~¿𝑂𝑙𝑣𝑖𝑑𝑜́?~

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Narra Leah

-¡Ronald!-. Grite mientras perseguía a Ron.
-¡Ronald, dame mi cepillo!-. Grite de nuevo.
-No-. Dijo Ron mientras corría de mi.
-Alto vaquero-. Dijo Fred deteniéndolo y quitándole el cepillo.
-No te metas, Fred-. Dijo Ron molesto.
-Gracias, Zanahoria-. Dije acercándome a él y tomando mi cepillo.
-De nada enana, es todo un placer ayudar a una dama en apuros-. Dijo este incandose.

Fred se levantó, me sonrió y se fue.
-¿Se puede saber porque tomaste mi cepillo Ronald?-. Dije viendo fijamente a Ron.
-Por que si-. Dijo cruzándose de brazos.
-Maldita Zanahoria-. Dije mientras me daba la vuelta para irme a mi habitación.
Aunque no pude hacerlo ya que Ron me tomo del brazo y me jalo hacia el.
-Esta bien, perdón, lo tome porque se te ve lindo el cabello así. No quiero que te sientas insegura de tu cabello Leah-.
Dijo este.
-No me siento insegura, solo que con estos malditos mechones azules mi pelo se ve más loco de lo que ya está-. Dije separándome de él y cruzándome de brazos.
-A mi me gustan tus mechones Leah. No necesitas cambiar algo de ti solo por lo que vallan a pensar-. Dijo retirándose para ir a la habitación.

Ya estaban a punto de terminar las vacaciones, por fin volvería a Hogwarts, a mi hogar, mi lugar feliz.
Estuve todas las vacaciones en la madriguera de nuevo, ya que no podía regresar a casa.
Me volví muy unida a todos, pero más con Ron, era como un hermano para mi, era mi lugar seguro, mi lugar feliz, mi mejor amigo, mi confidente, el es a la persona que le confiaría mi vida entera. Llevo tres años conociéndolo a él y a toda su familia, los amo a todos, son como mi segunda familia, siempre me tratan como una hermana e hija más; la verdad, no se que seria de mi vida sin ellos.

El despertador sonó. Era hora de levantarme, pues tenía que arreglarme.
Era 1 de septiembre, por fin se había llegado el día de volver a casa.
Iba a comenzar tercer año, y estaba muy feliz por eso. Se que no estuve en segundo año, pero aprendí todo lo que debía y hasta más.

-Adiós Molly-. Dije abrazando a esta.
-Adiós cariño, cuídate, y cuida que Ronald no haga algo de lo que pueda arrepentirse-. Dijo está sonriéndome. Ron estaba a nuestro lado, este solo volteó los ojos y rió.

Estábamos en el vagón solo nosotros, bueno, también había una persona, pero al parecer estaba dormida.
Harry y Hermione al parecer no habían llegado aún. Según Molly ellos estaban juntos, pues a Harry lo habían "sacado" de la casa donde estaba, Hermione solo estaba junto con el para venir de regreso juntos y no dejarlo solo.

-¡Hola!-. Gritó Hermione mientras se lanzaba hacia mi abrazándome.
-¡Hola Herms!-. Dije correspondiendo su abrazo.
-Te extrañe Leah-. Dijo esta sentandose a mi lado quedando frente a Ron. Al lado de Herms estaba la persona.

-Yo también te extrañe Herms-. Dije sonriente.
-Hola Herm-. Dijo Ron sonriéndole.
-Hola Ron-. Dijo devolviendo la sonrisa.
-¿Y Harry?-. Pregunté.
-Creo que se quedó hablando con Molly, la vimos fuera, y Harry aprovechó-. Dijo Herm.
-¡Amigo!-. Dijo Ron levantándose para abrazar a Harry.

Era raro volver a verlo, volver a ver sus lindos ojos azules, su cabello cafe cayendo sobre su frente... si que había extrañado a este chico.
-Hola Ron-. Dijo contento mientras se sentaba frente a mi, pues Ron está frente a Herm, y no quedaba otro lugar.

-Hola Harry-. Dije sonriendo.
-Hola-. Dijo este. No había dicho nada más, parecía no darle gusto verme ahí o algo parecido, lo dejé pasar, quizá estaba cansado... espero  sea eso.

Estuve todo el camino platicando con Herm mientras Ron y Harry hablaban también. Por un momento escuché a Harry mencionar a Ginny varias veces seguidas, ¿que ella era su único tema de conversación o que?.

Llego la señora de los dulces, así que salí junto a Ron y Harry para comprar algunos.

-Me da 4 ranas de chocolate por favor-. Dije.
Ron y Harry pidieron lo suyo.

Entramos de nuevo al vagón, estábamos comiendo nuestros dulces cuando se empezó a sentir demaciado frío, derrepente el tren se detuvo por completo y las luces se apagaron, parecía una película de terror. Voltee a ver a Ron, el cual estaba viendo por la ventana, solo se podía ver como la ventana se iba congelando.
Sacábamos humo por la boca, parecía un congelador. Estábamos asustados, cuando de la nada se escuchó que alguien subió al tren.
Ron era el más asustado de todos, y eso me calmaba un poco ya que me daban risa sus expresiones.

Por la ventana del vagón se alcazaba a ver una silueta con unas manos largas y unos tirantes colgando de ellas. En eso se abrió el vagón, era una cosa gris, tapada con telas sucias, según a lo que había leído era un Dementor; se apoderan de los recuerdos más felices para solo quedarte con los más dolorosos.
En ese momento vi como se acercaba cada vez más a Harry, estaba tomando su alma, estaba helada, no podía moverme, pero mi alma regresó a mi cuerpo cuando vi que el dementor se fue, ya que la persona que estaba sentada en nuestro vagón conjuró un hechizo, era el profesor Remus Lupin, ya que lo decía en su valija.
Harry cayó lentamente al asiento, cual yo me asuste y me acerqué rápidamente al el.
-Harry, despierta-. Dije mientras lo sacudía cuidadosamente.
-Tranquilos, ya va a despertar-. Dijo el profesor.
Harry fue abriendo poco a poco los ojos.
Este pregunto que le había pasado, el profesor le explico y todo ocurrió normal durante el camino restante, aunque ya no era mucho.
-Tu...¿tampoco te desmayaste?-. Pregunto Harry mientras jugaba con sus manos.
-No Harry, solo fuiste tú, pero ya te explicaron lo que pasó-. Dije seca, no se porque salió eso de mi boca, pero al parecer quería sacarlo por como me había tratado anteriormente.

Será que Harry... ¿se olvidó de mi?...

¿𝗗𝗲𝗯𝗲𝗿𝗶𝗮 𝗲𝗻𝗮𝗺𝗼𝗿𝗮𝗿𝗺𝗲?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora