ¿A ti qué te pasa? Intento hacer lo posible para que esta relación por lo menos sea un poco mejor, pero me contestas siempre mal - comentó en un gruñido, pero la pelirroja la ignoró de nuevo. Harta, se puso delante de ella -. ¿Se puede saber que te he hecho, Hódar? - preguntó interesada, entrecerrando los ojos llena de duda y Violeta suspiró de mala gana.
- Existir.
- En serio, dame una razón porque no entiendo por qué me tratas así. Desde el primer día...
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Se nos da bien odiarnos - Kivi
RandomEl prestigioso Instituto Operacion Triunfo siempre contó con la excelente Chiara Oliver, profesora de literatura inglesa. Todo cambiará con la reciente llegada de la mismísima Violeta Hódar, profesora de arte. Nadie la soporta, pero ninguno es capaz...