En la noche estrellada, con sombras al danzar,
Syd paseaba risueña, lista para soñar.
Con su risa contagiosa y su aire brillante,
no sabía que la muerte la acechaba adelante.
La Huesuda, elegante, llegó sin avisar,
con su manto oscuro, empezó a circular.
"Syd, mi querida, he venido por ti,
es hora de partir, no hay más que discutir."
Syd, sorprendida, se giró con un guiño,
"¿Llevarme a dónde? ¡No seas un cariño!
Tengo tanto por hacer, tanto por vivir,
no es el momento, aún quiero reír."
La Huesuda sonrió, con voz suave y clara,
"Entiendo tu miedo, pero la vida se para.
En el más allá hay un baile esperado,
donde el tiempo no corre, y el amor es sagrado."
"Pero espera un segundo, antes de irme,
déjame contarte un chiste que puede hacerte reír.
¿Sabes qué le dijo un fantasma a su amigo?
¡No te asustes, solo quiero hacer un abrigo!"
La Huesuda rió, su risa era un eco,
"¡Eres muy divertida, Syd! No hay nada seco.
Pero aunque me diviertas, es tiempo de ir,
a un mundo donde el miedo no puede existir."
"Un último deseo, solo un momento más,
déjame bailar antes de tu adiós fugaz."
Así Syd comenzó a moverse con gracia,
mientras la muerte disfrutaba de su danza.
Las sombras se unieron, la fiesta estalló,
y por un instante, el temor se esfumó.
La Huesuda, cautiva, decidió esperar,
y Syd siguió bailando, dejando su hogar.
Finalmente, la Huesuda, encantada, habló:
"Hoy me iré, Syd, tu alegría brilló.
Pero no olvides que un día volveré,
y en el más allá, juntos bailaremos otra vez."
Syd sonrió, con el corazón ligero,
"Gracias, querida Huesuda, ¡me dejas un gran recuerdo!
Hoy seguiré riendo, viviré en mi andar,
y cuando llegue el día, ¡bailaremos sin cesar!"
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The Loud House - Especial Día de muertos
PoetryEl caos se transforma en celebración cuando la familia Loud se prepara para el día de muertoss, llena de coloridos altares, flores de cempasúchil, y calaveritas de azúcar con los nombres de todos los miembros de la familia. Todos se rehunen para es...