16 - Muerta de celos

192 16 1
                                    

- Pensaba que salías con una señorita, no con un pato mareado - se burló Violeta cogiendo su copa de la barra cuando Denna y Chiara se acercaron después de bailar.

- ¿Un pato mareado? - preguntaron ambas chicas al unísono, aunque Chiara sonó más a rabieta.

- Obviamente no sabes mover las caderas - ignoró a Denna completamente, dirigiéndose a Chiara con una sonrisa burlona entre dientes.

- ¿Y tú sí? - preguntó Chiara desafiante y la pelirroja simplemente arqueó las cejas entre que bebía un sorbo de su copa -. Oh, vamos a averiguarlo.

- Espera, ¿qué?

Sin más, tiró de ella haciendo que Bea rápidamente le arrebatara la copa y Denna le deseaba suerte con dirigirla. Chiara había bebido mucho. Creo que ahogó las penas un poco en el alcohol ya que su cita estaba mostrándose más distante con ella desde que apareció Violeta, no parando de observar a sus dos mejores amigas mientras bailaban o bebían. Quería pensar porque estaba frente a su mejor amiga, pero sus actos iban más allá. Este poco tiempo Denna le había demostrado todo lo contrario a lo que pensaba y se sentía frustrada porque parecía que había contestado todas sus preguntas con sus actos distantes, incluso perdiendo de vista un rato a sus amigas donde siguieron charlando sobre cosas triviales y deshaciéndose de sus brazos cada dos por tres como si le molestara. Las ilusiones se rompieron en mil pedazos, pero no iba a dejarse pisar por nadie. Nunca más. Era mejor así y ahora que hubiese llevado un tiempo conociéndola.

- Chiara, no quiero bailar contigo - espetó Violeta malhumorada forcejeando con ella, pero la pelinegra la ignoró completamente tirando de la motrileña con fuerza -. En serio, no quiero que me pises los pies.

- No lo haré, preciosa.

- ¿Me acabas de llamar preciosa?

- Veo que no estás tan sorda - se giró nada más llegar a la pista, haciendo que Violeta chocara con su cuerpo, posando sus manos en su camiseta. Realmente pensaba que su compañera iba preciosa, con ese vestido escotado y pegado a su cuerpo de infarto. Si no lo dijo antes fue por orgullo, para que no se le subiera a la cabeza, pero estando borracha no podía ni medir sus palabras y menos cuando estaban a solas -. Vamos, Hódar - susurró acercándose más a ella -. Demuéstrame lo que sabes
- desafió con una sonrisa entre dientes, pero la pelirroja sacudió la cabeza inmediatamente entre que se separaba de ella.

- No pienso caer en tu juego.

- ¿Y a qué juego estamos jugando exactamente? - preguntó interesada con una ceja alzada, cogiendo sus muñecas para que no escapara porque claramente la pelirroja quería darse la vuelta y huir de allí.

- Sé lo que intentas hacer. Quieres que baile para que finalmente te rías de mí como lo hago yo contigo.

- O a lo mejor quiero que me bailes como lo has hecho con Bea para que me cierres la boca - se sinceró y tiró de ella haciendo que Violeta volviera a posar sus manos en pecho y susurró -. Vamos, ¿a qué le temes?

- A ti... - susurró con la respiración entrecortada cuando el aliento de Violeta chocó con su rostro y la pelinegra arqueó la ceja dubitativamente. Violeta respiró hondo y prosiguió -. A que le digas al mundo que te has encontrado a la profesora más estricta del instituto bailar animada y despreocupadamente.

- Si es así, será nuestro secreto - prometió balanceándose hacia atrás de manera divertida, separándose de ella para bailar y Violeta rodó los ojos, negando con la cabeza -. Vamos, me tienes que enseñar. Si lo haces, juro que dejaré de llamarte miss amargada.

- Sé que lo harás igual - desafió mirando como Chiara seguía bailando de un lado a otro entre que se encogía de hombros. Violeta la miró y rodó los ojos viendo como la pelinegra se quería demostrar divertida -. Og, realmente eres un pato mareado...

Se nos da bien odiarnos - KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora