𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 | 𝐥𝐬 | 𝐁𝐃𝐒𝐌 | 𝐃𝐃𝐋𝐁

7

Harry colgó el teléfono después de hablar con Louis, sintiendo una mezcla de ansiedad y emoción que no recordaba haber sentido antes. Sabía que aceptar su propuesta para aprender sobre BDSM era un gran paso, uno que, si bien le causaba temor, también lo intrigaba profundamente. No podía negar que había algo en Louis que lo hacía sentirse seguro, que lo animaba a explorar una parte de sí mismo que hasta entonces había permanecido oculta, en silencio, esperando a ser descubierta.

Horas más tarde, se encontraba de pie frente a la puerta de la casa de Louis, respirando hondo antes de tocar. Louis abrió con una sonrisa amable y cálida, invitándolo a entrar con un gesto de la mano. Su presencia era reconfortante, y la calidez de su expresión ayudaba a calmar el nerviosismo que Harry había sentido todo el día.

—¿Listo para empezar? —preguntó Louis, con un tono que contenía tanto entusiasmo como seriedad.

Harry asintió, aunque por dentro sentía un ligero temblor que intentaba disimular. Se quitó la chaqueta y la colgó en el perchero de la entrada antes de seguir a Louis hacia la sala. La casa de Louis era cálida y acogedora, decorada con una simplicidad que reflejaba la personalidad serena de su dueño. Sin embargo, a Harry no le pasó desapercibida la puerta cerrada en el pasillo que conducía a la sala de estar, y no pudo evitar preguntarse si detrás de esa puerta estaba la famosa sala de juegos que Louis le había mencionado.

Se sentaron en el sofá, uno frente al otro, y Louis se inclinó hacia adelante, con una expresión seria y comprensiva.

—Antes de empezar, quiero que entiendas algo, Haz. Esto no es solo un juego. Hay reglas, límites y mucha comunicación involucrada. Quiero asegurarme de que te sientas seguro en cada paso. Nada de lo que hagamos sucederá sin tu consentimiento. ¿Entiendes eso? —le explicó Louis con calma, mirándolo con intensidad.

Harry asintió con seriedad, sintiendo que las palabras de Louis lo calmaban y le daban confianza.

—Sí... lo entiendo. Confío en ti, Louis —respondió Harry, con una sinceridad que sorprendió incluso a él mismo.

Louis sonrió suavemente y se acomodó en el asiento.

—Bien. Antes de seguir, quiero que sepas que, a partir de ahora, cuando estemos en este tipo de dinámica, te dirigirás a mí como "Señor", "Papi" o "Amo". Esto nos ayudará a mantener la estructura de roles que estamos estableciendo. ¿Te sientes cómodo con eso?

Harry sintió un ligero rubor en sus mejillas, sorprendido por lo rápido que la propuesta de Louis encendía algo en su interior. Pero, después de un instante, asintió. Aunque sonaba diferente a lo que estaba acostumbrado, no podía negar que le intrigaba.

—Sí, puedo hacerlo.

Louis asintió con satisfacción.

—Perfecto. Ahora, lo primero que quiero explicarte son las reglas básicas. En este tipo de dinámicas, la confianza y la seguridad son lo más importante. Así que, para asegurarnos de que siempre estés cómodo, vamos a definir límites y palabras de seguridad. La palabra de seguridad es lo que usas cuando quieres que algo se detenga inmediatamente. Normalmente, usamos un sistema de colores: "verde" significa que estás bien y quieres continuar, "amarillo" indica que estás incómodo o que necesitas ir más despacio, y "rojo" significa que quieres que todo pare. ¿Te parece bien?

Harry asintió lentamente, intentando memorizar los términos mientras su mente absorbía cada detalle.

—Sí, creo que puedo recordar eso —respondió, aunque por dentro aún sentía nervios.

Louis continuó, su tono firme pero reconfortante.

—Además de eso, hay reglas que deberás seguir mientras estemos en esta dinámica. Una de las reglas es que no puedes decir malas palabras, a menos que te lo permita. También quiero que seas completamente honesto conmigo; la mentira no tiene cabida aquí, y si alguna vez sientes la tentación de mentir, prefiero que me lo digas antes de hacerlo. Quiero que te sientas cómodo compartiendo cualquier cosa que te pase por la mente, sin miedo a ser juzgado.