Omega con sangre Valyria (lucemond) HOTD[✓]

2:Omega de sangre pura

R:Conocemos mas sobre los Omegas Valyrios y quien fue quien conquisto Westeros realmente.

Cuando Otto Hightower escucho que el segundo cachorro de la princesa era un Omega, no vio el atípico comportamiento del niño, tampoco vio la agresividad con la que parecía querer enfrentar a la reina.

El vio una oportunidad.

Una oportunidad para que su sangre llegase al trono por medio de su nieto Aegon, con el pequeño Omega unido a Aegon podrían convencer al rey de que nombrara a Aegon el heredero en lugar de a la princesa y de esa manera, uno de los hijos de la princesa heredaría la corona.

Era un ganar-ganar.

Y la casa del dragón permanecerá unida, tanto como el rey quería.

Una vez se hubo calmado el caos en el salón y todos los miembros de la familia fueron despachados a sus habitaciones, el Lord Mano le dio una visita a su aun desconcertada hija.

Vio a la mujer perdida frente a la chimenea de su alcoba, perdida en las llamas del fuego, pensando en toda la situación… y en ojos amarillos.

Ojos de dragón.

Otto alerto de su presencia, pero la reina no le miro. —¿Viste sus ojos, padre? —. Dijo con voz plana, pero el hombre no estaba ahí para discutir el miedo que su hija sentía.

—Lo que vi es una oportunidad—. Finalmente, la mujer miro a su padre, confundida y algo asustada.

—¿Oportunidad? —. Alicent se acerco a su padre. — ¿Oportunidad de que, padre? ¿Acaso no viste lo que era? —. El hombre la tomo fuertemente de las manos.

—Lo que yo vi fue a un Omega presentándose—. Le dijo con seriedad. —Piensa, piensa querida hija—. La reina reconocía ese tono de voz, hablándole como si aun fuera una chiquilla que no entendía cómo funciona el mundo. —Esto es una señal de los dioses, si unimos a ese Omega con Aegon… —Alicent rápidamente aparto sus manos de su padre.

—¿Unirlo a Aegon? —. La ofensa se notaba en su cara. —¿Es que acaso vimos al mismo Omega? —. Pregunto incrédula de las palabras de su padre.

—Un Omega es un Omega—. Dijo indiferente. —Solo necesita la marca de un Alfa para ceder, como todos los demás—.

—¡Ese no era un Omega, era una bestia! —Ahora la reina parecía furiosa ante las implicaciones de su padre. —¡Tomo el ojo de mi cachorro! ¡Le arruino la vida a Aemond! —.

—Aemond sobrevivirá, es un Alfa fuerte—. Otto le restó importancia y Alicent por primera vez odio a su padre. —Lo importante no es enfocarnos en la que ya paso, Alicent, es en lo que esta por venir—. El hombre le miro seriamente. —Sabes lo que nos espera cuando la princesa tome la corona, yo, tu e incluso sus hermanos seremos una amenaza para su reclamo—. Esas palabras siempre lograban sacar la razón en la reina y Otto lo sabía. —Si unimos a Aegon con su hijo, él podría ayudarnos, piénsalo hija—. La tomo por los hombros para que escuchara claramente sus palabras. —Imagina a ese pequeño Omega, gruñendo y defendiendo a su propia familia, a Aegon y a ti—.

Y por un momento Alicent lo imagino, el cachorro de Rhaenyra gruñéndole a su propia madre, todo por defender a Aegon y a su familia, se vio a si misma mirando a la princesa con maliciosa satisfacción ante la impotencia de no poder dañarla por que su hija la protegería.

Ahora la idea de su padre no parecía tan mala.

Y los dioses antiguos rieron con ganas.

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Ahora que las cosas estaban más calmadas, Rhaenyra mando a traer a todos sus cachorros a su habitación, en parte para vigilar que no ocurriesen mas percances, en la gran cama estaban sus tres cachorros acompañados por las hijas de su tío, los cinco niños acurrucados en un nido de almohadas y frazadas.