。𖦹°‧ᴇᴘ 3 | ᴘʀᴏʙʟᴇᴍᴀꜱ

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3 años después...

Mandy y Chester tenían una vida social activa, rodeados de amigos que les brindaban compañía y diversión. Sin embargo, había un grupo especial para cada uno de ellos; el grupo de chicas de Mandy y el grupo de chicos de Chester. Aunque disfrutaban de la compañía de sus amigos, había un nivel de confianza y comprensión que solo existía entre ellos dos.
Entre Mandy y Chester, no había secretos ni juicios. Podían compartir sus pensamientos más íntimos y opiniones más controvertidas o funables sin temor a ser criticados o juzgados. Su relación era un refugio donde podían ser ellos mismos, sin máscaras ni pretensiones.
Pero cuando se trataba de sus demás amigos, la historia cambiaba. El grupo de chicas de Mandy y el grupo de chicos de Chester no compartían su visión del amor y las relaciones. Para ellos, el amor era algo serio y sagrado, no un juego para jugar con los sentimientos de los demás.

Chester, por otro lado, veía el amor como una diversión, una forma de entretenerse sin compromisos ni responsabilidades. Su perspectiva era que las relaciones eran temporales solo para un rato y que el amor nunca duraba para siempre el nunca sintió algo verdadero con algunas de sus anteriores novias, y tampoco sentía el mínimo remordimiento cuando las dejaba, y el nunca saldría herido ya que nunca nada fue verdadero para el, el amor era aburrido para el. En cambio Mandy veía el amor, como un juego disfrutaba de la atención y el interés de los chicos. Le gustaba coquetear con ellos, hacerlos sentir especiales y luego, cuando se aburría, dejarlos sin más, pero... ella si se sentía algo mal y culpable por lo que hacia, pero auna si lo hacia...

Sus amigos no estaban de acuerdo con esta visión. Les decían que estaban jugando con fuego, que estaban lastimando a personas inocentes y que debían reflexionar sobre sus acciones. Pero Mandy y Chester no cambiaban de opinión. Sabían que sus amigos no entendían su punto de vista y que no podían hablar abiertamente sobre sus sentimientos.
Así que se reservaban sus verdaderas opiniones para cuando estaban solos. Entre ellos, podían hablar libremente, sin temor a ser juzgados o criticados. Su relación era un oasis de honestidad y comprensión en un mundo donde nadie más parecía entenderlos.
Aun así querían mucho a sus demás amigos tenían confianza en ellos, pero no como la tenían entre ellos. Pero sin importar qué, aún seguían siendo sus amigos aún que aveces no compartían sus mismas opiniones, seguian siendo los mejores amigos entre todos.

Chester siempre había sido un chico con un carácter peculiar, una mezcla de burlón, bromista y divertido, pero también con un toque de maldad que podía ser peligroso. Su actitud era una constante en su vida, y nunca había mostrado signos de remordimiento o culpa por sus acciones, aunque estas pudieran afectar a los demás.
Su personalidad era un enigma para muchos, ya que parecía carecer de empatía y compasión hacia aquellos que se cruzaban en su camino. Sin embargo, había una cierta fascinación en su forma de ser, una especie de encanto que atraía a las personas hacia él.
Mandy, su mejor amiga, era una de las pocas que conocía su verdadera naturaleza y no se dejaba engañar por su fachada de chico divertido. Ella sabía que detrás de su sonrisa y sus bromas, había un corazón que no se tomaba en serio las cosas, y que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para mantener su libertad y su entretenimiento.

Mandy, era una persona única y compleja. Su personalidad era una mezcla de fuego y hielo, capaz de pasar de la diversión y la risa a la ira y la amargura en un instante. A pesar de su temperamento fuerte, era leal y sincera con sus amigas, siempre dispuesta a defenderlas y consolarlas en momentos de necesidad.
Su relación con Chester era especial, ya que ambos se complementaban y se influyeron mutuamente. Con él, Mandy podía ser ella misma sin temor a ser juzgada, y Chester encontraba en ella una confidente y una cómplice perfecta para sus locuras.
Aunque Mandy tenía un lado más oscuro, capaz de ser fría y mala si se sentía amenazada o si alguien se metía con sus seres queridos, también tenía un corazón de oro. Su lealtad y dedicación hacia sus amigas eran inquebrantables, y siempre estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para protegerlas.
Con Chester, Mandy encontraba un equilibrio perfecto entre diversión y apoyo. Juntos, eran una fuerza imparable, capaces de enfrentar cualquier desafío que se les presentara. Y aunque Mandy seguía siendo una persona compleja y multifacética, con Chester a su lado, siempre sabía que tenía un amigo verdadero. No había secretos entre ellos... por ahora, quizas...

𐔌 . ⋮ 𝐋𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐞𝐬 𝐮𝐧 𝐣𝐮𝐞𝐠𝐨 .ᐟ ֹ ₊ ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora