-Debe ser una broma... – susurró Ronan. Gregory y Adeline estaban igual de atónitos que él. Los gemelos se carcajearon al unísono al entrar al gran muro cerrado. Aquel lugar fue creado como un anfiteatro circular con una capacidad de casi setenta mil personas. Los tres trapecistas sabían que el lugar debía ser enorme, pero al estar en medio de todo, notaron que aquella palabra le quedaba corta.
Gregory suspiró con una sonrisa. Una hermosa y descomunal vista se exhibía ante sus ojos. Setenta mil miradas viéndolos.
El príncipe a sus espaldas comenzó a hablar. – Este Coliseo fue construido por petición de mi madre para traer, a través de la actuación y el canto, el arte. Esta vez, yo espero agregar algo más. Espectáculo. Cientos de bailarines y acróbatas se encontrarán aquí para el cumpleaños número 42 de la reina. – extendió su mano para que los demás vieran a su alrededor. – Dando la mejor función jamás vista. Primero será el circo, con juegos pirotécnicos, trucos, magia, luces y actuaciones, luego vendrán las historias, contraté a alguien que relatará historias antiguas de Teliko, su voz estará acompañada de actores y figuras mecánicas de gran magnitud.
-¡Como el titiritero! – sonrió emocionado Ronan.
-Exactamente él. – Blackwell apuntó a las espaldas de los gemelos.
Antes de que ellos se dieran vuelta el titiritero apareció posando una mano en sus hombros. – Buenos días, mis estimados. – empujó a los hermanos y reverenció al príncipe. – Su alteza.
-Sea bienvenido. – Les dio la espalda a todos mirando un enorme artefacto con dos especies de cilindros en ambas puntas. – Luego cerraré la noche con un baile noble de máscaras dentro del palacio.
Con un movimiento de su mano indicó a los trabajadores alrededor que hicieran funcionar la máquina. Esta comenzó a girar al contrario de las manecillas del reloj.
-Es maravilloso... ¿Ahí estaremos nosotros?
-No, ustedes estarán sobre eso. Actuarán como trapecistas y al medio habrá telas colgantes para la señorita Adeline. Allí ella hará su solo.
-Jamás hemos estado tan alto, esto es mil veces más grande. – Habló Adeline calculando los metros de altura en los que estarían.
-¿No creen que puedan hacerlo?
Ella sonrió. - Yo no dije eso, su alteza. – apuntó con su cabeza a los chicos y se veía en ellos la emoción a punto de explotar.
-Eso es perfecto. – rio Blackwell. Ustedes ensayarán en un salón de prueba dentro del palacio con otros trapecistas y acróbatas. Tres meses antes del show comenzarán a usar la plataforma real. ¿Fui lo suficientemente claro?
Los tres asintieron.
-Después iremos al gimnasio. Recorran el Coliseo por mientras. ¡Titiritero!
En cuanto ellos le reverenciaron. Blackwell fue a hablar con el ultimo nombrado
-¿Usted tiene todo claro?
-Por supuesto, pero hay algo que deseo.
El príncipe elevó una de sus cejas.
-Vera. - comenzó el titiritero. - Tengo muchas ideas en mi cabeza, y si no me equivoco escuche que mis relatos serán acompañados por figuras mecánicas. De gran magnitud. - Blackwell asiente. – Sucede que, me gustaría mostrarle unas pequeñeces que yo tengo guardadas y un amigo cercano me ha ayudado a recrearlas, aunque en miniatura. Podrían ser de gran ayuda y mejor aún. Mayor deleite visual.
No tengo nada que perder.
-Adelante.
Sin esperar, el titiritero sacó un cuadernillo con un millar de dibujos y se sentó en el suelo, Blackwell se vio obligado a agacharse

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Ecos de Teliko
FantasyEn un mundo el cual fue tocado por las manos de los dioses, una joven circense batalla en contra de la corrupción y crueldad del reino de Teliko. En uno de esos altercados ella se ve envuelta en un encuentro con el "Príncipe sin rostro" futuro monar...