Capítulo 9: secretos y silencio.Inko miró el reloj por enésima vez, su mente llena de preocupación. El tictac del reloj parecía resonar en su cabeza como un martillo. Izuku había salido temprano hacia el colegio, pero su mente seguía en la niña que había traído a casa. Eri. Una niña tan frágil y triste.
Mientras limpiaba la cocina, Inko no podía evitar pensar en lo extraño que era todo. Su hijo, siempre tan responsable y comunicativo, había desaparecido toda la noche sin decir nada. Y luego, de repente, aparecía con una niña desconocida que parecía haber sufrido un trauma. El olor a jabón y limpieza no lograba disipar la sensación de inquietud que sentía.
Eri, sentada en el sofá, miraba fijamente el vacío, su rostro pálido y ojeroso. Sus ojos parecían haber perdido su brillo. Inko se acercó a ella y se sentó a su lado, sintiendo el calor de su cuerpo.
Inko: (con suavidad) ¿Eri, cariño? ¿Te gustó el desayuno?
Eri asintió con la cabeza, sin mirarla. Su voz era apenas audible.
Eri: (susurrando) Sí...
Inko intentó sonsacarla.
Inko: (con curiosidad) ¿Qué pasa, Eri? ¿Por qué estás tan triste?
Eri se encogió de hombros, su voz temblando.
Eri: (llorando) No quiero estar aquí... Quiero estar con Izuku...
Inko se sintió un golpe en el corazón. ¿Qué había pasado entre Izuku y Eri? ¿Por qué esta niña se sentía tan unida a su hijo? El sonido de los sollozos de Eri parecía desgarrarle el alma.
Inko decidió abrazarla.
Inko: (con calor) Lo siento, Eri. Izuku volverá pronto. Estará aquí para cuidarte.
Eri se aferró a Inko, sollozando en silencio. Inko la mecía suavemente, intentando calmarla. El calor de su cuerpo y el ritmo de su corazón parecían tranquilizarla.
Más tarde, Inko intentó hablar con Eri de nuevo.
Inko: (con suavidad) Eri, cariño, ¿puedes decirme qué te pasó? ¿Por qué tienes esos vendajes?
Eri la miró con ojos asustados y se encogió de hombros, sin dejar de mirar los vendajes con miedo y asco.
Eri: (temblando) No... no sé.
Inko sonrió suavemente.
Inko: (con calma) Está bien, Eri. Puedes confiar en mí. ¿Alguien te hizo daño?
Eri comenzó a temblar y su rostro se descompuso.
Eri: (gritando) No... no puedo decirlo!
Inko la abrazó, intentando calmarla.
Inko: (con firmeza) Está bien, Eri. No tienes que decir nada si no quieres.
Pero Eri ya había comenzado a llorar desconsoladamente. Inko intentó calmarla, pero nada parecía funcionar. La niña lloró durante horas, su cuerpo sacudido por sollozos.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Eri se durmió exhausta en el sofá. Inko la cubrió con una manta y se sentó junto a ella, vigilándola.
Cuando Izuku llegó a casa después del colegio, se encontró con la escena. Eri dormía en el sofá, su rostro pálido y ojeroso.
Izuku: (preocupado) ¿Mamá? ¿Qué pasó?
Inko se levantó y lo abrazó.
Inko: (con cansancio) Intenté hablar con Eri, pero se desmoronó. Lloró durante horas.

ESTÁS LEYENDO
Kaze No Kizuna.
RandomEn un mundo donde los héroes con poderes llamados "Quirks" protegen a la humanidad, Izuku Midoriya, un joven Quirkless, lucha por convertirse en un héroe a pesar de su condición. Sin embargo, su vida da un giro inesperado cuando descubre que es la r...