Amigos en el Más Allá

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En una noche oscura, Lincoln y su grupo,

salieron a explorar, con ánimos de lujo.

Cada uno llevaba su disfraz elegido,

sin imaginar que el final estaba escrito.


Primero la Catrina, con risa siniestra,

se acercó a Clyde, que temblaba a la vista.

"Amigo de Lincoln, tan noble y fiel,

ven conmigo al más allá, donde no hay que temer."


Clyde gritó: "¡Lincoln, ven a salvarme!",

pero la huesuda no quiso soltarle.

Se fue con el pobre, en un triste adiós,

dejando a Lincoln temblando de tos.


La siguiente fue Stella, valiente y audaz,

con su linterna lista, sin pensar en atrás.

"Conmigo no puedes, soy dura como roca",

dijo Stella confiada, pero la muerte no afloja.


La Catrina la tomó y con ella danzó,

mientras Lincoln miraba, su ánimo bajó.

"¿Quién sigue ahora?", pensó él asustado,

y la muerte sonrió, como si hubiera ganado.


Zach fue el siguiente, de ideas extravagantes,

intentó un hechizo, en un acto errante.

Pero la muerte rió, con eco sin fin,

"Hoy vienes conmigo, querido mago, al jardín."


Liam intentó esconderse, en el campo vecino,

con su sombrero y botas, de buen campesino.

Pero la Catrina, astuta y sagaz,

lo atrapó entre risas y con un chasquido fugaz.


Rusty, el bromista, intentó impresionar,

con un chiste ingenioso, la quiso engañar.

Pero la huesuda, sin más que esperar,

lo llevó consigo, sin dejar de bailar.


Lincoln, ya solo, miró alrededor,

sus amigos marcharon sin vuelta ni adiós.

La Catrina le dijo: "Tú eres el final,

ven con tus amigos, vamos al más allá."


Pero Lincoln, astuto, le dijo con valor,

"Déjame hacer una última canción.

Mis amigos están aquí, y te lo haré sentir,

en sus risas y en recuerdos, ellos van a vivir."


La muerte lo escuchó, y con una sonrisa,

dejó que Lincoln cumpliera su prisa.

Y así el chico cantó, su melodía final,

en recuerdo de amigos que no se irán jamás.

The Loud House - Especial Día de muertosWhere stories live. Discover now