Mientras Mike hojeaba el diario de Calisto, sintió un escalofrío al ver el año escrito en la primera página: 1997. La tinta descolorida y las letras temblorosas transmitían un sentido de desesperación y agonía atrapado entre las líneas. Miguel y Tomás observaban a Mike en silencio, notando la intensidad con la que él absorbía cada palabra. Algo en él parecía resonar profundamente con las palabras que leía, como si las mismas sombras que una vez habían consumido a Calisto ahora intentaran envolverlo a él.
—¿Qué dice? —preguntó Miguel, rompiendo el silencio.
Mike levantó la vista, sus ojos oscurecidos por una mezcla de furia y tristeza.
—Calisto... No solo era el padrastro del niño que mató —murmuró Mike, cerrando el diario por un momento—. En realidad, se convirtió en algo más oscuro, en algo que buscaba eternamente el dolor y la desesperación. Él... quería moldear a alguien. Alguien con el mismo sufrimiento que él.
—¿Moldear a alguien? —repitió Tomás, su rostro arrugándose en una expresión de asombro y horror.
Mike asintió, sus dedos jugando nerviosamente con el borde del diario.
—Sí. Calisto buscaba a alguien que pudiera "continuar su obra", lo que sea que eso signifique. Alguien que hubiera sentido el dolor y la pérdida que él experimentó. Y por eso... me busca a mí.
Miguel y Tomás se miraron, tratando de procesar lo que Mike acababa de decir.
—¿Por qué tú, Mike? ¿Qué es lo que él ve en ti? —preguntó Miguel, preocupado.
Mike suspiró, cerrando los ojos por un momento, mientras un recuerdo oscuro y enterrado luchaba por salir a la superficie.
—No es algo que comparto a menudo, pero... hubo una época en mi vida en la que me sentí completamente perdido —admitió con voz temblorosa—. Perdí a alguien muy importante. Esa pérdida me rompió en pedazos, y durante mucho tiempo, pensé que nunca podría reconstruirme. Tal vez es esa fragilidad... esa experiencia, lo que Calisto percibe. Tal vez me ve como alguien que podría comprender su desesperación.
Tomás asintió, pareciendo entender más de lo que Mike había dicho.
—Es posible que la conexión sea aún más profunda —dijo Tomás, con voz cautelosa—. Si Calisto está buscando a alguien para continuar su legado, él necesita a alguien que pueda soportar el peso de ese sufrimiento, pero también alguien que tenga la fuerza para no dejarse consumir por él.
Mike volvió a abrir el diario, pasando las páginas con más detenimiento. En cada entrada, Calisto parecía deslizarse más hacia la locura, sus palabras se volvían erráticas y sin sentido. Era como si, en lugar de liberar su dolor, lo estuviera usando para alimentar una oscuridad en crecimiento.
—Este diario... no solo es un testimonio de su sufrimiento, es como un manual —murmuró Mike, horrorizado—. Calisto documentaba métodos para invocar a algo, para "someter el alma". Habla de ritos y sacrificios... parece que él creía que su espíritu podría ligarse a esta casa y a quienes habitaran en ella.
—Eso explica por qué sigue aquí, persiguiéndonos —dijo Miguel, endureciendo su expresión—. No va a dejarnos en paz hasta que destruya todo lo que hemos construido aquí. Especialmente a ti, Mike.
—Entonces, no podemos simplemente quemar el diario y esperar que todo termine —dijo Tomás—. Debemos confrontarlo, enfrentarnos a lo que Calisto dejó atrás.
Mike asintió, cerrando el diario con decisión.
—Vamos a enfrentar esto, juntos.
ESTÁS LEYENDO
help me the revenge of the puppets
Horrores una historia la cual pienso transmitir no solo terro si no tambien supenso alegria , tristesa trata sobre un niño que muere en una casa la cual despues de la masacra que hubo no fue habitada por nadie o eso se creia;una deacada despues Mike se...