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El apartamento estaba en completo silencio, algo que Harry no estaba acostumbrado a experimentar. Durante el último mes, Liam casi había hecho de la casa de Zayn su residencia, pasando más tiempo allí de lo que Harry imaginaba. Era extraño estar solo en el apartamento; las horas parecían estirarse en el vacío, y aunque Harry sabía que podía relajarse, una parte de él se sentía inquieta.

A pesar de sus intentos de distraerse con alguna serie o música, esa noche se sintió particularmente pesada. La falta de ruidos familiares, la ausencia de una compañía que lo hiciera sentir menos vulnerable, parecían hacer eco en sus pensamientos, y en su subconsciente algo oscuro comenzaba a despertar.

Finalmente, Harry se quedó dormido, acurrucado en el sofá con una manta sobre sus hombros. Pero su descanso no duró mucho. En algún momento de la noche, empezó a soñar. Al principio, los sueños eran vagos, pero poco a poco, los recuerdos del pasado empezaron a tomar forma. Se vio a sí mismo, mucho más joven, atrapado en una situación que le recordaba por qué había construido tantas barreras en su vida. La sensación de pérdida de control, de miedo, de querer huir y no poder. Su respiración se aceleraba, y de repente estaba de vuelta en ese momento, reviviéndolo como si estuviera sucediendo de nuevo.

Harry se despertó de golpe, con el corazón martilleando en su pecho y un nudo de pánico en su garganta. Estaba sudando, su cuerpo temblaba de forma incontrolable, y la oscuridad a su alrededor parecía opresiva. Todo a su alrededor le recordaba a la soledad, y no podía detener el temblor en sus manos ni regular su respiración. Las imágenes seguían pasando por su mente, y cada vez que cerraba los ojos, parecía caer más en la espiral de pánico.

Después de varios intentos fallidos por calmarse, en su desesperación buscó su teléfono y, casi sin pensar, marcó el número de Louis. Al escuchar el primer tono, casi se arrepintió, sintiéndose culpable por molestar a Louis en medio de la noche, pero al segundo tono, la voz firme y tranquila de Louis respondió.

"¿Harry? ¿Estás bien?"

La voz de Louis lo devolvió un poco a la realidad, aunque su respiración seguía siendo errática. "L-Louis, yo... lo siento. No quería despertarte..."

"No te preocupes por eso, pequeño. ¿Qué pasa?" La preocupación en el tono de Louis era palpable, y eso solo hacía que Harry se sintiera más vulnerable, más expuesto. Pero también lo hacía sentirse un poco menos solo.

"Tuve una pesadilla, y... no puedo calmarme. Siento que... no puedo respirar." Harry apenas podía hablar sin que su voz se quebrara.

"Voy en camino. Quédate en la línea conmigo, ¿de acuerdo? Respira despacio, escucha mi voz," dijo Louis en un tono suave y tranquilizador.

Harry hizo lo posible por seguir las instrucciones de Louis, tratando de concentrarse en su voz mientras escuchaba el sonido del auto al arrancar. La espera se hizo larga, aunque en realidad fue cuestión de minutos. Finalmente, escuchó el ruido de la puerta al abrirse, y en el momento en que vio a Louis entrar, sintió que el peso en su pecho disminuía un poco.

Louis se acercó a él sin dudarlo, lo abrazó y lo acunó en su pecho, acariciando su cabello suavemente. "Estás a salvo, pequeño," susurró, con una ternura que hizo que Harry se sintiera débil. "Estoy aquí, no tienes que decir nada si no quieres."

Harry se dejó llevar por el abrazo, enterrando el rostro en el cuello de Louis, mientras las lágrimas caían sin control. El contacto y la presencia de Louis parecían calmar las olas de pánico en su interior, aunque el miedo residual seguía ahí.

"Perdón," murmuró finalmente, con un hilo de voz. "No quería molestarte, es solo que... no sabía qué hacer."

"Harry, nunca te disculpes por buscarme cuando me necesitas. Estoy aquí para eso," respondió Louis, manteniéndolo cerca. "Siempre quiero estar aquí para ti."

Se quedaron en silencio unos minutos, con Louis consolándolo. Poco a poco, Harry fue encontrando su respiración, y el temblor en sus manos empezó a calmarse. Cuando estuvo más tranquilo, Louis lo guió suavemente hacia el sofá y se sentaron juntos.

Después de un rato, Louis habló de nuevo, su voz suave y comprensiva. "Pequeño, ¿quieres hablar de lo que soñaste? Solo si estás listo."

Harry dudó, mirando sus manos mientras jugaba nerviosamente con los bordes de su camiseta. No solía hablar de su pasado, no así. Pero sentía que podía confiar en Louis, que él no lo juzgaría.

"Fue un recuerdo de... cuando era más joven. Sentía que no tenía el control de nada, como si... no tuviera escapatoria," confesó en voz baja. "Me dejó marcas que, a veces, parecen regresar sin que yo las pueda evitar."

Louis lo escuchó atentamente, sin interrumpirlo, solo dándole el espacio que necesitaba. "Entiendo," respondió finalmente, tomando la mano de Harry entre las suyas y acariciándola con delicadeza. "Quiero que sepas que nunca te haría sentir así. Me importa demasiado que te sientas seguro conmigo."

Harry asintió, sintiendo una paz en sus palabras. "Lo sé, Louis. Me haces sentir... diferente. Como si estuviera bien ser yo mismo, como si mis sentimientos fueran válidos."

"Lo son, Harry," dijo Louis, con una firmeza que no dejaba lugar a dudas. "Me encanta cuidarte, pequeño. No tienes que preocuparte por ser algo que no eres. Para mí, tu bienestar es lo más importante."

Después de un rato, Harry se sintió lo suficientemente seguro como para hablar sobre lo que realmente le había estado pesando. "Louis, me gusta cuando haces todas esas cosas por mí... lo del ddlb y los cuidados. Me hace sentir especial y querido, pero a veces me da miedo que sea demasiado. Que no puedas seguir... así."

Louis le sonrió con suavidad, mirándolo a los ojos. "Harry, cada pequeño detalle que hago por ti, lo hago porque quiero. No tienes que preocuparte por ser una carga. Al contrario, cuidar de ti me hace feliz. Me gusta cómo nuestra relación se ha convertido en algo especial, donde puedo ser tu apoyo y tú puedes dejarte cuidar."

Harry sintió un calor recorrer su pecho. No estaba seguro de cómo expresar todo lo que sentía, pero esas palabras le daban una paz que no había sentido antes. Sin embargo, todavía había una pregunta que no había podido sacar de su mente.

"¿Y sobre el bdsm?" preguntó en voz baja, sus mejillas enrojeciéndose. "A veces, me asusta un poco. No porque no confíe en ti, pero... ya sabes. Mi pasado... me hace dudar de cuánto puedo dejarme llevar."

Louis le acarició el rostro con ternura, dándole un suave beso en la frente. "Lo entiendo completamente, pequeño. Quiero que sepas que siempre respetaré tus límites. Nada de lo que hacemos tiene que ir más allá de lo que te haga sentir cómodo. Si en algún momento algo te hace sentir inseguro, lo dejamos de lado. La confianza entre nosotros es lo más importante."

Harry asintió, con los ojos llenos de gratitud. Louis entendía, y eso era lo que más necesitaba en ese momento. Alguien que lo entendiera y que, en lugar de empujarlo más allá de sus límites, lo guiara con paciencia y cariño.

Louis se quedó con él el resto del día, cocinándole el desayuno, hablando de cosas cotidianas, y cuidándolo en cada momento. Harry se sentía cada vez más relajado, sabiendo que estaba en las manos de alguien que no solo lo respetaba, sino que también lo valoraba en su totalidad.

Esa noche, cuando finalmente se fue a dormir, lo hizo con la certeza de que, pase lo que pase, siempre tendría a Louis a su lado. Con una sonrisa en los labios y el corazón lleno de tranquilidad, Harry se dejó llevar por el sueño, esta vez, sin sombras de su pasado.

𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 | 𝐥𝐬 | 𝐁𝐃𝐒𝐌 | 𝐃𝐃𝐋𝐁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora