El sonido de la marioneta zorro golpeando la puerta resonaba en los oídos de Mike como un tambor de guerra. La tensión crecía en la oficina subterránea mientras se preparaban para la confrontación. Elizabeth, a su lado, se aferraba a su brazo, su rostro reflejando tanto miedo como determinación.
—Mike, ¿qué vamos a hacer si El Hombre entra? —preguntó ella, su voz un susurro apenas audible.
—Vamos a enfrentarlo. No tenemos otra opción —respondió él, su mirada fija en la puerta. La imagen de la marioneta zorro lo atormentaba en su mente, y su instinto le decía que el peligro estaba a un paso.
—Déjame mirar las cámaras —ofreció Elizabeth, separándose de él un instante—. Tal vez pueda ver si hay algo más en el pasillo.
Miguel asintió, y mientras Elizabeth se sentaba frente a la pantalla, Mike se preparó para lo que pudiera venir.
—Si logras ver algo, avísame —le dijo Mike, sintiendo la presión en su pecho.
Miguel revisó la puerta, asegurándose de que estuviera bien cerrada, y luego se unió a Elizabeth frente a la pantalla. A medida que pasaban los minutos, la tensión se hacía insoportable. La marioneta zorro continuaba golpeando la puerta, y cada golpe parecía sacudir los cimientos de la casa. De repente, las luces comenzaron a parpadear, y un frío helado se apoderó del ambiente.
—Esto no es bueno —murmuró Miguel, mirando a su alrededor. La sensación de peligro era palpable.
De pronto, una de las cámaras comenzó a mostrar imágenes borrosas. Mike frunció el ceño, esforzándose por ver lo que ocurría.
—¡Mira! —gritó, señalando la pantalla—. ¡Algo se mueve en el pasillo!
Elizabeth se concentró en la pantalla y pudo ver una figura oscura que se movía rápidamente, deslizándose entre las sombras. La marioneta zorro aumentó la fuerza de sus golpes, como si respondiera a la llegada de algo más.
—¡Cuidado! —gritó Elizabeth, su voz llena de pánico—. ¡Viene hacia nosotros!
La puerta comenzó a vibrar violentamente, y el aire se llenó de una risa baja y burlona. Mike sintió un escalofrío recorrer su espalda. Era la risa de El Hombre, y sabía que no estaban listos para lo que estaba por venir.
—¡Aguanten! —gritó Mike, levantando el hacha—. No dejaremos que entre.
El golpe final hizo que la puerta se abriera de golpe, y en un instante, la figura oscura se lanzó hacia ellos. Miguel disparó su arma, pero el proyectil atravesó la sombra sin hacer impacto, como si El Hombre no tuviera forma física.
—¡No es suficiente! —gritó Miguel, retrocediendo mientras trataba de recargar su arma.
Mike, con el hacha en mano, se plantó frente a Elizabeth y Miguel, sintiendo que debía ser el escudo entre ellos y el horror que se desataba.
—¡No! —gritó la marioneta de Alan desde la pantalla—. ¡No se interpongan! El Hombre está buscando a Mike, y si se lo llevan, él no parará hasta conseguirlo.
—¿Por qué quieres a Mike? —preguntó Elizabeth, su voz temblando de miedo—. ¿Qué te ha hecho?
La figura oscura se detuvo, y por un momento, la risa se extinguió. Una voz profunda y susurrante emergió de la sombra, resonando en el aire.
—Mike... por fin estás aquí. He estado esperándote. Tu miedo es mi poder, y veo que lo tienes en abundancia —dijo El Hombre, su tono burlón provocando un escalofrío en todos.
—No me tienes miedo, pero no voy a dejar que me controles —replicó Mike, levantando el hacha en desafío—. ¡No te tengo miedo!
—¿No? —dijo El Hombre, riendo con una risa ominosa—. Tu valentía es admirable, pero es solo una fachada. ¿Qué pasará cuando vea a tu esposa sufrir? ¿Qué pasará cuando te quite todo lo que amas?
—¡No me toques! —gritó Mike, el corazón latiendo con furia—. ¡No harás daño a Elizabeth!
—Oh, pero tengo planes para ella. No es ella la que me interesa, sino el poder que reside en ti. El poder de los que han sufrido. No puedo esperar para verlo florecer —susurró El Hombre, y su voz se volvió un eco aterrador en la habitación.
La marioneta de Alan gritó, su voz resonando con desesperación. —¡No lo escuches! Él se alimenta de tu temor. ¡Mantente firme!
Con un impulso, Mike se lanzó hacia la figura oscura, su hacha blandiéndose con fuerza. Pero antes de que pudiera hacer contacto, El Hombre se desvaneció, dejando a Mike golpeando el aire. Un escalofrío recorrió su espalda, y un profundo sentido de derrota se apoderó de él.
—¿Qué estamos haciendo mal? —preguntó Miguel, su voz llena de frustración mientras intentaba recomponerse—. Necesitamos un plan.
Mike miró a su alrededor, viendo a su esposa, aterrorizada, y a su amigo, en plena lucha. Era hora de cambiar la estrategia.
—No podemos luchar contra él de manera convencional —dijo Mike, su mente trabajando rápidamente—. Debemos encontrar la manera de sacarlo de su zona de confort. Él se alimenta de nuestro miedo, y tenemos que convertir eso en fuerza.
—¿Cómo? —preguntó Elizabeth, su voz temblando.
—Debemos hacer que se sienta vulnerable. Necesitamos mostrarle que no le tememos —respondió Mike, la resolución creciendo en su interior.
La marioneta de Alan apareció de nuevo en la pantalla, su rostro reflejando confianza. —Sí, eso es. Ustedes pueden hacerlo. Solo deben mantenerse juntos y no dejar que El Hombre los divida.
La risa de El Hombre resonó de nuevo, y la oscuridad se intensificó. Mike sintió cómo su miedo comenzaba a desvanecerse, reemplazado por un fuego ardiente de determinación. Sabía que el enfrentamiento no había hecho más que comenzar, y debía liderar la carga.
—Juntos, vamos a enfrentar esto —dijo Mike, girándose hacia Miguel y Elizabeth. —Vamos a darle la pelea que se merece.
Mientras se preparaban para el siguiente paso, la figura oscura se desvaneció de nuevo, dejando solo la sensación de un peligro inminente. En ese momento, sabían que su lucha apenas comenzaba, y que el verdadero desafío estaba por venir.
ESTÁS LEYENDO
help me the revenge of the puppets
Horrores una historia la cual pienso transmitir no solo terro si no tambien supenso alegria , tristesa trata sobre un niño que muere en una casa la cual despues de la masacra que hubo no fue habitada por nadie o eso se creia;una deacada despues Mike se...