Boomerang

I Can't Help Falling In Love With You

"Se llevó una mano al rostro y la otra a la cintura mientras daba vueltas por la habitación...se metió al baño con la rabia consumiéndole las entrañas quería gritar, golpear algo y entonces sintió sus manos en sus muñecas.
Lo siguiente que registró fue su voz y una de sus manos en su rostro
"Ya está cariño...está todo bien..."
Ella le hablaba y sostenía sus muñecas en un suave masaje que la relajó al instante."

Boomerang, cap 4 The Love We Made

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Madrid Enero, 2008

El olor a hospital la tenía mareada y eso que no llevaba más de un par de días internada. Definitivamente era uno de los lugares que más detestaba, sobre todo después de la muerte de su madre. Suficiente tiempo había pasado entre pasillos fríos y habitaciones lúgubres como para llegar a detestarlas desde lo más profundo de su ser. Pero definitivamente el olor a hospital era lo que más odiaba, primero por la intensidad y segundo porque le hacía recordar los dolorosos momentos de su madre entre agujas y medicinas que al final, ni siquiera habían podido ayudarla. Por eso es que a pesar de todas las diferencias y temores que tenía hacia él, esperaba con ansia y esperanza que apareciera su padre para sacarla de ahí lo antes posible.

Los minutos pasaban y se le hacían eternos, miraba a cada instante el reloj en la muralla solo para darse cuenta de que habían pasado solo un par de minutos. Mientras esperaba a Damián, repasaba internamente lo que debía callar y lo que debía decir cuando él apareciera. Un paso en falso y terminaría metida en una discusión horrenda o lo que sería peor, terminaría diciéndole cosas de su vida privada que no debería hablar.

Sus amigos habían ido a visitarla temprano y le habían dado todos los consejos al respecto, todos coincidían que era preferible un constante "Si padre" a entrar en discusiones que podían conllevar una serie de daños colaterales. La idea era que cuando Damián se enojara, porque seguro lo iba a hacer, fuera solo porque iba a perder un semestre si es que no todo el año de universidad por la fractura en su pierna, brazo y clavícula izquierda.

"Que no se entere de nada más Marta!" le había dicho Pedro con un gesto solemne y preocupado y tenía razón. Bastaba con que supiera que después del partido con el equipo de vóley no se fijó al cruzar la calle y la había golpeado un auto. No tenía para que saber que el partido de futbol había terminado en batalla campal con un grupo de nazis y que por rescatar a Felipe, un mastodonte de 1.90 la había tirado a la calle donde la atropelló un vehículo que pasaba. Afortunadamente en ese momento entre el escándalo que ya había y el accidente, la policía había llegado y el conductor intercedió por ella explicando que no había alcanzado a frenar pero que claramente alguien la había agredido.

Tres días llevaba hospitalizada y tenía la esperanza de que su padre pudiera sacarla para llevarla a casa. Se suponía que debía estar al menos 3 semanas, pero de solo pensarlo ya se sentía más enferma.

Había decidido dormir cuando la puerta de su habitación se abrió de golpe y una ráfaga de color indeterminado corrió hacia ella.

"Cuidado Andrés que tu hermana no está bien!!!", apenas alcanzó a detenerse antes de lanzarse sobre ella y Marta vio sus ojos llenarse de lágrimas.

"Heyy tranquilo se ve peor de lo que es..." le dijo extendiendo el brazo bueno para acariciarle la cara y él solo atinó a tomarle la mano y acercar su cabeza a su cuerpo mientras sollozaba. Terminó acomodándose en la cama a su lado y enterró su cabeza en el hombro de su hermana, no era su cuello pero ahí podía sentir su olor más que el asqueroso olor a medicina del hospital.

"Hija por dios... Vine en cuanto Andrés me llamó!, tu padre fue incapaz de avisarme!" le decía su tía Digna más que molesta.

"No se preocupe tía ya sabe cómo es..."