~𝐻𝑎𝑟𝑟𝑦~

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Narra Leah

Cuando termino el partido de Quidditch Hermione, Ron y yo bajamos a felicitar a Harry.
-¡Felicidades Harry, lo hiciste increíble!-. Dijo Hermione emocionada.
No dije nada, solo fui y abracé fuertemente a Harry, y él me devolvió el abrazo.
-Fue pura suerte-. Se escuchó la odiosa voz de Draco Malfoy.
-Aún así ganamos contra tu casa, Malfoy-. Dije en tono de burla.
-Fue un juego sucio-.
¿De donde sacaba eso este pelos tiesos?.
-Bueno, y si fuera así que, ¿a ti que te importa Malfoy?-. Dije ya molesta mientras me acercaba a Draco de manera desafiante.
-¿Me estás retando Walker?-. Dijo este.
Obvio no se quedó atrás y comenzó a acercarse a mi.
-Basta Leah, déjalo ir, no vale la pena perder tu tiempo con el idiota de Malfoy-. Dijo Ron mientras me agarraba del brazo.
-¿Tu quien te crees Weasley?, ah, claro, tú y tu sucia familia compraron el partido, ¿no es así?. Oh, me equivoco, no tienen dinero ni para darte un nuevo uniforme, como si pudieran pagarlo-. Dijo Malfoy.

Este pelos tiesos va a ver que soy capaz de hacer.
Me deje ir contra Malfoy tirándolo al suelo, le di una cachetada, iba a continuar pero Harry y Ron me separaron.
-¡Estás muerto Malfoy, eres un completo idiota!-. Dije mientras trataba de soltarme.
-¡Estás loca!-. Dijo esté asustado mientras se levantaba y huía.
-¿Estás bien Leah?-. Pregunto Harry.
-Voy a estar bien el día que mate a ese pelos tiesos-. Dije más tranquila.
Todos rieron ante el apodo y nos fuimos de ahí.
Estábamos caminando por el patio junto con Hagrid.
-Tonterías, ¿por qué Snape quisiera hechizar la escoba de Harry?-. Dijo Hagrid.
-No lo sé, ¿por qué quiso evadir esa criatura de tres cabezas?-. Dijo Harry curioso.
-¿Quien les hablo de Fluffy?-. Dijo un poco molesto.
-¿Fluffy?- dijo Ron.-¿Esa cosa tiene nombre?-. Termino Hermione.
-Claro que tiene nombre.
Me lo vendió un Irlandés que conocí en un bar, hace un año.
Se lo preste a Dumbledore para cuidar la...-. Dijo Hagrid sin terminar la última frase.
-¿si?- dijo Harry.
-No debí decir nada, no pregunten ya, no hagan otra pregunta, no puedo decir nada-.
-Pero Hagrid, no importa lo que sea, Snape quiere robarlo-. Dijo Harry.
-Tonterías. El profesor Snape enseña en Hogwarts-.
-Aunque enseñe en Hogwarts, se que estaba hechizando la escoba-. Dijo Hermione.
Hagrid nos dijo que lo que escondía el perro era algo de el profesor Dumbledore y de Nicolás Flamel. No teníamos idea de quién era Nicolás Flamel, y por primera vez en la vida, Hermione no sabía nada sobre eso.






¡Por fin!, ya era navidad.
Todo estaba completamente blanco por la nieve, el frío abundaba por los pasillos decorados. La vibra navideña se sentía mejor que nunca, todo estaba muy bello.

-Estaba en el Gran Comedor junto con Harry y Ron, los cuales estaban jugando ajedrez mágico.
Hermione estaba preparando su maleta, ya que ella se iría esta navidad a su casa.
Hermione llegó. Estaba junto conmigo viendo el juego de los chicos.
-Eso es de bárbaros-. Dijo Hermione.
-Esto es ajedrez mágico. Ah, ya empacaste-. Dijo Ron.
-¿Y tú por qué no?- dijo Hermione.
-Tengo otros planes, mis padres fueron a Rumania a visitar a Charlie, me quedaré con Harry-. Dijo el pelirrojo.
-¿Y tú Leah?- pregunto Her.
-Yo también me quedo Herms, quiero pasar la navidad aquí-.
-Bueno, tú acompañarás a Harry y Ronald. Tienen que buscar en los libros quien es Nicolás Flamel-. Dijo Hermione.
Dios, ¿esta niña no se cansa de leer?.

Ron se quejó.
Hermione solo dijo que debíamos leer los de la sección prohibida, se despidió de nosotros, y se fue.
-Creo que somos mala influencia para ella-. Dijo Ron.

A la mañana siguiente, me desperté gracias a que escuche a Ron gritar mi nombre y el de Harry.
Cuando salí de la habitación, Harry estaba frente a mi, saliendo de su habitación.
-Feliz navidad Leah-. Dijo feliz.
-Feliz navidad Harry-. Dije para abrazar a Harry.
-Chicos, bajen-. Grito Ron.
Yo y Harry nos asomamos por el balcón, Ron estaba abajo junto con el árbol lleno de regalos.
-Feliz navidad Leah, feliz navidad Harry-. Dijo Ron.
-Feliz navidad, Ron-. Dije junto a Harry.
-¿Qué es eso?-. Pregunté refiriéndome al suéter que tenía Ron puesto.
-Ah, mamá me lo dio. Ustedes también tienen uno-. Dijo ron.
-¿Recibí algo?-. Dijo Harry emocionado.
Bajamos, Ron nos dio nuestros suéteres.
El mío era morado con la letra "L" en medio. El de Harry era azul, con la letra "H" de color dorado en medio.
-Mira Harry, aquí hay uno que dice tu nombre-. Dije tomando un regalo envuelto.

Harry lo abrió, era una cobija.
Cuando se la puso su cuerpo desapareció por completo, era una capa de invisibilidad.
Llego la noche y todos estábamos durmiendo, bueno, menos yo, no podía dormir, estaba viendo hacia la ventana, junto con mi lechuza Heily.
Era blanca y suave, tenía sus ojos color verde esmeralda. Era muy bonita.
Estaba concentrada en mis pensamientos cuando escuché una puerta abrirse. Salí por curiosidad y vi como Harry salía de la sala común con su capa de invisibilidad. No me iba a quedar ahí, no podía dormir, así que decidí seguirlo.
Lo vi entrando a la biblioteca, iba a entrar pero justo escuché pasos, pues Harry había hecho tremendo ruido dentro de la biblioteca.
Corrí a buscar un lugar donde esconderme, vi una puerta entre abierta y entre ahí, era una habitación grande, no tenía nada, más que un espejo. Iba a acercarme cuando vi que Harry entró a la misma habitación.
-¡Ah!-. Grite asustada.
-Shhhh!, soy yo, ¿Leah, que haces aqui?- dijo Harry.
-Ammm, vine porque estaba... siguiéndote-. Dije apenada.
-No te preocupes, yo también lo haría.¿Qué es eso?-. Dijo señalando al espejo del fondo.
Nos acercamos a donde se encontraba el espejo. Ahí me sorprendí, porque vi... a Harry, estaba dándome un abrazo mientras Hermione y Ron estaban detrás de nosotros.
-¿Tu también los ves?-. Pregunté a Harry-.
-Si... veo a mis padres-. Dijo.
-¿A tus padres?-. Dije confundida.
-Si-. Dijo
-¿Qué será esto?- pregunté.
-No lo sé-. Dijo Harry.
-Oye...-
-¿Si?- dije.
-Creo que tenemos una charla pendiente-. Dijo nervioso.
-Ah... si, la charla-. Dije mientras jugaba con mis manos.
-Yo... no quería hablarte porque me sentía culpable-. Soltó Harry.
-¿Culpable de que?-. Pregunté.
-De tu accidente, si no te hubieras metido entre Malfoy y yo tal vez no hubieras estado inconsciente durante tres días-. Dijo apenado.
-Harry, no importa, yo quise hacerlo, no tienes la culpa, me alegra haber hecho eso, y más por que le metí un gran susto al estúpido de Malfoy-. Dije sonriendo.
Harry me regalo una sonrisa. Nos quedamos callados por un momento hasta que me acerqué a él y le di un abrazo.
-De verdad Harry, no te preocupes, todo está bien, yo me encuentro mejor que nunca, a demás me salvaste de las clases del profesor Snape-. Dije entre risas a las cuales Harry se unió.
Nos separamos del abrazo cuando escuchamos un ruido.
-Vaya. ¿descubrieron el espejo?- dijo el profesor Dumbledore. Reconocí su voz en segundos.
-Ah-, nosotros esta-. No termine mi palabra ya que Dumbledore me interrumpió-.
-La curiosidad no es mala, pero deben pasar de desapercibido-. Dijo.
-Este es el espejo de Oesed. Te muestra los deseos más profundos del corazón-. Dijo Dumbledore.
-¿Por eso vi a mis padres?-. Dijo Harry.
Dumbledore solo asintió.
-¿Usted que vio? Señorita Leah-. Pregunto Dumbledore.
No veo mi cara, pero se que estoy roja como un jitomate.
-Ah-h, yo... veo a Harry-. Dije enredando mis palabras.
Harry se puso rojo y Dumbledore soltó una sonrisa.
-Si, digo, veo a Harry junto con Hermione y Ron-. Dije fingiendo una sonrisa tratando de ocultar mi vergüenza.

¿𝗗𝗲𝗯𝗲𝗿𝗶𝗮 𝗲𝗻𝗮𝗺𝗼𝗿𝗮𝗿𝗺𝗲?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora