This Is What I Call Growin Up!

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Ya era la hora de almuerzo, bueno, si es que almuerzas a eso de las tres casi cuatro de la tarde, pero habían decidido pasar por la cafetería italiana igualmente. Después de un par de cafés con sus respectivos cannoli, mientras se sonreían y tocaban por debajo de la mesa para luego robarse algún beso como adolescentes, se subían al auto de Marta sin ningún apuro. Ninguna de las 2 había revisado sus teléfonos y no tenían intención alguna de tomarlos. Después de la selfie, Damián intentó de nuevo llamar a Marta así que Fina le arrancó el móvil de la mano y procedió a bloquear al hombre de todas partes.

Cuando ambas se dieron cuenta de la hora, Fina le pidió que la acercara a la estación de metro más cercana para irse a casa.

Ambas sentían el nerviosismo de la incertidumbre frente a esta despedida sin realmente saber mucho que hacer tampoco cuando llegara el momento en que Fina bajara del auto.

Marta hizo avanzar el vehículo por las calles de Madrid mientras Fina no podía evitar mirarla y pensar que definitivamente no había manera en que no la volviera a ver, no ahora, no después de esa mañana. El teléfono de Marta que estaba en la consola, se iluminó mientras vibraba y el nombre en la pantalla devolvió a Fina a la realidad.

Marta atendió con el manos libres

"Jaime voy conduciendo te llamo luego?"

"Vale, vale, solo quería saber como sigues si está todo bien"

"Si, si todo bien... perfecto de hecho, te aviso y me llamas vale?"

"Vale"

Cortó la llamada y aprovechando la luz roja Fina se atrevió a preguntar lo que no quería saber.

"Y como esta Jaime?"

"Bien, bastante bien en realidad. Lo ascendieron en el hospital así que está ganando buena pasta y sus horarios ya no son tan demenciales así que le está dando bastante tiempo libre. Hasta se está imaginando tener hijos, pero le dije que yo no estaba dispuesta a andar acarreando chavales del Barcelona así que mejor que se fuera buscando niñera" le dijo mientras reía, pero Fina no se río, Marta se volteó a mirarla y recién entonces se dio cuenta de su error. Podía contarle parte de la verdad, pero decidió que, si realmente quería que al fin esto funcionara, tenía que decirle toda la verdad, aunque eso desatara lo peor de la mujer que amaba con su vida.

Estaban a un par de cuadras de la estación de metro y Fina le dijo

"Sabes que... mejor déjame aquí", le dijo cortante

"Fina..."

"No, no te preocupes, en serio"

"No, Fina escúchame"

"Déjame acá Marta por favor...", le dijo aguantando apenas la rabia y la pena.

"Escúchame por favor"

Hubo algo en la forma, en el tono, o quizás solo fue su imaginación, pero de pronto le pareció escuchar la voz de Marquitos diciéndole que la escuchara que la dejara hablar... respiró profundo y le dijo

"Ok, pero detén el auto"

Marta avanzó un poco y saliendo a una calle del costado de la estación, que era pequeña y sin tanto tránsito, se estacionó

Se volteó a ella, se dio ánimo y le habló

"Jaime y yo no estamos juntos, pero nos vemos todas las semanas. Todos los viernes cenamos juntos en mi casa o en la de él y si Andrés está en Madrid también vamos a su casa los cinco, Andrés, Begoña, yo, Jaime y Luz, su esposa...

"Su esposa?"

"Si... llevan 2 años de matrimonio, aunque en realidad nunca me han querido decir cuando empezaron... igual no importa porque me da lo mismo"

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