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—¿Y hoy has vuelto a sentir las patadas del bebé? —preguntó Yongsun mientras presionaba suavemente el estetoscopio en el estómago de JiEum.

JiEum asintió con una sonrisa.

—Constantemente. Parece como si estuviera jugando al fútbol ahí dentro. —dijo con una ligera carcajada.

Byul soltó una risita desde donde estaba a su lado.

Había querido acompañarla aquella mañana cuando salió a ver cómo estaba JiEum, y ahora Yongsun se alegraba de haberlo hecho.

Desde el momento en que conoció a Byul, pudo ver en ella que era una persona sociable. Poseía fácilmente todas las cualidades que Yongsun nunca había sido capaz de dominar. La forma en que Byul mostraba sin esfuerzo tanta empatía y amabilidad, como si fuera algo completamente natural.

Todo el mundo parecía más a gusto con Byul cerca, incluida JiEum.

—¿Tomaste la medicación esta mañana? —preguntó Yongsun, colgándose el estetoscopio del cuello.

—Sí. —respondió JiEum, frotándose el estómago con una mano—. Dos pastillas, tal como me dijiste.

Yongsun encendió la linterna y apuntó a uno de los ojos de JiEum. Al cabo de un segundo, ella apartó los ojos, la cabeza retrocediendo.

—¿Sigues teniendo los ojos sensibles? —preguntó, bajando la luz.

JiEum frunció el ceño y bajó la barbilla.

—Sí. Lo siento. —Ella miró a un lado, recogiendo un hilo suelto en la manta que cubría sus piernas—. Siento que las cosas están un poco borrosas hoy.

Yongsun la observó detenidamente.

—¿Te refieres a tu visión?

JiEum asintió a regañadientes.

—Quizá un poco menos aguda de lo normal. —Sacudió ligeramente la cabeza y volvió a mirar a Yongsun—. Pero eso es normal, ¿no? ¿No es por el embarazo y todo eso?

Yongsun frunció los labios y evitó mirarla. Siempre había odiado las miradas esperanzadas de los pacientes cuando intentaban convencerse de que todo iba bien.

—JiEum —interrumpió Byul con una tierna sonrisa—, ¿ya has elegido algún nombre?

JiEum se volvió hacia ella, y Yongsun vio cómo se desvanecía la ansiedad en su rostro.

—Sí. —respiró—. Pero todavía tengo que acotar.

Yongsun escuchó en silencio mientras las dos mujeres hablaban, agradecida por el minuto que le daba para formular una respuesta adecuada. Y, como si Byul lo supiera, apoyó una mano en su hombro cuando la conversación se detuvo.
Se aclaró la garganta.

—Los cambios de visión pueden deberse a diferentes cosas, así que no es algo de lo que debas preocuparte. Pero sin duda es algo que debemos vigilar. Avísame si empeora, ¿bien?

JiEum asintió, la luz de sus ojos se desvaneció.

—Sí, lo haré.

—Volveré más tarde en el día para comprobar. Pero si necesitas algo antes, avisa a alguien para que venga a buscarme.

JiEum le sonrió cálidamente, frotándose las manos sobre el estómago.

—Gracias.

Yongsun colocó el estetoscopio y la linterna en la mesa junto a la cama y se dirigió a la puerta principal, deteniéndose para que Byul la tomará del brazo mientras salían.

Hearing Red [MoonSun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora