Slytherin boy's react

Especial (Draco Malfoy) | 2da parte

(Su perspectiva)

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Era una tarde fría y silenciosa en Hogwarts, y la llovizna que caía afuera parecía apenas atenuar la tensión que me recorría por dentro. Habían pasado días desde el partido de Quidditch, y aunque nuestra victoria había sido espectacular, mi mente no lograba enfocarse en eso. En realidad, no lograba enfocarse en nada más que en ella. T/n.

Cada vez que pasaba cerca de los pasillos y la veía con su novio, un tipo sin gracia y claramente incapaz de valorar lo que tenía, sentía cómo una rabia sutil se extendía por mi pecho. ¿Qué le veía ella? ¿Por qué ese tipo y no...? Me detuve a mí mismo antes de completar el pensamiento.

Esa tarde, decidí ir a la biblioteca, un lugar que sabía que T/n frecuentaba casi a diario, entré y eché una ojeada entre los estantes, y ahí estaba ella. Apartada en un rincón, con la cabeza inclinada sobre sus libros, completamente concentrada. Algo dentro de mí me empujó a acercarme, como si cualquier excusa fuera válida para estar cerca de ella, aunque sabía que no debería.

Me acerqué despacio, deteniéndome junto a la mesa. Ella levantó la vista, y un destello de sorpresa cruzó sus ojos.

"¿Draco Malfoy en la biblioteca?" murmuró, como si se tratara de una broma imposible de creer.

Rodé los ojos, fingiendo una indiferencia que sabía que ella podía ver a través de mi máscara habitual.

"Vaya, qué observadora, T/n" respondí con un tono casual, dejándome caer en la silla frente a ella. "¿Qué pasa? ¿No puedo leer un libro de vez en cuando?"

Ella levantó una ceja, con esa expresión divertida y sarcástica que lograba sacarme una sonrisa, aunque nunca la vería.

"No pensé que supieras leer, Malfoy" replicó, volviendo a concentrarse en sus notas, aunque podía sentir la forma en que sus ojos regresaban a los míos de vez en cuando.

La tensión que había entre nosotros era palpable. La misma que sentí esa tarde en el campo de Quidditch, la misma que había estado rondándonos en cada mirada y en cada palabra intercambiada durante tanto tiempo. Sabía que ella también lo sentía, aunque fingiera que no. Solo estaba esperando una excusa para acercarme aún más, y esa era la razón por la que había terminado en la biblioteca. No era que yo tuviera nada importante que leer; era ella quien me había llevado hasta allí.

La miré mientras se concentraba en sus libros, y no pude evitar un comentario. "¿No es aburrido?" le dije, inclinándome ligeramente hacia ella. "Digo, estar aquí sola, estudiando en este rincón apartado."

T/n levantó la mirada, claramente molesta. "Si solo vienes a molestar, puedes irte, Malfoy. Tengo cosas que hacer."

Solté una risa ligera, y ella apretó los labios, frustrada. Sabía que odiaba cuando me burlaba de ella, pero eso hacía que quisiera hacerlo aún más. Sin embargo, antes de que pudiera responder, se levantó, tomando sus libros y decidida a marcharse. No podía dejarla ir.

Antes de que diera siquiera un paso hacia la salida, extendí la mano y la tomé del brazo. Ella se detuvo, girando el rostro con una mezcla de sorpresa e incomodidad. Pero no le di tiempo para reaccionar. La jalé hacia mí, dirigiéndola a un rincón más apartado, uno cubierto por estanterías de libros altos y oscuros, casi olvidados en la penumbra de la biblioteca.

Ella intentó soltarse, pero la sostuve firmemente, y en un susurro apenas audible, preguntó:

"¿Qué estás haciendo, Draco?"

La miré fijamente, podía ver la mezcla de sorpresa y algo más que, aunque intentara ocultar, sabía que también estaba ahí.

"Haciendo lo que tú me obligas a hacer, T/n" le respondí, mis palabras cargadas de una tensión que llevaba acumulando desde hace mucho tiempo. Acerqué mi rostro al suyo, apenas a unos centímetros. "Es frustrante, ¿sabes? Ver a ese imbécil de tu novio siempre pegado a ti en los pasillos, aprovechando cada oportunidad de... de tocarte, de estar contigo. Mientras yo tengo que quedarme a la distancia, viéndote como un idiota."

