Extra II

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Meses después del viaje que marcó un hito en su relación, Jungkook y Jimin habían continuado con sus vidas, aún con el peso de lo vivido, pero con una esperanza renovada. La relación entre ambos había evolucionado de manera lenta pero constante, siempre marcada por gestos de confianza y pequeñas promesas cumplidas.

Sin embargo, había algo que Jungkook sabía que aún quedaba pendiente: hacer algo significativo que no solo confirmara el amor que sentía por Jimin, sino que también le ofreciera la seguridad de que lo que estaban construyendo juntos era real y duradero.

El día en que Jungkook decidió hacer su declaración pública comenzó como cualquier otro, con la rutina usual en la empresa. Era una de esas reuniones de equipo que solían ser tan impersonales y rápidas.

Todos se habían reunido en la sala de conferencias para discutir los últimos avances de los proyectos, cuando, de repente, Jungkook se levantó del asiento, interrumpiendo ligeramente el flujo de la reunión. Su mirada se desvió hacia Jimin, que estaba sentado al fondo, como siempre, concentrado en tomar notas y seguir el ritmo de la conversación.

La sala cayó en un silencio extraño, algo que rara vez sucedía cuando Jungkook, tan acostumbrado a comandar su entorno, tomaba la palabra. Todos lo miraban, sorprendidos por la interrupción, sin entender por completo lo que estaba por venir. Incluso Jimin, que nunca se imaginó que algo así pudiera suceder, levantó la cabeza, con una expresión confundida.

-Hoy, quiero hablar de algo que es muy importante para mí -comenzó Jungkook, su voz firme pero, al mismo tiempo, vulnerable. No era un discurso corporativo ni una charla sobre el rendimiento de la empresa. Era algo personal, algo que nadie esperaba-. En todos estos meses, he aprendido muchas cosas, no solo sobre los negocios, sino sobre la vida misma.

La mirada de todos los presentes se desvió hacia él, especialmente la de Jimin, quien sentía como si el corazón se le acelerara. No sabía qué esperar, pero su intuición le decía que este momento estaba por cambiarlo todo.

-Y una de las cosas más importantes que he aprendido -continuó Jungkook, con una sonrisa que no había mostrado en mucho tiempo- es lo valioso que es tener a las personas correctas a tu lado. Y hay una persona que, más que nadie, ha estado ahí para mí, incluso cuando no lo merecía. Esa persona ha sido Jimin.

El aire en la sala se cargó de una electricidad inconfundible. Los murmullos comenzaron a esparcirse entre los empleados, algunos sorprendidos por la sinceridad en las palabras de su jefe, otros incluso un poco incómodos por la dirección que estaba tomando la conversación.

Jimin se quedó en su asiento, casi paralizado por las palabras de Jungkook. Había estado acostumbrado a su frialdad, a su indiferencia, y aunque los gestos pequeños de Jungkook en los últimos meses lo habían tocado, este tipo de sinceridad le resultaba casi abrumadora.

-Jimin ha sido más que un compañero de trabajo para mí. Ha sido mi amigo, mi apoyo, mi consuelo. No sé si alguna vez podré agradecerte todo lo que has hecho por mí, pero sé que hoy es el día para reconocer públicamente el impacto positivo que has tenido en mi vida. Lo que eres para mí no se puede medir en palabras, y por eso quería hacerlo de la manera más directa: gracias por quedarte, gracias por tu paciencia, por tu amor.

Jimin estaba en shock. Las palabras de Jungkook, aunque esperadas, llegaron en un momento tan inesperado que le costaba procesarlas. En su mente, el dolor del pasado seguía fresco, pero la sinceridad en la voz de Jungkook lo envolvía, borrando las sombras que aún podían existir entre ellos. No podía dejar de pensar en lo lejos que habían llegado, en cuánto habían sanado, y en lo difícil que había sido este camino para ambos.

El presidente de la empresa, que estaba presente, asintió en silencio, visiblemente sorprendido por el cambio en su jefe. Los demás empleados murmuraron entre ellos, sorprendidos por el gesto, aunque algunos ya sabían, en el fondo, que algo estaba sucediendo entre los dos.

Después de un breve silencio, Jungkook volvió a sentarse. Todos retomaron la reunión, pero nadie podía dejar de pensar en lo que acababa de ocurrir. A pesar de que la reunión continuó como si nada, el ambiente había cambiado.

Esa misma tarde, después de la jornada laboral, Jungkook invitó a Jimin a un restaurante cercano. Jimin aceptó, aún con el eco de las palabras de Jungkook resonando en su mente. El restaurante era tranquilo y elegante, con una atmósfera cálida que contrastaba con el ambiente frío de la oficina. Una vez allí, Jungkook pidió algo especial: una mesa reservada en una esquina del local, alejada del bullicio.

Mientras cenaban, la conversación comenzó de forma casual, pero pronto Jungkook, con la mirada profunda y sincera que Jimin había aprendido a conocer, le entregó algo. Jimin lo miró, confundido por el pequeño paquete que Jungkook había sacado de su chaqueta.

-Este es para ti -dijo Jungkook, extendiéndole el paquete con las manos temblorosas, como si estuviera entregando algo más que un simple objeto material. Jimin, con una ligera sonrisa, aceptó el paquete, y al abrirlo, descubrió un anillo simple pero elegante, algo que jamás había esperado.

Jimin lo miró con los ojos entrecerrados, buscando una explicación.

-Quiero que sepas que lo que dijiste en la reunión no es solo un discurso, Jimin -continuó Jungkook, su voz más baja ahora-. Este anillo es solo una pequeña muestra de lo que quiero ofrecerte: mi amor, mi compromiso y, por supuesto, mi respeto. Este es el símbolo de que quiero proteger lo que tenemos, que valoro cada paso que hemos dado, y que no importa lo que venga después, estaré aquí, siempre.

Las palabras de Jungkook lo conmovieron profundamente. Jimin, sintiendo que las barreras que aún quedaban entre ellos se derrumbaban, tomó el anillo en sus manos. Finalmente, con una sonrisa genuina, lo colocó en su dedo.

-Gracias -dijo Jimin, su voz suave pero llena de emoción-. Gracias por todo esto, por el viaje, por los momentos difíciles y, ahora, por este gesto que significa tanto. No sé si te lo he dicho lo suficiente, pero también te amo, Jungkook. Y ahora sé que podemos seguir adelante juntos, sin miedo.

Jungkook respiró profundamente, aliviado y feliz de que, después de todo lo que habían pasado, finalmente pudieran mirar al futuro con esperanza. Se acercó a Jimin, tomándolo de la mano con firmeza.

-Este es solo el comienzo, Jimin. Te prometo que no te fallaré.

Esa noche, mientras caminaban de regreso, el viento fresco de la ciudad los envolvía, pero el calor de su amor mutuo era suficiente para mantenerlos cerca.

Lo que había comenzado como una relación rota, llena de dolor, ahora florecía con la promesa de un futuro juntos. Y aunque no sabían lo que el destino les deparaba, ambos estaban decididos a seguir caminando juntos, con amor y confianza, dejando atrás las heridas del pasado.


FIN

彡[ᴅᴀʀᴋ ʜᴇᴀʀᴛ]彡★KOOKMIN★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora