1. Cruda realidad

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"Nunca pinto sueños o pesadillas.

Pinto mi propia realidad."

Frida Kahlo


—¿Qué? —se atrevió a preguntar Zoro, incapaz de creer lo que acababa de escuchar. El hombre delante de él resopló con hastió por tener que repetir su discurso y entrelazó las manos frente a su rostro, observándole cansado.

—Estás despedido. La junta se reunió esta mañana y no está muy satisfecha con tu trabajo en los últimos meses. Tu rendimiento ha disminuido considerablemente y las quejas de los empleados a tu cargo no dejan de llegar a nuestros oídos.

—¿Es una broma? En la reunión del mes pasado demostré los resultados del nuevo plan de negocio que implementé y las considerables utilidades que ha dejado a la empresa así que no me venga con que mi desempeño ha bajado. No se burle de mi trabajo.

—Ja, al parecer los rumores de que solo vives para presumir son ciertos —comentó el hombre observándole con desdén y se cruzó de brazos—. Admito que tienes talento, pero eso no te da derecho a desvalorizar el trabajo de otros. Aquí creemos que el grupo hace más que el individuo, Roronoa.

—No sé quién le trajo esos chismes, pero está claro que son falsos —objetó Zoro con molestia, sintiendo el desespero y la rabia acumularse en su interior—. Desde que llegué aquí no he tenido problemas con mi equipo de trabajo, no sé porque...

—La decisión ya está tomada, Roronoa —interrumpió elevando su mano para detenerle—. Puede pasar por recursos humanos por su liquidación y la constancia de trabajo de la empresa.

—He estado trabajando aquí por seis años. ¿Solo van a echarme como si nada?

—Sabemos que puede estar molesto por la noticia tan repentina, pero no tiene de qué preocuparse. La empresa le cancelará una indemnización por despido, así tendrá con que mantenerse en lo que consigue otro empleo.

—¿Esto es por lo que le dije sobre Spandam? —musitó con voz gélida y mirada fiera.

La tensión en los hombros del robusto castaño y su mirada esquiva fueron suficiente respuesta para Zoro. Frotó su frente con fastidio y una mueca sardónica cruzó sus labios.

—Así que de eso se trata.

—He escuchado que no te llevas bien con él, pero...

—¡Ese hombre se trae algo entre manos junto a Nezumi! —espetó Zoro levantándose de golpe, estampando las manos en el escritorio frente a él—. ¿Siquiera leyó el informe que le entregue? Los balances de su departamento no son confiables, hay muchas inconsistencias. Puede averiguar en contabilidad, les dije que prepararan un...

—¿Estás insinuando que Spandam está robando a la compañía?

—No lo insinuó, estoy seguro.

—La calumnia es un delito, Roronoa —siseó levantándose de su asiento observándole amenazante, pretendiendo intimidarlo con su estatura, más Zoro le encaró retador—. Le recomiendo que en su próximo empleo sepa relacionarse con las personas adecuadas y no hablar de más.

Zoro abrió los ojos con sorpresa y de inmediato todo tuvo sentido.

—Confié en usted y le advertí de lo que pasaba, Sr. Barrel —siseó, con la decepción en su voz y el desprecio brillando en sus ojos—. No imagine que era su cómplice.

—Por favor recoja sus cosas y abandone el edificio. De inmediato.

Zoro se dio la vuelta y salió de la oficina. Apretó sus manos sintiéndose presa de la ira y una enorme humillación que le hizo chirriar los dientes. No podía esperar otra cosa del podrido mundo de mierda en el que vivía.

BETRAYAL (Zoro x Sanji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora