~¿𝑄𝑢𝑒?~

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Narra Hermione

Leah seguía dormida, se veía muy cómoda así que decidí dejarla dormir.
Baje al comedor, ahí me encontré a Ron.
-Hola Ronald, buenos días-. Dije sentandome en la mesa.
-Hola Her-.
-¿Donde está Harry?-. Pregunté curiosa.
-Esta dormido todavía, ¿y Leah?-. Dijo jugando con sus manos.
-También está dormida. ¿Ya regreso tu padre y tus hermanos?-.
-Si, solo que a mis padres les llego una lechuza y tuvieron que irse, pero la verdad no se a donde-.

Estuve platicando un buen rato con Ron, hasta que Ginny llegó.
-Hola-. Dijo esta
-Hola Ginny, ¿cómo estás?-. Dije levantándome de mi lugar para ir a abrazarla.
-Bien, gracias, ¿donde está Harry?-. Pregunto.
Sabía muy bien que a Ginny le gustaba Harry, era más que obvio, pero como Leah y él tenían química decidí hacerla enojar un poco.
-Esta con Leah-. Dije sonriendo.
Ginny cambió su cara totalmente y se sentó.
-Pero, ¿no dijiste que-. Dijo Ronald. No lo dejé terminar ya que le di una patada debajo de la mesa.

En eso bajo Leah, al parecer acababa de despertarse, tenía todo el cabello revuelto y el pijama desacomodado.
-Hola Leona-. Dijo Ron mientras se levantaba a abrazarla.
-¿Hola?, ¿por qué tan cariñoso eh Weasley?-. Dijo recibiendo el abrazo pero al segundo empujandolo.
En eso bajo Harry, vi que a Ginny se le iba formando la sonrisa cuando corrió a abrazar a Harry.
-¡Harry!, ¿cómo estás?-. Dijo esta casi gritando mientras le desacomodaba el cabello.
Pude ver la cara de Leah, estaba de todos los colores, parecía que le explotaría la cabeza.
Al parecer Ron se dio cuenta de esto, así que jalo a Ginny del brazo y la abrazó.
-¿No me ibas a saludar?, por dios Ginny, soy tu hermano-. Dijo molesto.

Narra Leah

Sentía como mis cachetes se calentaban, no se porque me molestaba ver esa escena de Ginny con Harry, no se porque, y quisiera saberlo, pero me irrita verlos tan juntos, si pudiera, me acercaría y tiraría a Ginny de los pelos. No solo por eso, si no que a veces puede ser un poco muy insoportable, y la verdad me molesta, no soy la única, pues Herms me ha dicho lo mismo, a veces le cae bien, pero a veces se vuelve un poco insoportable.
-Hola Leah-. Dijo Harry acercándose a mi. Pues Ron ya había alejado a Ginny de el.
-Hola Harry-. Dije mientras lo abrazaba fuertemente.
Pude ver la cara de Ginny a través del hombro de Harry. No lograba verla tan bien porque Harry era un poco más alto que yo, pero aún así veía un poco su rostro, parecía que le andaba del baño o algo parecido, porque estaba roja, y fruncía su ceño. Vi que se acercaba a nosotros cuando Hermione la agarró gracias al dios.
-Ayy, Ginny, tengo muchas cosas que preguntarte, ¿podemos hablar al rato?-. Dijo Hermione fingiendo una sonrisa.

Me separé de Harry y le di un dulce beso en la mejilla.
Me senté en la mesa para desayunar, pues el desayuno ya estaba ahí, pues Molly antes de irse tenía todo listo.
Harry iba a sentarse al lado mío, pero llego Ron y se sentó a mi lado.
-Hola cabeza de Zanahoria-. Dije recostándome en el hombro de Ron.
-Hola-. Dijo entre risas.
-¿De que te da risa, Ronald?-. Dije irritada mientras me separaba de su hombro y lo veía.
-Todavía tienes los pelos de loca-. Dijo riéndose.
-¡Ron!-. Dije levantándome para irme a cepillar el cabello cuando Ron me jalo del brazo y me volvió a sentar.
-Te ves bien, Leah, solo estoy jugando-. Dijo acomodando mi cabello detrás de mi oreja.

No se porque, pero me puse roja ante la acción de Ronald, pero lo único que hice fue sonreírle.
Todos ya estaban sentados comiendo cuando entró la lechuza de Ron, traía varias cartas, pero no se lograba distinguir de que eran.
-Esta ave es demaciado torpe-. Dijo Ron quitándole la cartas del pico.
-Son nuestras cartas de Hogwarts-. Dijo Ron.
Las comenzó a repartir, pero en ningún momento me dio la mía.
-¿Y mi carta?-. Dije empujando a Ron.
-No lo sé, no está aquí-. Respondió.
-Basta Ronald, deja de jugar y dame mi carta-. Dije moviendo su hombro bruscamente.
-Leah, de verdad, no estoy jugando, no hay ninguna carta que tenga tu nombre-. Dijo Ron serio; ahora si me estaba preocupando.
-Tal vez la lechuza la soltó-. Dijo Ginny.
-No es tan tonta como para tirar una carta, pero no se porque no está-. Respondió Ron.
-Tal vez llegue más tarde, quizá Dumbledore no sabe que estás aquí, quizá llego a tu casa-. Dijo Harry.
-Puede ser una opción. Le mandaré una carta a mis padres para preguntarles-. Dije un poco más tranquila.

Pasó el tiempo y todos estábamos platicando en la habitación de Ron.
Ya había mandado la carta a mi casa hace más de dos horas, pero no tenía respuesta de mis padres.

Se llego el día, de nuevo era 1 de septiembre, pero mi carta no había llegado, Molly me había dicho que tal vez había problemas, y que de momento podía quedarme en la madriguera, ya que según esta dijo que mis padres le pidieron de favor que me cuidaran, ya que ellos estaban resolviendo unos asuntos. Yo solo acepté, ya que no me quedaba otra opción.
No quise acompañar a los chicos a la estación ya que estaba un poco agotada por pensar tanto en qué asunto tenían que resolver mis padres.

Estaba en la sala de la madriguera comiendo el pollo que Ronald había olvidado para el camino cuando escuche la chimenea encenderse. Fui a ver quien era cuando vi a un hombre de barba larga blanca, al igual que su cabello, este era Dumbledore.
-Hola, señorita Leah-. Dijo este caminando hacia mi.
-Ay, profesor Dumbledore,
Me asusto-. Dije relajándome.
-Tranquila, solo quería hablar contigo-. Dijo esté tomando asiento en el que yo estaba anteriormente.
-Esta bien, dígame, ¿de que quería hablarme?-. Dije sentándome a su lado.
-Vine a explicarte porque no llego tu carta para irte a Hogwarts-.
-Bueno, continúe entonces-. Dije cruzándome de brazos.
-La razón es que tus padres me pidieron que no te aceptara en Hogwarts, ya que este año será muy peligroso para ti-. Dijo esté levantándose y yendo hacia la chimenea-.
-¡Profesor, no se valla, necesito que me explique!, ¿mis padres están bien?-. Dije mientras me levantaba he iba hacia el.
-Ellos están bien, Leah, solo que yo no puedo decirte nada. Todo estará bien, solo tendrás que esperar a tus amigos. En tercer año podrás volver, mientras te daré algunas tareas que puedes hacer mientras no estés en Hogwarts-. Dijo
-Esta bien, profesor, gracias por avisarme-. Dije con un tono triste, ya que pues yo quería estar con mis amigos, y con el...
-Nos vemos Leah, cuídate-.
-Adiós profesor-. Dije
-Oh, una cosa más, por favor, no le mandes cartas a tus padres, sería riesgoso para ti y para ellos, trata de no mandar cartas a nadie, ni si quiera a tus amigos, nadie puede saber que sigues aquí-. Dijo este para terminar yéndose por la chimenea.

Me quede confundida, pero tuve que aceptarlo, no puedo hacer nada, es la palabra de Dumbledore contra la mía, y si él lo dice es porque sabe que está bien y que está mal; debo hacerle caso para mantener a salvo a mis seres queridos, y a mi misma.

¿𝗗𝗲𝗯𝗲𝗿𝗶𝗮 𝗲𝗻𝗮𝗺𝗼𝗿𝗮𝗿𝗺𝗲?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora