Gryffindor's idiot

11

El día empezó con una lechuza picoteando su plato. Dejó caer una carta que parecía pesada pero solamente era muy larga y escrita con una tinta mágica nueva. Severus le dio un poco de comida al animal para que se fuera. 

Bajo las miradas expectantes de sus amigos, abrió la carta frente a él. Sus ojos vagaron por toda la carta, las palabras de Narcissa como siempre eran perfectas, formales y educadas, pero cuando su mirada se deslizó hasta la última parte, su pobre tostada quedó a mitad de camino y si hubiera estado tomando su té negro fuerte, este habría sido escupido.

"¿Qué pasó?" Preguntó Regulus, intentando observar la carta de su prima.

"Draco ya nació"

Severus se preguntó qué debería pensar respecto a eso, instintivamente se llevó una mano a su viente. El tiempo que se llevaban Narcissa y él no era lejano. Sintió un escalofrío recorrerle todo el cuerpo.

Quiso vomitar, pero no sabía si eran los nervios o el hecho de que Barty estaba comiendo un tocino asquerosamente grasiento mezclado con algo que solamente Merlín sabría que era, pero se veía completamente asqueroso y lo olía. O tal vez era el pánico de que los E.X.T.A.S.I.S estaban cerca y probablemente la llegada de este niño también.

"Potter lleva todo el desayuno mirandote"

Ese comentario de Evan también hizo que todo su cuerpo sufriera un escalofrío. La última conversación no había terminado bien. Su cabeza empezó a doler y su corazón habia trabajado al máximo como en un partido de Quidditch. Recordaba vagamente que Potter alegó y lo miró con esos ojos de ciervo perdido.

Tal como lo hacía ahora.

"No hay nada que hablar con Potter", Severus concluyó. "Y tengo que felicitar a Narcissa, decirle que en las vacaciones iré a visitarlos y conocer a Draco."

Con eso dicho, Severus se levantó de su silla. Ninguno de sus amigos lo contradijo, aunque Barty bufó aburrido de toda la situación. 

Caminó con pasos fuertes y rápidos, pero aún así Potter lo siguió.

"Severus, tenemos que hablar"

Él lo ignoró. 

"Severus, por favor"

Se aferró a su túnica con fuerza, pero Potter no tenía intenciones de dejarlo ir. 

"Madam Pomfrey se equivocó, ella..."

"Sé que lo que dijo era verdad." James se frustró. Detuvo a Severus finalmente, agarrando su muñeca. "Sabía que estabas enfermo y había algo que se me hacia raro acerca de todo esto. Severus, si es mío..."

El slytherin miró a todos lados un poco alarmado. Si alguien pasaba por ahí y escuchaba las estúpideces de Potter, entonces, sería su final. Así que los jaló a ambos a un pasillo solo, porque Hogwarts tenía esta manía de hacer aparecer lugares de repente, pero la aprovecharía en ese momento.

"¿Y qué tal si te callas y dejas de hacer el ridículo, Potter?" Con voz firme, Severus logró que el vómito verbal del chico de anteojos se redujera. "No hace falta ser un genio para entender que si hay un maldito niño creciendo en mi barriga, es por tu estúpidez."

Sabía bien que la creación de este niño fue trabajo de dos, pero Severus creía febrilmente que ningún insulto al poco cerebro de Potter debía ser desperdiciado. Tomaría cada oportunidad que se le ofreciera.

"Y antes de que empieces nuevamente, no quiero nada de ti, Potter. Si voy a tener a este niño es porque yo así lo deseo, no necesito nada de ti y sería mejor que no estés alrededor."

La boca de James se abrió y se cerró un par de veces, sus lentes cayeron un poco por su nariz y se sintió tan incrédulo que fue sorprendente, pero se aclaró la garganta rápidamente.