Clincoln McCloud: Rimas contra la Catrina

7 1 0
                                    


Una noche oscura, con luna brillante,

Clincoln McCloud se sentía desafiante.

Con su risa y valor, la vida disfrutaban,

cuando la Catrina, de repente, llegaba.


"Vengo por ustedes, no hay más que esperar,

al más allá deben venir a descansar."

Lincoln se rió, con confianza en el alma,

"¿Qué crees, Catrina? ¡Aquí nadie se calma!"


Clyde, asustado, dio un paso atrás,

"¡Es la muerte, amigo! No puede ser más."

Pero Lincoln sonrió, con una idea en mente,

"Si quieres llevárnos, tendrás que hacer frente."


"Catrina, querida, te retamos a un juego,

una batalla de rimas, ¡te lo aseguro, será un fuego!

Si ganas, te llevas a este dúo genial,

pero si pierdes, ¡nos dejas en paz, tal cual!"


La Catrina, intrigada, aceptó sin dudar,

"Un juego de rimas, me encanta participar."

Con su pluma en mano, la batalla comenzó,

y el viento soplaba, la tensión se sintió.


Lincoln empezó, con ritmo y destreza,

"En el más allá no hay más que tristeza.

Con amigos y risas, se vive mejor,

no me lleves, Catrina, ¡déjanos con amor!"


Clyde, al instante, tomó su lugar,

"Si la vida es un juego, quiero jugar.

No temo a la muerte, contigo no quiero ir,

aún hay muchas aventuras por venir."


La Catrina escuchó, algo divertida,

"Sus rimas son buenas, pero no son la vida.

El ciclo termina, todos deben partir,

pero el camino del más allá puede ser un festín."


Lincoln se rió y apuntó hacia el cielo,

"Con nuestros sueños, no hay más desvelo.

La vida es un viaje lleno de emoción,

no necesitamos un viaje sin dirección."


Clyde gritó fuerte, con gran energía,

"En cada aventura hay alegría y melodía.

Si me llevas hoy, ¿quién cantará mi canción?

¡Quiero vivir siempre, llena de pasión!"


La Catrina dudó, ante tanto fervor,

con las rimas en el aire, sintió un gran clamor.

"Tal vez tengan razón, la vida es vital,

quizás no es tan malo un poco más de carnaval."


"¡Eso es!", gritaron, con gran satisfacción,

"Quédate con nosotros, haz una excepción.

El más allá puede esperar un momento,

la vida es tan corta, ¡disfrutemos el tiempo!"


La Catrina sonrió, dejando su pesar,

"Hoy no los llevaré, pueden continuar.

Pero recuerden, amigos, no hay que olvidar,

que un día yo vendré, y habrá que bailar."


Así el dúo Clincoln, riendo en su andar,

despidió a la Catrina, lista para marchar.

"Hasta luego, amiga, hoy la vida es nuestra,

mientras haya rimas, la risa se manifiesta."


Con alegría y risas, siguieron su ruta,

sabían que la muerte no era su disputa.

Clincoln y Clyde, juntos siempre estarán,

celebrando la vida, sin nada que temerán.

The Loud House - Especial Día de muertosWhere stories live. Discover now