Capítulo 16

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Gianna

Mi corazón se detuvo. ¿Qué? ¿Sofía? ¿Quién había escrito eso? Tenía que encontrar al responsable de esto.
Mi mente se llenó de pánico. ¿Dónde estaba Sofía? ¿Qué le había pasado?

Miré alrededor, buscando a alguien que pudiera ayudarme. Pero la sala de espera estaba vacía. Mi manos temblaban mientras escribía una respuesta.

›¿Quién eres? ¿Qué has hecho con Sofía?

Envié el mensaje y esperé una respuesta, mi corazón latiendo con ansiedad.
Pero no hubo respuesta.
Me levanté y caminé hacia la recepción del hospital. Yo no era una mujer valiente, Pero cuando se trataba de mi familia era capaz de cualquier cosa.

—Necesito hablar con alguien —dije, intentando mantener la calma—. Mi hermana ha sido secuestrada.

La enfermera me miró con sorpresa.

—Lo siento mucho —dijo—. ¿Quién puede ayudarte?

—Necesito hablar con la policía —dije—. Ahora mismo.

La enfermera asintió y llamó a la policía. Siempre fui una chica tímida, que le cuesta hablar con la gente o estar al rededor de mucha, Pero recuerdo que cuando ví a Alessandro por primera vez me animé a enfrentarlo, esa valentía la tengo Pero muy pocas veces la saco a la luz.

Mientras esperaba, mi mente estaba llena de pensamientos y miedos. ¿Dónde estaba Sofía? ¿Qué le habían hecho?

La policía llegó y comenzó a hacer preguntas.

—¿Qué pasó? —preguntó el oficial.

—Recibí un mensaje —dije—. Dicen que tienen a mi hermana Sofía.

El oficial asintió.

—Vamos a investigar —dijo—. Pero necesitamos que usted nos diga todo lo que sabe.

Asentí, dispuesta a hacer cualquier cosa para encontrar a Sofía.

Pero entonces recordé a Alessandro, que estaba en la habitación del hospital.

—Esperen —dije—. Necesito hablar con Alessandro. Él puede ayudarnos.

El oficial asintió.

—Okey —dijo—. Pero primero necesito que se calme y me diga que paso y dónde vio por última vez a su hermana.

—La última vez que la vi fue anoche, cuando fuimos a encontrarme con un tal "pariente" que al final no era pariente de Alessandro —Dije, el oficial me detuvo.

—¿Quien es Alessandro?

—Mi... Futuro esposo —me costo decir, le conté todo lo que pasó, como intentaron dispararme y como sali corriendo dejando atrás a Sofía.

—Muy bien, lo que haremos es hablar bien con Alessandro, quizás puede saber algo —dijo el oficial.

Fuimos a la habitación correspondiente donde estaba Alessandro, deseé que estuviera despierto, no por Sofía solamente, sino por qué quiero que esté bien

Al llegar a la habitación de Alessandro, mi corazón latía con ansiedad. ¿Estaría despierto?

Abrí la puerta de la habitación 213, y lo ví. Vi a Alessandro acostado en la cama, con tubos y cables conectados a su cuerpo. Mi corazón se hundió.

—Alessandro —fui hacia él, en ese momento solo pensaba en si él estaba bien.— Estoy aquí contigo

Susurré, Alessandro abrió de apoco sus ojos, encontrándome con ese hermoso azul.

—Gianna... —murmuró

—Estoy aquí —le dedique una sonrisa—. Estás a salvo.

Alessandro me miró confundido, se notaba que no sabía que era lo que habia pasado.

—¿Que sucedió?—Preguntó

—Te desmayaste —dije, acariciando su sedoso cabello— Estás en el hospital, Luis se quedó con Leonardo.

—El atentado... —trató de hablar Pero rápidamente comenzó a toser

—Tranquilo, están investigando que es lo que pasó, ahora solo trata de descansar un poco ¿Okey?

Alessandro asintió, aún tosiendo débilmente. Su rostro estaba pálido y sudoroso, pero sus ojos azules me miraban con gratitud.

—Gracias, Gianna —murmuró—. Estoy en deudas contigo.

—No hay deudas entre nosotros —dije, sonriendo—. Solo quiero que te recuperes.

Alessandro sonrió débilmente y cerró los ojos, intentando descansar.

Me senté junto a él, sosteniendo su mano y observando su rostro.

De repente, recordé el mensaje de Sofía.

—Alessandro —dije, intentando no alarmarlo—. Hay algo más.

Alessandro abrió los ojos, preocupado.

—¿Qué pasa? —preguntó.

—Sofía... —dije, intentando contener las lágrimas—. Ha sido secuestrada.

Alessandro se incorporó, alarmado.

—¿Qué? —exclamó—. ¿Quién ha sido?

—No lo sé —dije—. Recibí un mensaje. La policía está investigando.

Alessandro se levantó de la cama, ignorando los tubos y cables.

—Vamos —dijo—. Tenemos que encontrarla.

—Alessandro, no —dije, intentando detenerlo, me coloque a su lado sosteniéndolo de un brazo—. Estás débil. Debes descansar.

Pero Alessandro ya había tomado la decisión.

—No me importa —dijo—. Encontraremos a Sofía. Juntos.

Lo ayudé a caminar, sosteniéndolo para que no se cayera. Su débil estado era evidente, pero su determinación era admirable.

—Alessandro, por favor —dije—. No te esfuerces demasiado.

—No puedo descansar mientras Sofía esté en peligro —dijo, con una mirada firme.

Llegamos a la sala de espera, donde el oficial nos esperaba.

—Señor Alessandro, no debería levantarse —dijo el oficial.

—Necesito encontrar a Sofía —dijo Alessandro, ignorando la advertencia.

El oficial asintió. No podía creer que Alessandro estaba allí, de pie con mi ayuda, no podia creer que me estaba ayudando. ¿Lo sigo odiando? Creo que no tanto

—Entiendo. Vamos a trabajar juntos para encontrarla.

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⏰ Última actualización: 17 hours ago ⏰

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