Sus ojos se agrandaron, y vi cómo su respiración se aceleraba ligeramente. Podía notar que sus palabras se quedaban atrapadas en su garganta, incapaz de responder. Pero antes de que pudiera decirme algo, me acerqué aún más, deslizando una mano hacia su cintura.

"Draco, ¿qué... qué estás haciendo?" murmuró, aunque no se apartó.

Mi mano se deslizó lentamente por su cintura, y pude sentir su respiración acelerarse. Llevaba meses esperando este momento, cada mirada y cada palabra contenía todo lo que no podía decirle antes. Mi mirada bajó hacia su cuello, y, sin pensarlo demasiado, dejé un suave beso en la base de su cuello, apenas un roce. Sentí su piel erizarse bajo mis labios, y eso solo me dio más ganas de continuar.

"Sabes que esto está mal..." susurró ella, con una voz apenas audible. "No podemos... Yo... yo tengo novio."

Pero no me detuve. Mis labios subieron lentamente, dejando un rastro de besos en su cuello, hasta llegar a la línea de su mandíbula. Ella respiraba con dificultad, y podía notar que su resistencia se desmoronaba. Le dediqué una sonrisa, casi arrogante, y bajé la voz para decirle:

"Dime que no quieres esto, T/n, y me alejaré. Solo dilo, y todo esto termina."

Su respiración era irregular, y aunque su mente intentaba oponerse, su cuerpo me decía lo contrario. Mis palabras la habían dejado sin respuestas, y cuando vi que no era capaz de decirme que parara, supe que había ganado.

Aproveché el momento para acercar mis labios a los suyos, rozándolos suavemente. Sentí su aliento cálido y, finalmente, cerré el espacio que nos separaba. El beso comenzó lento, exploratorio, pero en segundos se volvió más intenso, más demandante, como si toda la tensión acumulada entre nosotros se liberara de una sola vez.

Ella soltó los libros que tenía en las manos y los dejó caer al suelo. Sus brazos se enredaron en mi cuello, aferrándose a mí como si temiera que me apartara, cuando eso era lo último que pensaba hacer. Mis manos recorrieron su espalda, atrayéndola aún más hacia mí, ignorando el mundo alrededor.

Nada más importaba en ese momento. Ni su novio, ni Hogwarts, ni el hecho de que estábamos en una biblioteca llena de estudiantes. Lo único que importaba era que finalmente tenía a T/n entre mis brazos, entregándose por completo a mí.

Nuestros labios se movían al mismo ritmo, cada vez con más intensidad. Mis manos bajaron hasta su cintura, y supe en ese instante que ya no había vuelta atrás. Pero, después de un momento, me obligué a detenerme, a romper el beso.

Nos separamos lentamente, y ambos respirábamos con dificultad. La miré, viendo el leve sonrojo en sus mejillas, el brillo en sus ojos que delataba lo que acabábamos de hacer.

"Esto... esto estuvo... mal, Draco..." murmuró, intentando sonar firme, pero su voz temblaba ligeramente.

La miré, permitiéndome una sonrisa arrogante y satisfecha, y dejé que mis dedos acariciaran su mejilla.

"Lo único mal aquí" dije, bajando la voz a un susurro "es que llevamos demasiado tiempo evitando esto."

Ella pareció quedarse sin palabras. En sus ojos había confusión, sí, pero también había algo más: una chispa de deseo que me decía que esto no había terminado. Me acerqué nuevamente a ella, dejándole una última mirada cargada de promesas y posibilidades.

"Nos vemos pronto, T/n."

Y, sin añadir nada más, me alejé de ella, dejándola allí, sola en el rincón de la biblioteca, aun recuperándose de lo que acababa de pasar.

*****

¡Holaaa de nuevo!

Espero les guste mucho esta segunda parte, llena de esa tensión que tanto nos gusta ;)

Con mucho amor,

Slythgirl <3