XI. Pay

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—Hice pay—

— ¿Si? Muy propio de Snow White, felicitaciones— el castaño siempre parecía rehuirle la mirada, intentando escurrirse apenas lo veía.

—De nueces— aclaró el ojinegro.

— ¿Está bueno? —

—No lo sé, no lo he probado, lo hice con nueces de las que dejas al frente—

Su vecino enderezó la espalda, apartando el flequillo solo un poco.

—Me alegra que se aprovechen...bueno...es decir...—

Reborn entendía, nadie parecía tomarlas, aun y cuando no tenían nada de malo, le dio casi ternura el tono emocionado con el que el otro decía aquello.

— ¿Quieres probar? — el otro volteó a verle por primera vez, vacilando.

—Si quieres pasarme un poco por encima de la cerca...—

Reborn estuvo a punto de decirle que no fuera ridículo, que podían pasar a la cocina y charlar de árboles o de mapaches, porque algo en el castaño le provocaba tenerlo cerca, pero la mirada del otro prácticamente le estaba dando una orden que, por alguna razón, se vio impedido a desobedecerle.

—Vale—

No supo exactamente por qué, pero aquello lo dejó un tanto abatido.

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