Cap 11

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Poco tiempo después estábamos en la oficina del director.

-Park y Manobal- dijo el director mientras colocaba sus manos en la cabeza ciertamente frustrado. -saben que entre ustedes cuatro son los mejores estudiantes pero no en inteligencia- se refería a Kai, Ryujin, Rosé y yo.

No fuimos capaz de responder nuestra mente estaba enfocada en otra cosa.

-por lo que entendido ustedes son más poderosas que ellos, pero si no quieren que las expulsemos una semana tienen que dar una fuerte cantidad de dinero, ya saben, lo que para ustedes es poco- me quede pensativa por un momento.

El director nos vio con duda, -¿y?- preguntó.

-no la daremos- conteste con frialdad agarré a Rosé qué seguía estancada en su propio mundo y salimos lo más rápido de ahí.

-¡oye! ¿pero que haces? Yo si la iba a dar, mi mamá me va matar- dijo Rosé resistiendose a entrar al auto.

-vamos Rosé, yo hablaré con tú mamá, además sabe que yo soy un ángel- Rosé pareció converserse y se dejó de resistir haciendo que callera de golpe dentro del carro.

-auch- dijo Rosé pero no le puse atención, cerré la puerta del carro y luego lo rodie y entre en el.

Mientras manejaba en mi mente solo estaba Jennie llorando, no entendía realmente por qué lo hizo, o talvez si pero no quería aceptarlo.

-¿crees que las chicas se encuentren  bien?- pregunte mientras esperaba que el semáforo cambiara a verde.

-no, arruinamos su reputación, pero ahora no me importa, solo se fueron a los brazos de otros como si nada- Rosé suspiro y volteó su mirada hacia mi -no los aman- esas tres simples palabras me cayeron como un balde de agua fría.

-pero lo que nosotros hicimos fue peor, bueno almenos yo- Rosé no respondió solo volvió a quedarse pensativa.

Suspire y al ver el semáforo cambiar a verde, seguí manejando, en todo el camino no hablamos más, las dos estábamos deprimidas haciendo que el ambiente fuera frío.

De un momento a otra ya habiamos llegado ala casa de Rosé. Observe como Rosé bajaba rápidamente, repite la acción y me puse de pie al lado de ella.

-crees que mi mamá me matará- la mire y reí.

-no lo creo- ella me devolvió la sonrisa y caminamos hacía dentro de la casa.

...

-Rosé estas castigada, dame esas tarjetas- trate de no reírme mientras la mamá de Rosé la regañaba.

Echamos una mentira pero ella pareció no estar convencida del todo, así que llamo al director para pedir justicia y el le explico todo y también que fue decisión nuestra irnos por una semana.

Me reí discretamente al ver como la mamá jalaba de las orejas a Rosé para que le diera las tarjetas de crédito.

-pero mamá no le dirás nada a Lisa- cuando la mamá volteo la mirada hacía mi rápidamente me puse sería.

-Lisa sabes que tú mamá me dejo a cargo de ti pero no del todo, por lo tanto debes de portarte bien y decirle a esta idiota que no haga eso- asentí rápidamente.

-¡pero mamá!- dijo Rosé haciendo berrinche como una niña pequeña.

-¡tú cállate! Eres la mayor y le das esta influencia a Lisa- reí silenciosamente porque teníamos la misma edad, Rosé solo era mayor por un mes. -Lisa no quieres quedarte a almorzar-.

-si, esta bien señora- dije y asentí con una sonrisa y ella rápido se levantó, seguro iba a cocinar y no pedir adomicilio.

-no es justo Lisa- dijo Rosé mientras me miraba con rencor.

-solo es una semana- dije riendo.

-una semana sin mis bebes- Rosé posó su mano derecha en su pecho mientras se dejaba caer en el sofá.

-eres un exagerada- mire hacía el techo y me quede pensativa.

¿Qué haríamos en una semana y más en este estado? aunque intentabamos conversar en algo diferente con humor, ambas sabíamos que no estábamos bien.

-Lisa...- dijo Rosé.

-dime- voltie mi mirada hacia ella.

-y si le decimos la verdad- Rosé estaba buscando consuelo y lo sabía, la mamá ya sabia todo menos la razón por la cual lo hicimos, también sentía esa necesidad de desahogarme con alguien más, la mamá de Rosé era una buena opción, desde que mamá murió ella me había apoyado en ciertos puntos.

¦Lisa se reencontró a Rosé desde que ingreso a esa escuela de gente rica, puesto que sus papás tenían dinero de sobra, eran inseparable, pero esta vez les había tocado estudiar separadas. El día que sus papás murieron en un horrible accidente la única persona que estuvo ahí para consolar a Lisa era Rosé, la mamá de Rosé por otro lado había prometido a la mamá de Lisa que cuidaría de ella si en algún caso le pasara algo y así fue. Ellas se habían conocido desde hace mucho estudiaban juntas era una amistad como la de sus hijas, hasta que cada una tomo rumbos distintos, la mamá de Lisa se casó con un multimillonario y al poco tiempo nació su joya más preciada Lisa, por otro lado la mamá de Rosé había conocido a un chico guapo y apuesto, que pocos meses después la dejaria embarazada siendo así mamá soltera, por fortuna ella tenía herencia de los abuelos de Rosé y así fue como pudo salir adelante con su hija, además que tiene muchos negocios y por esa razón Rosé tenía tantos privilegios como Lisa.

Lisa había estado un largo periodo con ellas viviendo, a pesar que tenía casa y una empresa la cual manejar, pero  la mamá de Rosé la tuvo en su casa un año hasta que ella se recuperó de aquella tragedia, cuando cumplió los 17, edad que tiene ahora se fue a vivir a su casa de nuevo aunque para ella fue muy difícil sabía que tenía que seguir con su vida y honrar a sus padres, seguir la empresa y terminar de estudiar.

Lisa odiaba su cumpleaños puesto que ese fue el día que sus padres habían muerto ese día fueron a comprar el pastel para Lisa ya que le estaban haciendo una sorpresa de cumpleaños a su hija, pero esa no fue la verdadera sorpresa porque tiempo después le avisarian que sus padres habían fallecido.

Lisa sin duda era una chica muy fuerte, su corazón estaba rotó la traición  de Iu había sido muy dolorosa y más la muerte de sus padres, ella ocultaba su dolor como una chica orgullosa, mujeriega y que no mostraba pudor, pero por dentro era una chica herida. Solo solía sonreír y bromear con las personas más cercanas que era Rosé.

¿Pero por qué había sido así con Jennie? Dulce como una niña ilusionada y alegre, era porque Jennie estaba floreciendo ese corazón oscuro y rotó, pero había algo que le impedía ser feliz y era su pasado. Que también hizo lastimar a Jennie.

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