Atrapado Entre Espíritus

1-por donde inicio (3)

El espagueti estaba ligeramente crudo del centro y la salsa estaba un poco quemada pero la pimienta que le puse a mi comida difuminaba bien el sabor, tal vez no la textura pero para eso no podía hacer nada al respecto.

–¿por qué no nos cuentas un poco mas de ti Elías?, siento que casi no te conozco –dijo el padre de Ian en un intento de romper el silencio.

–Tal vez sera porque no lo conoces papá?– dijo Ian mientras jugaba con su comida con el tenedor, al parecer no soy el único al que no le gusto la comida.

–Pues por donde inicio, vivo con mi mama y mi hermana Mery...– dije antes de ser interrumpido por la madre de Ian.

–Pero... y tu padre?.

–¡Mamá!– dijo Ian en voz baja y con una expresión de enojo.

–¿Qué?... ¿Ahora qué dije?.

Yo al escuchar aquella pregunta baje la mirada al plato y borrando la pequeña sonrisa que tenia marcada hace un momento.

–Mi padre...mi padre murió hace 6 meses... -dije con voz baja y con la mirada al suelo.

Pude oír como el tenedor de la mujer cayo inmediatamente al suelo al escuchar mi respuesta, levante la vista con lentitud y el padre de Ian bajo con rapidez el periódico que estaba leyendo mientras comía y le lanzo una mirada matadora a su esposa, ella levanto el tenedor del suelo y lo empezó a limpiar con la servilleta.

–Lo... Lo siento mucho, no lo sabia, no era mi intención...– dijo tartamudeando al principió y con un tono mas suave, ya no estaba molesta porque le dije señora, ahora estaba apenada por haber preguntado sobre mi padre.

–No se preocupe, no la culpo, es natural y todos tendremos que pasar por eso al final de nuestra vida y por eso solo se le puede decir a la muerte una cosa: "hoy no".

–Si, tienes mucha razón Elías - me dijo el padre de Ian mientras me colocaba una mano sobre mi hombro e inmediatamente le lanzó otra mirada de enojo a su esposa.

-¡Que!- dijo la mujer tan solo moviendo los labios pero sin expulsar un solo sonido.

-¿Y que más Elías?- dijo Ian intentando cambiar de tema para salvarle el pellejo a su madre.

-Pues... ah!!, ya se, Cuando entre a la secundaria en primer año, todo era muy distinto y tenebroso en ese entonces pero me fui adaptando y fui un poco popular en la escuela por ser uno de los mejores promedios y pues todos me buscaban para ayudarles con matemáticas por que yo era el único que le entendía al profesor y pues yo les explicaba de manera que ellos entendieran y conseguí un mejor amigo, claro no mejor que Ian, pero si era muy buen amigo y pues... pues...

Y en ese momento sentí un gran alivio al oír dos ruidos: un timbre de horno y un teléfono celular e inmediatamente ambos padres se levantaron de la mesa.

–Disculpen... debe ser de el trabajo, ahora vuelvo. - dijo el padre de Ian mientras se levantaba de la mesa y se dirigía a la sala.

–La tarta!!!, ya esta lista, espero que te gusten los arándanos Elías –dijo la señora mientras se dirigía a la cocina a toda velocidad.

Después de eso, disfrutamos una rica tarta de arándanos en la mesa, estaba un poco quemado pero no importaba, estaba delicioso. A leguas se notaba que el cocinar no era el fuerte de la madre de Ian.

–Mamá, ¿ya nos podemos retirar?– dijo Ian con una cara de cansancio de estar sentado en esa silla tan incómoda.

–Claro hijo, déjenme allí sus platos, en un momento los levanto.