Mike pasó el resto del día tratando de convencerse de que lo ocurrido la noche anterior había sido solo un sueño. Pero el nombre "Alam" y el perturbador cuarto de las marionetas persistían en su mente como un eco sombrío. Elizabeth notó su nerviosismo; intentó bromear para calmarlo, pero en el fondo también comenzó a percibir la oscura atmósfera de la casa.
Esa noche, en medio de su sueño, Mike escuchó risas y susurros apagados provenientes del pasillo. Recordando las advertencias de Alam en su "sueño," se levantó con cautela, evitando despertar a Elizabeth. Caminó por el pasillo hasta llegar al cuarto de las marionetas, donde las voces parecían haberse concentrado.
Al abrir la puerta, el aire frío le cortó el aliento. Las marionetas colgaban en silencio, pero sus ojos de vidrio parecían seguir cada uno de sus movimientos. Entonces, una marioneta en particular, la misma que había tomado el día anterior, giró su cabeza hacia él y susurró:
- "El Hombre vendrá por ti... y por ella."
Mike retrocedió, tratando de controlar su respiración acelerada, cuando una sombra oscura emergió en el fondo del cuarto. La figura se materializó poco a poco, tomando forma en un hombre alto y delgado, envuelto en una capa oscura que parecía absorber la poca luz que había en la habitación. Su rostro estaba cubierto por una máscara antigua y agrietada, y sus ojos —si es que los tenía— eran pozos de una oscuridad insondable.
El Hombre se quedó inmóvil, observándolo, como si pudiera ver a través de su carne y huesos hasta llegar a su alma. Mike sintió un peso abrumador, como si una mano invisible apretara su pecho, haciéndolo difícil respirar. En ese momento, El Hombre levantó una mano y le señaló, como si lo estuviera condenando.
- "Todo aquel que entre aquí es mío. Tú eres mío. Ella también lo será."
Antes de que Mike pudiera reaccionar, sintió una mano fría sobre su hombro y escuchó una voz suave pero determinada. Era la voz de Alam, que parecía venir de todas partes a la vez.
- "No escuches sus mentiras. El Hombre solo quiere atraparte, como me atrapó a mí. No confíes en nada de lo que diga. Pero para salir de aquí, necesitarás mi ayuda. Si te quedas, él se adueñará de tu voluntad... y de tu vida."
Mike intentó responder, pero un dolor punzante recorrió su cabeza, haciéndole caer de rodillas. El Hombre seguía acercándose, y sus susurros parecían envolver la habitación. Alam, con una voz desesperada, continuó:
- "Hay una forma de romper el ciclo. Debes encontrar la marioneta que guarda el alma de El Hombre. Sólo así podrás detenerlo... pero recuerda, cada segundo cuenta. Él no descansará hasta tenerte."
Con esas palabras, el mundo se tornó negro para Mike. Cuando despertó, estaba de nuevo en su cama, empapado en sudor. Elizabeth dormía a su lado, pero él sentía aún el frío y la presencia de El Hombre acechando en cada rincón de la casa.
La advertencia de Alam retumbaba en su mente. Tenía que encontrar la marioneta especial antes de que El Hombre decidiera reclamar su vida... y la de Elizabeth. Sabía que la misión era arriesgada, pero no podía quedarse de brazos cruzados.
Con una mezcla de terror y resolución, Mike decidió que no solo sobreviviría. Si Alam estaba atrapado, él haría todo lo posible por liberar también al niño que, en vida, solo había querido ser amado.
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help me the revenge of the puppets
Horrores una historia la cual pienso transmitir no solo terro si no tambien supenso alegria , tristesa trata sobre un niño que muere en una casa la cual despues de la masacra que hubo no fue habitada por nadie o eso se creia;una deacada despues Mike se...