Lori y Bobby, en el campo de golf,
disfrutaban el día, riendo a mil por sol.
Con palos en mano y pelotas a volar,
sin saber que la muerte venía a acechar.
La Catrina, curiosa, llegó con su guadaña,
pensando en llevarse a esta pareja extraña.
"Hoy jugaré con ustedes, será un gran día,
si me ganan, se quedan; si pierden, a la fría."
Lori, audaz, miró a su novio,
"¿Qué dices, Bobby? Esto suena de locos."
"¡Desafío aceptado!", dijo él sin dudar,
"Vamos a jugar, no nos puedes llevar."
La muerte sonrió, confiada en su poder,
con un swing elegante, lista para vencer.
El primer tiro fue fuerte, la bola voló,
pero Lori, con astucia, la fue a detener.
Bobby se enfocó, alineó su golpe,
y con gran destreza, dio un golpe de golpe.
La bola rodó, directo al hoyo,
mientras la muerte fruncía el ceño, en un apoyo.
"Un hoyo en uno, ¡gran jugada!", gritó Lori,
la Catrina sorprendida, no sabía qué hacer,
"Esto es solo el inicio, no hay que temer,
aún hay más hoyos, no se van a vencer."
Así continuaron, jugando con destreza,
la muerte cada vez más lejos de su firmeza.
El campo reía con cada jugada,
mientras la Catrina se sentía atrapada.
Finalmente, llegaron al último hoyo,
la tensión en el aire, no había un solo apoyo.
Con un golpe preciso, Lori tomó su turno,
y la bola rodó, como un sueño diurno.
"¡Lo hicimos, Bobby! ¡Ganamos este juego!"
Lori saltó de alegría, con gran desespero.
La muerte, frustrada, no pudo aguantar,
"Hoy me rindo, ustedes saben jugar."
Así la Catrina se fue con desdén,
mientras Lori y Bobby celebraban su bien.
En el campo de golf, su amor brilló,
y la muerte se marchó, ¡sin poder llevar!
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The Loud House - Especial Día de muertos
PoetryEl caos se transforma en celebración cuando la familia Loud se prepara para el día de muertoss, llena de coloridos altares, flores de cempasúchil, y calaveritas de azúcar con los nombres de todos los miembros de la familia. Todos se rehunen para es...