El tiempo había pasado, pero los recuerdos del sufrimiento seguían frescos en la mente de ambos. La distancia emocional que existía entre Jungkook y Jimin parecía insalvable, pero en algún lugar, quizás en lo más profundo de sus corazones, ambos sabían que algo había cambiado.
Había un espacio abierto para la redención, un camino que ninguno de los dos había imaginado, pero que ahora parecía inevitable.
Jungkook estaba decidido. Había pasado demasiado tiempo encerrado en sus propios miedos y ego, tratando de protegerse del dolor a toda costa.
Pero ahora que había tenido un vistazo de lo que realmente significaba perder a alguien, no estaba dispuesto a dejarlo escapar sin luchar por él, sin hacer todo lo posible por demostrar que podía ser una mejor versión de sí mismo.
Los primeros días después de su confesión fueron incómodos. Había una tensión palpable cuando se encontraban, una mezcla de miedo y esperanza que flotaba en el aire, como si estuvieran caminando por una cuerda floja. Jungkook respetaba el espacio de Jimin, no quería presionarlo más de lo necesario, pero no podía evitar sus ganas de hacerle saber, con cada acción, cuánto había cambiado.
Al principio, eran solo pequeños gestos. A veces, Jungkook llegaba a la cafetería donde Jimin trabajaba con un café especial, el que sabía que a él le gustaba, pero sin esperar nada a cambio. Solo el simple acto de acercarse a él, sin palabras, sin promesas, era suficiente para que Jimin lo mirara de reojo, como si no terminara de entender el cambio que veía en él.
Cada vez que pasaba, Jungkook se detenía frente a él, esperando alguna señal, una respuesta. Sin embargo, Jimin no lo miraba de la misma manera que antes. Ya no había esa mirada que denotaba desesperación o la tristeza que antes solía invadir su rostro cuando Jungkook lo miraba. Había algo más sereno, algo que Jungkook interpretaba como una especie de protección. J
imin había aprendido a no abrirse tan fácilmente, a no confiar tan rápido. El daño que había sufrido había dejado cicatrices profundas, y él no estaba dispuesto a volver a permitir que alguien entrara en su vida con tanta facilidad.
Fue un viernes, unas semanas después de su confesión, cuando las cosas empezaron a cambiar. Jungkook se presentó en la cafetería, como lo hacía de vez en cuando, y esta vez, en lugar de dejar el café sobre el mostrador como solía hacer, se sentó en una mesa cercana, esperando pacientemente. Jimin, al principio, no lo miró.
Pero después de unos minutos, cuando vio que Jungkook no intentaba presionarlo, que no le decía nada, que simplemente estaba allí en silencio, algo cambió. Se acercó lentamente a su mesa, mirando el café que había dejado enfrente de él.
—Gracias —dijo Jimin, con una sonrisa tímida, pero genuina. Aunque aún era cauteloso, había algo en su tono que denotaba que ya no veía a Jungkook con la misma desconfianza. Quizás el dolor aún seguía allí, pero ya no era el centro de su existencia.
Jungkook, al escuchar esas palabras, sintió un nudo en el estómago, pero también un alivio. Era un pequeño gesto, pero para él significaba el mundo. Sabía que aún tenía mucho que demostrar, pero ese momento, tan simple, le dio la esperanza de que tal vez, solo tal vez, Jimin estaba empezando a abrirse de nuevo.
A partir de esa tarde, las visitas de Jungkook a la cafetería se volvieron más frecuentes. No siempre traía café, pero cada vez que se presentaba, intentaba hacer algo diferente, algo que mostrara su vulnerabilidad.
Un día, le trajo un libro que sabía que Jimin había mencionado alguna vez, pero que nunca había tenido tiempo de leer. En otro momento, le ofreció una sonrisa sincera después de una larga charla sobre sus pasados, sin ocultar los errores que había cometido.
Jimin, poco a poco, empezó a relajarse. No fue un cambio inmediato, ni fácil. Había muchas noches en las que Jungkook se quedaba despierto, preguntándose si realmente valía la pena, si sus esfuerzos realmente cambiarían las cosas. Había días en los que sentía que no estaba avanzando, que Jimin seguía protegiéndose, manteniendo la distancia.
Pero había algo en su mirada que le daba esperanza. Cada vez que Jimin lo miraba, aunque fuera solo por un segundo, algo en su expresión cambiaba, como si estuviera reconsiderando, como si su corazón, aunque aún herido, estuviera dispuesto a volver a latir por él.
Jimin no estaba listo para entregar su corazón completamente. Sin embargo, el cambio en Jungkook era palpable, y aunque lo negaba, su corazón comenzó a ablandarse. Sabía que las palabras eran solo palabras, y que el verdadero cambio solo podía verse a través de las acciones. Por eso, cuando Jungkook comenzó a mostrarle, de manera constante, que podía ser la persona que necesitaba, su guardia empezó a caer, poco a poco.
Fue después de varios meses de gestos, conversaciones sinceras y silencios compartidos, cuando Jimin le dijo algo que cambió por completo el curso de las cosas. Una tarde, mientras se sentaban en el parque cercano a la cafetería, Jimin miró a Jungkook y le dijo con una sonrisa leve:
—Creo que estoy listo para intentarlo de nuevo. Pero solo si no vuelves a hacerme daño.
Jungkook lo miró con sorpresa, pero también con una mezcla de gratitud y emoción. Había esperado este momento con todo su ser, pero no pensó que llegaría tan pronto. Sabía que no sería fácil, que tendrían que reconstruir todo desde cero, pero también sabía que estaba dispuesto a hacer todo lo necesario para que Jimin pudiera confiar en él una vez más.
—Te prometo que no lo haré. No te haré daño otra vez. Lo que siento por ti es real, Jimin, y voy a demostrarte cada día que puedes confiar en mí.
Ambos se miraron en silencio, y por un instante, el mundo a su alrededor desapareció. No necesitaban palabras para comprender lo que estaba sucediendo. El dolor del pasado aún los perseguía, pero ahora, había una oportunidad, una posibilidad de crear algo nuevo. Un futuro en el que, aunque aún incierto, estaba lleno de esperanza, amor y, por fin, confianza.
Con un leve asentimiento, Jimin se acercó a él, y en ese gesto sencillo, algo que parecía tan pequeño, pero tan significativo, comenzó un nuevo capítulo para los dos. Un capítulo en el que ambos sabían que tendrían que luchar, no solo por el amor, sino por la reconstrucción de la confianza que había sido destruida, por el renacimiento de algo que había sido roto, pero que, tal vez, aún podría sanar.
Y así, con una simple promesa, un nuevo comienzo se hacía posible.
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彡[ᴅᴀʀᴋ ʜᴇᴀʀᴛ]彡★KOOKMIN★
DiversosJungkook frío y calculador CEO de una de las empresas más importantes de Seúl. Su corazón roto lo convirtió en una persona insensible, una fachada que no permite que nadie vea su verdadero yo. Jimin, por otro lado, es su fiel secretario, amable y de...