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La primera vez que Harry se encontró en la posición de someterse completamente a Louis, el nerviosismo y la expectación eran palpables. Estaba de pie en la sala de juegos, observando a Louis, quien lo miraba con una mezcla de ternura y autoridad.

—¿Estás listo, Haz? —preguntó Louis, acercándose con una suavidad que contrastaba con el aire de dominación que proyectaba.

Harry asintió lentamente, sintiendo cómo su respiración se aceleraba.

—Sí... estoy listo, papi —respondió, sus palabras apenas un susurro, pero firmes.

—que buen chico—dijo Louis acariciando su mejilla y esas palabras hicieron que Harry sintiera una oleada de tranquilidad y emoción al mismo tiempo.
Louis se acercó a harry y susurró en su oído—arrodíllate para papi—Harry cayó de rodillas automáticamente mirando hacia arriba para que Louis corrija su posición.

—la palma de las manos hacia arriba,trasero sobre los talones,espalda redondeada encorvada hacia abajo y la mirada en tus muslos bajando un poco tu cabeza—Louis acomodaba cada parte del cuerpo de harry—cada vez que te digo que me esperes en la sala de juegos esta será tu posición,bien?—Harry asintió.

—próxima regla,siempre contestar verbalmente,entendido Harry?—preguntó Louis mirando el débil cuerpo de Harry en posición.—entendido amo—Harry estaba ansioso,sus manos temblaban mientras trataba tranquilizarse.

—Harry,nadie te va a hacer daño.Tienes el control,una simple palabra y se acaba.Entiendes cariño?—Louis comenzó a acariciar el cabello de Harry—Entendido amo.

—Ahora te voy a explicar algunos de los que podrían ser tus castigos si no eres un buen niño—Louis comenzó a caminar por la habitación—estos castigos solo afectan al BDSM,en caso de que por alguna razón lleguemos a practicar DDLB las reglas y los castigos serán completamente distintos.Entendido?.

—si señor—Harry susurró algo abrumado por tanta información.

—Bien,seguimos.Los castigos variarán desde azotes hasta tiempo en el rincón para reflexionar tus actos.Cuando te de el contrato oficial de dom y sub tendrás que marcar con cuál te sientes cómodo y con cuál no—Louis se acercó hasta harry y se agachó hasta su altura—mi buen niño,que bien lo estás haciendo.Puedes seguir escuchando?o ahora quieres un premio por ser tan buen chico?—Louis comenzó a acariciar su mejilla.

—Puedo obtener un abrazo,amo?—Harry susurró algo abrumado—por favor—no lo tuvo que ni repetir cuando Louis ya lo tenía entre brazos susurrándole lo bien que lo había hecho.

—ahora que has sido un buen chico vamos a sentarnos un rato en mi oficina  para discutir bien las reglas que van a estar presentes

Una vez ya sentados en los sillones de la oficina de Louis

Bien. Estas son algunas de mis reglas —dijo Louis, su voz firme pero calmada, mientras mantenía la mirada fija en Harry, que lo observaba con atención y timidez—. Son reglas que tendrás que cumplir sin excepción. ¿Entendido?

—si amo—dijo sin apartar la vista de su amo, sintiendo la anticipación crecer dentro de él.

—Primero, siempre deberás pedirme permiso antes de tomar cualquier decisión importante. Quiero que sepas que confío en tu juicio, pero en este espacio, me perteneces, y eso significa que tus acciones me afectan.

Se inclinó un poco hacia adelante, sus ojos brillando con una mezcla de ternura y cercanía.

—Segundo, el respeto es esencial. No quiero solo tu obediencia; quiero tu respeto sincero, y eso va en ambas direcciones. Yo te guiaré, pero nunca te lastimaré ni abusaré de esa confianza.

El sumiso tragó saliva, procesando cada palabra, comprendiendo que este compromiso iba más allá de lo físico; era una entrega mental y emocional.

—Tercero —continuó su Louis, sacando un papel del escritorio y deslizándolo frente a él—, este es nuestro contrato. Léelo con cuidado. Cada límite, cada deseo, cada expectativa, está aquí por una razón. Nada de lo que hagamos estará fuera de este acuerdo.

Hizo una pausa, observando la reacción de su sumiso, que empezó a leer, asintiendo lentamente.

—Recuerda —añadió el Louis, su tono volviéndose casi susurrante—, esto es tan tuyo como mío. Ambos estamos aquí porque queremos estarlo.

Louis observó a Harry, quien sostenía el contrato entre sus manos, sus dedos temblando ligeramente. Había un brillo de vulnerabilidad en los ojos de Harry, una mezcla de nervios y confianza que Louis encontró entrañable. Con una leve sonrisa, Louis extendió su mano y la posó suavemente sobre la de Harry, en un gesto de tranquilidad.

—No tengas miedo, Harry —dijo Louis, su tono calmado y cálido, aunque firme—. Estas reglas no están aquí para controlarte de una forma en la que te sientas atrapado. Están aquí para asegurarte que tengas una guía, para que siempre sepas lo que espero de ti y sepas que estás a salvo conmigo.

Harry asintió, bajando la mirada mientras una pequeña sonrisa tímida se asomaba en sus labios. Louis apretó suavemente su mano, dándole un poco de fuerza y ánimo.

—Mírame, cariño —pidió Louis, con una ternura que hizo que el rostro de Harry se ruborizara al levantar la vista hacia él—. No estás solo en esto. Cada palabra en ese contrato es tan importante para mí como lo es para ti. Nada de lo que hagamos será sin tu consentimiento, y si en algún momento te sientes incómodo o inseguro, quiero que me lo digas. ¿De acuerdo?

—Sí, Louis... quiero decir, amo —respondió Harry, su voz suave, con un toque de vergüenza que hizo que Louis sonriera aún más.

—Está bien, puedes llamarme Louis cuando estemos hablando así. No te preocupes por eso —le aseguró Louis, dándole un apretón cariñoso en la mano—. Recuerda que eres lo más importante para mí en este momento. Te cuidaré, y cada límite que establezcas será respetado. Esta es una relación basada en confianza y respeto mutuo.

Harry lo miró, sus ojos brillando con una mezcla de admiración y alivio. Respiró profundamente, sintiendo que la tensión en su cuerpo se disipaba.

—Gracias, Louis. No sé cómo expresar lo mucho que esto significa para mí —dijo Harry, su voz suave y un poco temblorosa.

Louis inclinó la cabeza, sus dedos acariciando con suavidad el dorso de la mano de Harry.

—No tienes que decir nada más, Harry. Me basta con saber que confías en mí. Lo demás lo iremos construyendo juntos, paso a paso.

Se acercó un poco más, sin soltar su mano.

—¿Listo para aprender? —preguntó Louis, con una dulzura que no restaba autoridad, sino que la hacía aún más reconfortante.

Harry asintió, su timidez evidente, pero sus ojos reflejando la entrega sincera que estaba dispuesto a ofrecer.

—Sí, Louis. Estoy listo.

𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 | 𝐥𝐬 | 𝐁𝐃𝐒𝐌 | 𝐃𝐃𝐋𝐁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora