Adeline es golpeada por Talana rompiendo nuevamente los lentes.
- ¡Por favor, los arreglé hace un mes!
-Entonces no uses traje.
-Ya estoy harta de las heridas en mi cuerpo y la piel seca.
-Aplícate sabía de árbol, es gratis y funciona. ¿Eres una luchadora o una mariposa de jardín?
Adeline se arrebató el traje, enojada. Sus últimos días han sido malos y se mostró irritada. Talana bien lo sabía.
-Vaya, te falta compañía masculina.
-No necesito nada. Solo ganarte.
-Ganarme puede que te traiga dinero. Pero eso no te hará mejor. Para demostrar que eres buena, sencillamente deja de intentarlo. Solo pelea y enfócate. – dio unos pequeños saltos. – Relaja tus hombros y quítate la tensión cuando estés en la arena. – escupió. – No me hagas perder el tiempo.
Adeline aceptando aquel consejo volvió a atar su cabello más apretado. Y tomó posición para pelear.
- ¿Estas lista?
- ¿Usted qué cree?
Ambas avanzaron con velocidad a golpear a la otra, fue un espectáculo brutal para quienes veían y apostaban, pero ellas fueron quienes después estaban sentadas en unas pequeñas gradas moreteadas y con escasa movilidad. Talana apoyaba un hielo en su boca y Adeline uno en su ojo.
-No debí alentarte. – lamentó la mujer. – Esta vez me sorprendiste. Fue suerte el hecho de que yo ganará, porque en combate éramos iguales, mocosa.
Adeline sonrió enormemente.
- ¿Prácticamente gané? Entonces la mitad del premio es mía.
-Sigue soñando.
La joven se carcajeó.
Luego de un rato, Talana mencionó una pequeña celebración que harían esta noche.
-Será aquí mismo. Habrá carne y cerveza. Por si te interesa venir.
-No bebo. Pero agradezco la carne. ¿Hay que aportar con dinero?
Talana sacudió una bolsa de género, haciendo sonar las decenas de monedas que acababa de ganar. – Te invito.
Presumida.
-Si me iba a invitar a una fiesta no debía golpearme el ojo. ¿Qué dirá la gente de mi belleza?
-Una mujer ruda es igual de atractiva que una dama delicada. – volvió su mirada más coqueta. – Te presentaré a un amigo.
-Espero que sea guapo.
-De hecho, ya lo conoces, solo sé que tiene un extraño interés en ti y no han tenido la oportunidad de hablar personalmente. – dijo sonriendo, aunque por lo hinchado de sus labios, apenas se vieron sus dientes.
Ya al anochecer, Adeline caminó por el mercado en dirección al final de este. Vio a un grupo de luchadores alrededor de una gran fogata y se acercó a ellos. En cuanto la vieron algunos comenzaron a chiflar en burla.
-Vaya vaya, parece que vienes a una gala.
Un sujeto tres veces el tamaño de un hombre normal bufó. – Ni siquiera pareces una luchadora de verdad. ¿Qué es esa cara tan brillante? No es sudor.
-Se le llama "limpieza" ¿Alguno de ustedes conoce esas palabras? – respondió a la defensiva.
-Eso es cierto. – la apoyó uno de los apostadores más frecuentes. – Que sea luchadora no significa que tenga que descuidar su higiene. – olfateo a un hombre a su lado. – Ojalá aprendieran de ella.
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Ecos de Teliko
FantasyEn un mundo el cual fue tocado por las manos de los dioses, una joven circense batalla en contra de la corrupción y crueldad del reino de Teliko. En uno de esos altercados ella se ve envuelta en un encuentro con el "Príncipe sin rostro" futuro monar...