Miguel había sido oficial de policía durante poco más de un año. A pesar de su entusiasmo inicial, los días pasaban lentamente y el trabajo se reducía a papeleo y tareas monótonas. Nada como los casos intrigantes que había soñado cuando decidió unirse a la fuerza. Estaba ansioso por probarse, por enfrentarse a algo que le exigiera más que simples patrullajes.
Esa noche, mientras revisaba viejos archivos en la estación, un caso no resuelto capturó su atención. Las palabras escritas en la portada del informe parecían llamarlo: "Asesinato y suicidio en la Casa del Bosque". A medida que leía, su curiosidad aumentó.
El informe describía cómo, en 1990, un hombre llamado Calisto había asesinado a su hijastro, Alam, antes de quitarse la vida. Lo extraño era que el caso no había sido cerrado formalmente. Los investigadores en su momento habían archivado el expediente sin lograr explicar la razón detrás del acto de Calisto, ni esclarecer las circunstancias misteriosas en torno a la casa. Según rumores, la escena había dejado una impresión inquietante en todos los oficiales que la investigaron.
Miguel decidió que esa sería su oportunidad de encontrar respuestas y demostrar su valía. Aunque ya era de noche, se dirigió directamente a la dirección de la casa, ahora habitada por un nuevo dueño: un hombre llamado Mike, quien se había mudado hacía poco con su esposa.
Al llegar, el ambiente era aún más perturbador de lo que imaginaba. La fachada de la casa se perdía entre las sombras de los árboles, y un silencio opresivo llenaba el aire. Miguel tocó la puerta, y luego de unos segundos, Mike le abrió, con una mirada de sorpresa y algo de cansancio en el rostro.
—¿En qué puedo ayudarte, oficial? —preguntó Mike, extrañado.
Miguel se presentó y le explicó la razón de su visita, intentando sonar casual, aunque su interés en el caso brillaba en sus ojos.
—Sé que es tarde, y entiendo que esto pueda sonar extraño, pero estoy investigando un caso sin resolver sobre un asesinato que ocurrió aquí hace años —dijo Miguel—. Un hombre llamado Calisto asesinó a su hijastro, Alam, y luego... se quitó la vida. Nunca se supo el motivo ni se cerró el caso. Me preguntaba si tal vez... ha notado algo inusual en la casa.
Mike lo miró por un momento, indeciso. Parte de él deseaba que todo aquel asunto de El Hombre y las marionetas no se volviera aún más complicado. Pero otra parte, la que aún sentía el peso del miedo por Elizabeth y por sí mismo, se preguntaba si aquel joven oficial podría ayudarlo a desentrañar el oscuro misterio que envolvía la casa.
—Sí, oficial... he visto cosas —dijo Mike finalmente, bajando la voz—. Pero no sé si creerás lo que tengo que decirte. Anoche... bueno, estas últimas noches he sentido una presencia, algo... oscuro. Incluso he visto a un niño. Dice llamarse Alam, y afirma que su espíritu está atrapado aquí. Me advirtió de una figura que llama El Hombre, algo maligno que, según él, aún reside en esta casa.
Miguel escuchó en silencio, sin ocultar su fascinación. Había oído rumores sobre casas embrujadas, pero siempre los había considerado simples leyendas. Sin embargo, la seriedad en el rostro de Mike lo hizo dudar. Había algo en su mirada que le decía que no se trataba de una simple broma o exageración.
—¿Ese niño... te habló? —preguntó Miguel, tratando de sonar profesional a pesar de su creciente interés.
—Sí. Dijo que El Hombre lo atrapó y que ahora intenta hacer lo mismo conmigo. —Mike hizo una pausa, como si no supiera cómo continuar—. Mi esposa y yo pensábamos que todo era nuestra imaginación, pero... anoche, El Hombre apareció en el cuarto de las marionetas, y sentí que casi... casi me alcanzaba.
Miguel asintió lentamente, tratando de procesar toda esa información. Aunque una parte de él era escéptica, otra le decía que había algo en esa casa que no podía ignorar.
—Mike, quiero ayudarte a llegar al fondo de esto. Si existe una entidad en esta casa, si hay una conexión entre la muerte de Alam y esta presencia que describes, tal vez podamos descubrirlo juntos. —Miguel le extendió la mano en señal de compromiso—. Vamos a trabajar juntos en este caso y resolver lo que ocurrió aquí.
Mike aceptó el apretón de manos, agradecido de no estar completamente solo en su misión. Sabía que era arriesgado involucrar a alguien más, pero también sentía que aquel joven oficial era su mejor oportunidad de resolver el enigma de El Hombre y liberar, de una vez por todas, el alma atrapada de Alam.
Ambos sabían que se adentraban en un misterio oscuro y peligroso, pero estaban listos para enfrentarlo juntos. La casa, con su inquietante silencio, parecía observarlos mientras sellaban el pacto. Y esa noche, la presencia de El Hombre acechaba en las sombras, como si percibiera que su secreto estaba en peligro de ser revelado.
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help me the revenge of the puppets
Horrores una historia la cual pienso transmitir no solo terro si no tambien supenso alegria , tristesa trata sobre un niño que muere en una casa la cual despues de la masacra que hubo no fue habitada por nadie o eso se creia;una deacada despues Mike se...