The Love We Made

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"Fina Valero..." le dijo seria mientras acariciaba su boca con el pulgar

".... La vida contigo siempre ha sido una sorpresa... y a pesar de todo... no cambiaría nada... solo porque todo lo que ha pasado me ha guiado a tus brazos de nuevo... a este momento..."

Se acercó a besarla y Fina sintió que el plan de mierda de sexo casual con el que se había convencido de venir, era lo más estúpido y la mentira más grande que se había inventado en al menos, los últimos 6 años de su vida...

Marta tenía muchas cosas que la habían enamorado, muchas...más de las que podía contar quizás. Y una de ellas era su dulzura, la forma en que incluso sin esfuerzo y de las formas más inconscientes, siempre, pero siempre tenía un detalle, un gesto que le hacía sentir lo mucho que la amaba. Como cuando le servía el café ya revuelto, o cuando entre cualquier cosa encontraba una nota de ella o cuando siempre sin fallar ni una sola vez abría la puerta para ella.

De todas esas cosas había algo en particular que no importaba si estaba enojada, dolida, desilusionada o lo que fuera si ella lo hacía...no tenía fuerzas para rechazarla... y es que además tenía muy claro que era algo absolutamente inconsciente de su parte... Ella no lo sabía, pero siempre que el amor le estallaba en el pecho la miraba igual, se formaba una expresión en sus ojos que no usaba con nada más...con nadie más. De hecho, el azul de sus ojos se tornaba un poco más claro cuando la miraba así, más celestes que azules...y luego siempre le tocaba el rostro muy suavemente como si fuera lo más frágil del mundo y temiera romperlo.... Era su gesto más dulce y la forma más genuina de demostrarle su amor...por eso cada una de las veces en que Marta y ella hacían el amor ese gesto lo repetía más de una vez.

La estaba besando y no quería dejar de hacerlo porque si lo hacía...si terminaba el beso y abría los ojos para mirarla... sabía que esa era exactamente la mirada con la que se iba a encontrar y no estaba segura de poder lidiar con eso en ese momento.

Como si aparte de su cuerpo, pudiera además leerle la mente y el corazón... sintió su mano acariciando su rostro exactamente de esa manera...

"Marta..."

"Eres tan bonita..."

Y entonces no pudo evitarlo, ya no tenía adonde escapar y en realidad y siendo honesta, ya no quería escapar más. Sería posible que después de todos estos años las cosas esta vez si iban a ser diferentes?, se lo preguntó mientras abría los ojos. Cuando los abrió y se encontró con esos ojos celestes supo que daba igual, a esta mujer no la iba dejar nunca más ni aunque la llevara al infierno.

Se besaron entonces, pero esta vez de una manera diferente, esta vez se besaron como lo hacían a los 20 cada vez que la tía Digna les ayudaba escondiéndolas en su casa o simplemente cuando se escondían de los ojos de los de la Reina en los recovecos de la finca. O como cuando después de lo que hubiera sido su octavo aniversario, el diplomado de Jaime y el "Magister" de Fernanda les permitieron escaparse una semana a Venecia... o como esa última noche, al año siguiente, esa noche donde pensaron que se despedían para siempre...

Marta se encontraba aun entre sus piernas y Fina la hizo girar para quedar ambas frente a frente de costado.

Se miraron a los ojos y aunque tenían mucho para decir, ninguna se atrevió a hacerlo. Se acercaron entonces y Fina rozó su rostro con su nariz. Las manos de Marta tocaban con la yema de sus dedos su clavícula y cuando Fina acercó su nariz a su cuello, bajo su oreja, inhaló fuerte su olor y la piel de ambas se erizó en un segundo. Las piernas se enredaron tal como ahora lo hacían sus brazos y las manos de Marta tomaron sus pechos mientras sus lenguas se enredaban en un delicado y sentido beso.

Ninguna quería apurar las cosas, al contrario de lo que había sucedido un par de horas antes, ahora las caricias eran lentas, suaves, pero no por eso con menos pasión. En medio del beso Marta hizo eso con su lengua y Fina no pudo refrenar un gemido que no hizo mas que incendiar la piel y las manos de Marta que se cerraron en sus pechos. Cuando Fina la tocó entre sus piernas, sintió como el mundo volvía a tener sentido y como podía al fin, volver a respirar.

BoomerangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora