4. Fired

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"No es posible remontar el vuelo 

si estamos anclados al suelo 

presos del resentimiento."

Adrián Triglia


Aquella mañana de octubre Sanji amaneció radiante como el sol que se alzaba en lo alto, vivaz y lleno de energía. El retiro que tuvo con Ace el fin de semana luego de llegar al país renovó sus fuerzas y eliminó, de un modo extremadamente placentero, cualquier vestigio de estrés o cansancio que hubiese en su cuerpo. Aunque el pecoso tuvo que irse a primera hora de la mañana por el trabajo, un sencillo desayuno y una nota estaban en la barra de la cocina para él haciéndole sonreír con ternura. Eran esos detalles los que hacían revolotear su corazón cuando pensaba en el pelinegro y que lo quisiera aún más.

Ese día, Sanji tenía muchas razones para estar feliz. No solo regresó a salvo a su preciado país, sino que por fin podía regresar a su restaurante, específicamente a la cocina. Luego de más de un mes lejos de las estufas, su cuerpo temblaba ansioso y sus manos cosquilleaban emocionadas por volver a sujetar un cuchillo.

—Se siente bien estar emocionado de nuevo.

Salió del apartamento hasta el parqueadero subterráneo y partió en su camioneta roja —aunque en realidad era de Portgas—, rumbo al restaurante. Si bien ansiaba volver a cocinar también tenía infinita curiosidad por el misterioso nuevo gerente. Tanto Nami como Gin nunca mencionaban su nombre o su apellido, se referían a él como "Mr. Green" y no le permitieron hablar con él por teléfono ni siquiera para presentarse.

—Ya lo conocerás cuando regreses. —Le dijo Nami en ese entonces cortando la llamada.

—¿Cuál es el misterio con ese tipo? Si no la conociera pensaría que me está ocultando algo y muy grave.

Luego de unos minutos de recorrido, guardó el vehículo en el parqueadero del local y se adentró al edificio por la parte de atrás. Casi quiso echarse a llorar cuando entró a la cocina, ¡cómo la extrañaba!

—Hola a todos —saludó a los miembros de la brigada que ya estaban alistando sus estaciones. Las sonrisas felices y rostros emocionados no se hicieron esperar mientras lo rodeaban para saludarle.

—¡Chef!

—¡Chef Sanji, bienvenido! —habló emocionado un joven de alborotado cabello castaño, lentes redondeados e infantiles pecas.

—Tajio, tiempo sin verte.

—Qué bueno verlo de nuevo, chef. ¿Ya se siente mejor?

—Sí, como nuevo. ¿Qué tal el trabajo?

—Muy ajetreado. Han venido muchos clientes últimamente.

—Esas son buenas noticias. Lamento haberme ido justo cuando estamos levantándonos de nuevo, pero se los compensaré. Las cosas van a mejorar.

—Es bueno saberlo.

—¡Oh, Sanji! —exclamó asombrado Gin quien entraba a la cocina con varias carpetas.

—¡Gin, amigo! —El par de hombres se unieron en un fraternal abrazo y chocaron los puños en camaradería—. Lamento hacerte cargar con todo mientras descansaba. Me aseguraré de darte unas largas vacaciones en la temporada baja.

—Descuida, lo importante es tu salud. Además, he tenido mucha ayuda.

—El misterioso gerente, ¿eh? —inquirió Sanji curioso cruzándose de brazos. El moreno se encogió de hombros.

BETRAYAL (Zoro x Sanji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora