Capítulo 4

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"Almuerzo familiar"

Al día siguiente, me levanté con la sensación de que el mundo seguía girando mientras yo intentaba reconstruir las piezas de la noche anterior. Camine hasta el baño para refrescarme, intentando dejar atrás los ecos de las palabras de Luca que seguían resonando en mi mente. Volví a mojarme la cara, esta vez con agua fría, como si así pudiera borrar el impacto de su voz.

Busqué mi teléfono y vi que Benjamin aún no había respondido, pero había varias llamadas perdidas de mi papá. Un ligero pánico se apoderó de mí, así que decidí llamarlo de vuelta.

—Hola hija, ¿vienen al almuerzo? —preguntó con su voz usual, cálida pero directa. Me había olvidado completamente del almuerzo familiar.

—Si, ya estamos por salir de casa —mentí con una sonrisa que solo yo podía ver en el espejo.

Volví a la habitación y traté de despertar a Theo. Mi primer intento fue lanzar una almohada, pero no hubo reacción. Mi segundo intento fue más directo —. ¡Theo! —lo zarandeé un poco, sacudiendo su sueño.

—Cinco minutos más —murmuró, tapándose la cabeza con la sábana para evitar la luz del día.

—Me olvidé del almuerzo de mis papás.

De inmediato, se destapó, con los ojos bien abiertos—. ¿Va tu abuela? porque amo a esa mujer, siempre lleva postres riquísimos.

—Creo que sí —respondí, aún aturdida por el olvido.

Theo hacía el intento de salir de la cama pero me observaba mientras intentaba encontrar mis zapatillas. Antes de que pudiera hacer algo, me tomó del brazo, me hizo caer sobre él, y me dio un beso suave y profundo. Nos quedamos en silencio, disfrutando del momento, Luego, Theo se apartó lentamente, con una sonrisa traviesa en su rostro—. Perdón por haberte despertado así —murmuré, algo avergonzada.

—No te preocupes, fue una forma muy agradable de despertar —dijo, acariciando mi mejilla.

Nos levantamos y nos preparamos rápidamente para ir al almuerzo. Mientras nos vestíamos, Theo volvió a mencionar la noche anterior. Sabía que no podía contarle toda la verdad, así que decidí desviar el tema–. Sabes que no me acuerdo mucho de anoche —fingí una risa nerviosa.

Theo soltó una carcajada —. Y sí, creo que te diste más de tres tequilazos seguidos, Bi.

Nos tomamos de la mano y salimos del departamento. Durante el trayecto, compartimos algunas risas e hicimos karaoke a todo pulmón. Aunque sentía una ligera tensión en el aire, Theo parecía no darse cuenta. ¿Cómo podría explicarle que la tensión no era solo por la resaca?.

Cuando llegamos a la casa de mis padres, mi mamá apareció en la puerta, con un delantal puesto, ya metida de lleno en los preparativos.

—Hola chicos, llegaron justo para la comida —dijo, sonriendo mientras nos recibía con un cálido abrazo.

—¿Llegó Gia? —pregunté, esperando ver a mi amiga pero mi mamá negó con la cabeza mientras nos invitaba a entrar.

—Tu padre está afuera, preparando la parrilla —agregó y comenzó a darnos varios vasos de vidrio para que lleváramos afuera.

—¿Por qué tantos?— pregunté confusa al ver la cantidad.

—¡Ay si! tenemos visitas —aradió con un brillo en sus ojos.

—¿La abuela? —mi voz reflejaba una mezcla de esperanza y curiosidad. Ella negó, dejando un halo de misterio, automáticamente deje los vasos sobre la mesa.

INMARCESIBLE | @cybervicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora