El camino le pareció largo, y su corazón latía con fuerza mientras se acercaba a la cafetería. Cuando llegó, vio el pequeño establecimiento con una fachada sencilla, pero acogedora. Las luces cálidas que iluminaban el interior creaban un ambiente relajado, y el aroma a café recién hecho se percibía en el aire. Jungkook no podía evitar sentirse un poco nervioso, pero también una extraña sensación de alivio le invadió. Finalmente, había llegado al lugar donde Jimin había decidido empezar de nuevo.
Entró en la cafetería con pasos decididos pero cautelosos, y en cuanto la campanilla sonó al abrir la puerta, su mirada se dirigió inmediatamente hacia la barra.
Allí, detrás de una pequeña vitrina de pasteles y cafés, vio a Jimin. Estaba allí, sirviendo una taza de café a un cliente, con una sonrisa amable y una calma que Jungkook no recordaba haber visto en él antes. Su cabello estaba un poco más largo, y su rostro, aunque aún llevaba la misma dulzura, parecía estar marcado por la serenidad.
No era el Jimin que conocía, lleno de inquietud y ansiedad. Este era un Jimin que, de alguna manera, parecía haber encontrado la paz, una paz que él mismo había perdido hace tiempo.
Jungkook observó en silencio, sin atreverse a acercarse de inmediato. Se quedó allí, parado cerca de la entrada, sintiendo cómo la presencia de Jimin lo envolvía de una forma que le resultaba a la vez reconfortante y dolorosa. Jimin estaba tan ocupado con su trabajo que no lo vio, y Jungkook aprovechó esos momentos para observarlo con más detenimiento.
Se dio cuenta de que Jimin había cambiado. Ya no llevaba ese aire de preocupación constante, como si estuviera esperando el siguiente golpe. Ahora parecía estar más seguro de sí mismo, más centrado. Esa distancia que había notado en sus ojos antes, ahora parecía más natural, como si Jimin hubiera aprendido a protegerse, a construir una muralla emocional que ya no permitía que nadie se acercara demasiado.
Fue entonces cuando Jungkook se dio cuenta de lo profundo que había sido su error. Jimin había sanado sin él, y eso le provocó una mezcla de emociones. Por un lado, sentía un alivio inexplicable al ver que Jimin estaba bien, que había encontrado una manera de seguir adelante, de reconstruir su vida.
Pero, por otro lado, el dolor lo invadió al darse cuenta de que ya no estaba en su vida. Él había sido el que destruyó lo que pudieron haber sido, y ahora Jimin estaba viviendo una vida que no incluía a Jungkook.
Finalmente, Jimin levantó la vista y sus ojos se encontraron con los de Jungkook. Hubo un instante de silencio, una pausa en el tiempo. Jimin se quedó inmóvil por un momento, como si no pudiera creer lo que veía, como si no supiera si debía sentirse sorprendido o molesto por la presencia de Jungkook. La distancia en su mirada era evidente, pero había algo en su expresión que hacía que Jungkook sintiera una mezcla de arrepentimiento y alivio.
Jimin fue el primero en hablar, y su voz, aunque tranquila, tenía una cierta frialdad que no pasaba desapercibida para Jungkook.
—No esperaba verte aquí, Jungkook —dijo, sin mostrar ninguna emoción visible, pero con una leve curva en los labios que reflejaba una aceptación distante.
Jungkook dio un paso hacia él, pero se detuvo antes de llegar demasiado cerca. No quería invadir el espacio que Jimin había comenzado a crear para sí mismo, y, a la vez, no estaba seguro de cómo empezar la conversación.
—Vine a... —Jungkook comenzó, pero las palabras parecían ahogarse en su garganta. Finalmente, suspiró. —Solo quería saber si... si estás bien.
Jimin lo miró por un largo momento, como si estuviera evaluando sus palabras, sopesando la sinceridad en ellas. Su mirada ya no tenía el dolor que había mostrado antes, pero Jungkook pudo ver algo más: una especie de tranquilidad mezclada con una leve tristeza, como si todo lo que había pasado hubiera quedado atrás, pero la cicatriz aún estuviera ahí.
—Estoy bien, Jungkook —respondió Jimin con suavidad, pero sin añadir nada más. No había rencor en su voz, solo una aceptación tranquila, como si todo lo que habían vivido ahora fuera parte del pasado.
Jungkook, por un momento, sintió una necesidad de explicar, de disculparse una vez más, pero en lugar de hacerlo, simplemente permaneció en silencio, observando a Jimin.
La paz que el joven irradiaba le decía más que cualquier palabra. Aunque su corazón aún estaba lleno de arrepentimiento, Jungkook sabía que la vida de Jimin ya no dependía de él. Jimin había encontrado su lugar, su espacio, su serenidad, y eso era algo que Jungkook no podía robarle.
Finalmente, después de unos segundos que parecieron eternos, Jimin le ofreció una leve sonrisa, una sonrisa que, aunque pequeña, reflejaba la paz que había logrado alcanzar.
—Me alegra que estés bien —dijo Jimin, antes de volver a atender a un cliente.
Jungkook se quedó allí un momento más, mirando a Jimin desde la distancia. Finalmente, se dio la vuelta y salió de la cafetería, sintiendo que, aunque no lo había conseguido todo, había logrado algo importante: ver a Jimin en paz, en su propio camino, ya libre de las cadenas que Jungkook le había impuesto.
Y con esa imagen en su mente, Jungkook sabía que, aunque sus caminos nunca volvieran a cruzarse, Jimin siempre tendría un lugar especial en su corazón.
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彡[ᴅᴀʀᴋ ʜᴇᴀʀᴛ]彡★KOOKMIN★
Ngẫu nhiênJungkook frío y calculador CEO de una de las empresas más importantes de Seúl. Su corazón roto lo convirtió en una persona insensible, una fachada que no permite que nadie vea su verdadero yo. Jimin, por otro lado, es su fiel secretario, amable y de...
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