Cap. 11

20 3 0
                                    

Capítulo 11: La Verdad Oculta

La casa se sentía extrañamente silenciosa después del atardecer, como si el mundo exterior hubiera decidido dejar de existir por un momento. Izuku, aun con su cuerpo cansado por la pelea e incomodidad de su cuerpo, se preocupaba más por la pequeña en el sofá. Eri dormía profundamente, su rostro pálido y marcado por las lágrimas, un recordatorio de lo que había sufrido.

Izuku: ¿Mamá? ¿Qué pasó? -preguntó Izuku, tratando de mantener su voz firme, a pesar de la angustia que sentía.

Inko lo abrazó, su cuerpo cansado parecía cargado de una tristeza profunda.

Inko: Intenté hablar con Eri, pero se desmoronó. Lloró durante horas -respondió su madre, su voz apenas un susurro.

Izuku sintió un nudo en el estómago. La culpa lo invadió; quería compartir la verdad con su madre, pero sabía que eso no era posible. No ahora, no con Sesshomaru compartiendo su cuerpo sabía por sus recuerdos compartidos lo que sesshomaru podría hacerle si tentaba su suerte.

Izuku Lo siento, mamá. Pero no deberías haber intentado sacarle información -dijo Izuku, la frustración empañando su voz.

Inko lo miró con una mezcla de confusión y preocupación.

Inko: Izuku, necesitas decirme qué está pasando. ¿Qué le pasó a Eri?

La presión en el pecho de Izuku aumentó. Sabía que debía proteger a Eri, pero también a su madre de una verdad devastadora.

Izuku: No lo sé, mamá. Solo sé que la encontré en el bosque y necesitaba ayuda -mintió un poco, con una seriedad que no podía ocultar.

La mirada de Inko se mantuvo fija en él, consciente de que había más en su respuesta. Sin embargo, antes de que pudiera profundizar, la atención se desvió hacia Eri, que comenzaba a moverse en el sofá.

Eri: Izuku... -susurró Eri, abriendo los ojos.

Izuku: Estoy aquí, Eri -respondió Izuku, sonriendo con ternura-. ¿Cómo has estado? ¿Cómo te has portado?

Eri se aferró a su mano, y por un momento, la tristeza se desvaneció de su rostro.

Eri: Lloré mucho, te extrañé -dijo, con lágrimas asomándose nuevamente.

Izuku: Pero ya estoy aquí. No tienes por qué llorar -replicó, acariciándole suavemente la cabeza.

La habitación se sumió en un silencio cálido, pero el peso de los secretos aún colgaba en el aire. Izuku sabía que la conversación con su madre debía terminar allí; no podían permitir que Eri se sintiera aún más angustiada.

Time Skip

La noche avanzaba y la oscuridad envolvía la casa. Eri se había dormido de nuevo, y aunque Izuku deseaba llevarla a un lugar más cómodo, temía el torrente de preguntas que su madre podría hacer. Así que decidió quedarse a su lado, Eri ahora es un escudo protector contra cualquier intrusión de parte de su madre.

Inko: ¿Qué vamos a hacer con ella, Izuku? -preguntó Inko en un susurro, su voz teñida de preocupación-. No sabemos nada sobre su familia ni su pasado.

Izuku se encogió de hombros, evitando su mirada.

Izuku: No lo sé, mamá. Pero sé que necesita ayuda -respondió, sintiendo que su voz temblaba.

Inko se sentó junto a él, acariciando su cabello, como si intentara brindarle consuelo.

Inko: Izuku, necesitas decirme la verdad. ¿Dónde la encontraste? ¿Qué pasó con sus padres?

Kaze No Kizuna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora