Patinando hacia el Amor

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Con su patineta lista, en la tarde brilló,

Ronnie Anne surcaba el barrio, llena de amor.

Iba rumbo a casa, donde Lincoln la esperaba,

su corazón latía, la emoción la alcanzaba.


Pero en una esquina, la Huesuda apareció,

con su manto oscuro, y un brillo que asustó.

"Ronnie Anne, patinadora, es hora de partir,

el más allá te llama, no puedes seguir."


"¿Llevarme a dónde?" preguntó con firmeza,

"Si tengo un novio que espera con certeza.

Hoy quiero patinar y sentir la brisa,

no es momento de ir, ¡déjame con mi risa!"


La Muerte, sorprendida, sonrió ante su valentía,

"Entiendo tu deseo, pero escucha, hay alegría.

En el mundo eterno también hay amor,

donde las almas patinan con gran fervor."


"Solo un momento, te lo voy a mostrar,

con mi patineta, haré un gran salto, verás.

Si me dejas un rato, prometo hacerte reír,

y cuando vuelva a casa, entonces me iré."


Con un giro audaz y un impulso veloz,

Ronnie saltó alto, como un ave feroz.

La Huesuda aplaudió, disfrutando del arte,

"Eres increíble, tu energía es un estandarte."


"Pero hoy no me iré, tengo que encontrar,

a Lincoln, mi amor, no puedo faltar."

La Muerte, entre risas, decidió esperar,

"Hoy te dejaré, tu alegría quiero guardar."


"Gracias, querida Huesuda, por tu comprensión,

hoy sigo en mi ruta, con amor en el corazón.

Cuando llegue el día, y te tenga que ver,

prometo seguir patinando, ¡no hay nada que temer!"


Así Ronnie continuó, con su risa y pasión,

patinando por la vida, llenando su canción.

Y aunque la Muerte un día regresará,

hoy Ronnie Anne ríe, y el amor la guiará.

The Loud House - Especial Día de muertosWhere stories live. Discover now