Aquel día en la oficina había sido especialmente extenuante. Las reuniones interminables, las órdenes estrictas de Jungkook y la montaña de informes acumulados parecían no tener fin. Jimin se sentía agotado, tanto física como emocionalmente, y, aunque estaba acostumbrado a la tensión en el ambiente, ese día algo era distinto.
La actitud de Jungkook había sido particularmente fría, casi cruel, y Jimin no podía dejar de preguntarse qué había hecho para merecer semejante trato.
Esa noche, mientras recogía sus cosas, escuchó murmullos provenientes de una de las oficinas vacías cerca de la suya. La puerta estaba entreabierta, y Jimin pudo escuchar a dos de sus colegas conversando en voz baja. Aunque sabía que no debía espiar, las palabras de uno de ellos captaron su atención.
—...es que Jungkook no siempre fue así —dijo una voz masculina, que Jimin reconoció como la de un compañero de trabajo.
—¿A qué te refieres? —respondió una mujer, curiosa—. Parece que siempre ha sido distante y... bueno, difícil de tratar.
El hombre suspiró.
—No, hubo un tiempo en el que era alguien completamente diferente. Solía ser cercano, amable. Hasta que alguien lo traicionó de la peor manera.
Las palabras resonaron en los pensamientos de Jimin. Sabía que escuchar conversaciones ajenas no era correcto, pero había algo en lo que estaba oyendo que lo hacía sentir cada vez más intrigado. Algo le decía que aquella información podía darle respuestas sobre la hostilidad de Jungkook hacia él, y no podía simplemente ignorarlo.
—¿Quién lo traicionó? —preguntó la mujer, bajando la voz.
El hombre hizo una pausa, como si estuviera midiendo sus palabras.
—Fue su pareja, su prometida. Jungkook estaba completamente enamorado de ella y confiaba en ella con todo. Pero lo traicionó con uno de sus amigos más cercanos. Se aprovechó de su confianza para sacar información valiosa y luego la usó en su contra. Todo lo que construyó, todas sus ilusiones... se desmoronaron de un día para otro.
Jimin sintió un nudo en el estómago al escuchar esas palabras. Podía imaginar la devastación que aquello debió haber causado en Jungkook. Nunca habría pensado que alguien tan frío y distante como él hubiera sido capaz de enamorarse y confiar tan profundamente en otra persona. La imagen que había tenido de Jungkook empezó a cambiar, y por primera vez, pudo ver más allá de la arrogancia y crueldad que mostraba todos los días.
—Eso fue lo que lo cambió —continuó el hombre—. Después de eso, Jungkook cerró su corazón. Se convirtió en la persona que todos conocemos ahora, alguien impenetrable, que no confía en nadie. Creo que, para él, no existe el amor ni la amistad verdadera. Todo es una fachada.
La mujer suspiró con tristeza.
—Es una lástima. Tal vez por eso trata tan mal a todos, y en especial a Jimin. Quizás le recuerda de alguna manera a esa persona que lo traicionó.
Jimin sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. ¿Podría ser esa la razón por la que Jungkook lo trataba con tanta frialdad? ¿Era él un recordatorio involuntario de ese dolor que Jungkook aún guardaba? La revelación lo dejó confundido, y también, en el fondo, una pequeña llama de empatía comenzó a arder en su interior.
Aunque Jungkook era severo y muchas veces injusto con él, Jimin no podía evitar sentir compasión. Sabía lo que era ser herido, aunque en su caso, el dolor venía de la pérdida de amistades y no de una traición amorosa.
De repente, la figura de Jungkook se le hizo menos imponente y más humana, alguien con cicatrices que lo impulsaban a protegerse de cualquier nueva herida, incluso si eso significaba rechazar a todos a su alrededor.
Mientras caminaba hacia su casa, Jimin no podía dejar de pensar en lo que había escuchado. Jungkook siempre le había parecido alguien inalcanzable, alguien que simplemente disfrutaba de hacer sufrir a otros por puro placer, pero ahora comprendía que quizás había una razón mucho más profunda detrás de su comportamiento.
Jungkook no era alguien sin sentimientos; al contrario, parecía que esos sentimientos habían sido aplastados y enterrados bajo un escudo de frialdad.
Aquella noche, Jimin no pudo dormir bien. Las imágenes de Jungkook seguían rondando en su mente, y, sin quererlo, una especie de determinación comenzó a crecer en su interior. Si Jungkook había sido traicionado y abandonado, si lo que necesitaba era alguien que no le diera la espalda, alguien que lo ayudara a confiar otra vez, Jimin quería ser esa persona.
No sabía si algún día podría ganarse su confianza, pero estaba dispuesto a intentarlo. Aunque le llevara tiempo, quería ayudar a Jungkook a sanar, a liberarse de esas barreras que lo mantenían prisionero en su propio dolor.
Al día siguiente, cuando Jimin llegó a la oficina, trató de actuar como siempre, sin mostrar señales de que había descubierto algo sobre el pasado de Jungkook. Aunque ahora lo miraba con otros ojos, sabía que debía mantener la distancia. A fin de cuentas, Jungkook seguía siendo su jefe, y cualquier paso en falso podría llevar a más problemas entre ellos.
Sin embargo, Jimin no podía evitar sentir que ahora, más que nunca, quería comprender a Jungkook. Sabía que sería un reto, pero algo en su interior le decía que, detrás de esa barrera impenetrable, había una persona que necesitaba ayuda, alguien que deseaba ser amado y comprendido, aunque jamás lo admitiera. Jimin estaba dispuesto a enfrentar ese desafío, por difícil que fuera.
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彡[ᴅᴀʀᴋ ʜᴇᴀʀᴛ]彡★KOOKMIN★
AléatoireJungkook frío y calculador CEO de una de las empresas más importantes de Seúl. Su corazón roto lo convirtió en una persona insensible, una fachada que no permite que nadie vea su verdadero yo. Jimin, por otro lado, es su fiel secretario, amable y de...