Kaze No Kizuna.

Cap. 12

Capítulo 12: El regreso del amo.

La mañana siguiente, Eri se despertó con un grito ahogado, su corazón latiendo con miedo. La habitación estaba en silencio, solo se escuchaba el canto de los pájaros fuera de la ventana.

Miró alrededor, confundida y asustada, y su mirada se cruzó con la oscuridad de la habitación que solo se iluminaba un poco por la luz que se filtraba por las cortinas de la ventana.

De repente, la puerta se abrió y un rayo de luz iluminó la habitación. Izuku entró sonriendo con esa sonrisa tan brillante como siempre.

Izuku: Buenos días, Eri. ¿Estás lista para desayunar?- preguntó Izuku, su voz cálida y tranquilizadora mientras entraba por la puerta.

Eri se abalanzó hacia él, abrazando fuertemente su pierna. Izuku se sorprendió, pero se agachó para consolarla, acariciándole el cabello con suavidad.

Izuku: Ssh, Eri. Estoy aquí. No te preocupes no llores- dijo Izuku, su voz suave como una brisa.

Sesshomaru se unió a la consolación, sobándole suavemente el cabello de Eri.

La voz de Izuku era como un bálsamo para el alma de Eri, y pronto se calmó dejando de llorar. Miró a Izuku y se fijó en su cabello.

Eri: Izuku, tu cabello...- dijo Eri, señalando la mitad derecha plateada.

Izuku sonrió, su sonrisa iluminando la habitación.

Izuku: Ah, sí. Me pasó ayer.- dijo Recordando la reacción de su madre el día anterior.....

Inko después de calmarse del todos los nervios por lo de Eri, al fin se había fijado de como se veía su hijo y se sorprendió al ver que Izuku tenía la mitad del cabello plateado y un ojo dorado.

Inko: ¿Qué es esto, Izuku?- había preguntado Inko, agarrando un mechon de el cabello.

Inko había intentado quitarle el cabello plateado con agua hirviendo, pensando que era algún tinte para el pelo. Pero Sesshomaru había tomado el control del cuerpo y le había dicho:

Sesshomaru: Es un Quirk, mamá. No te preocupes- había dicho Sesshomaru, fingiendo ser Izuku con una sonrisa forzada preocupado de que le quemarán la cabeza.

Inko se había creído la mentira y estaba muy feliz, siempre había estado preocupada por cómo le iría a Izuku en la vida real sin un Quirk.

Pero Izuku sabía que la verdad era mucho más compleja. Y se terminó de afianzar esta creencia al notar esa mañana, antes de despertar a Eri, cuando se arreglaba y vio una gran cantidad de pelaje muy esponjoso y suave como una nube en su hombro y parte de su espalda. Y podía notar cómo de este pelaje comenzaba a salirle una cola en la espalda baja, pero por el momento era más fácil de esconder después verían que hacer.

Eri miró a Izuku con curiosidad.

Eri: ¿Qué pasó con tu cabello?- dijo curiosa y con estrellas en los ojos.

Izuku le respondió sonriendo.

Izuku: Nada importante, Eri. Vamos a desayunar.- dijo evitando el tema al notar que iría tarde a clases.

Eri asintió para ir a desayunar con Izuku, todavía mirando el cabello plateado de Izuku con fascinación porque se parecía un poco al de ella, solo que el de ella era un poco azulado. Y esto le encantaba porque parecían padre e hija.

Después del desayuno, Izuku se despidió de Eri y su madre la cual se quedó cuidando a Eri ya que pudo usar sus días de descanso acumulados por un mes así que no había problema además de que ella quería que Eri no le temiese.